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Historia de un desencuentro: Nota final de 1999

A modo de conclusión, pharm con dedicatoria y envíos finales.          En septiembre de 1598, con una semana de diferencia, morían dos de los monarcas más representativos del planeta, el rey de España Felipe II y Hideyoshi Toyotomi, el unificador del Japón moderno. Si el cuarto centenario del primer acontecimiento se celebró en España con un verdadero desborde conmemorativo, el segundo apenas se recordó. Lo cual es un indicio de la debilidad del orientalismo hispano, aún en pañales a pesar de contar con un pasado espléndido, ya que fue el pionero del orientalismo europeo junto al portugués y el italiano. Este libro sobre las relaciones hispano-japonesas iniciadas en los años de estos dos grandes monarcas pretende ser una pequeña celebración, una mínima puesta a punto de un relato histórico que había sido ensayado aquí y allá, parcialmente, y sobre todo con enfoque misionológico, al menos desde España; o como un mero capítulo de la historia colonial de las islas Filipinas, como sucede en la Historia general de las Filipinas, del jesuita Pablo Pastells, que precede al gran Catálogo… con la documentación del Archivo General de Indias de Sevilla relativa a la presencia española en las islas Filipinas, publicado por Torres Lanzas (Barcelona, 1925-1934). También ocupó un lugar importante en la edición que en 1909 hizo Wenceslao Emilio Retana de los “Sucesos de las islas Filipinas” de Antonio de Morga, pero siempre como un apéndice no fundamental de la historia general narrada. Lo mismo sucede con los 55 vols. de The Philippine Islands (1493-1803) de Enma Helen Blair y Alexander J. Robertson (Cleveland-Ohio, 1903 ss.).        Por mi parte, ya en 1980 publiqué lo que titulé un poco caprichosamente Libro de las maravillas del Oriente Lejano (Madrid, Editora Nacional), básicamente la rica documentación hispana de aquellos sucesos, pero sin narración lineal de los sucedido. Posteriormente, apareció un libro de título esperanzador de Juan Gil, Hidalgos y Samurais. España y Japón en los siglos XVI y XVII, (Madrid, 1991, Alianza edit.), en el que se volvían a publicar la mayoría de los documentos fundamentales, aunque exclusivamente los conservados en el A.G.I. de Sevilla, que convertían el relato de lo sucedido en algo prolijo y desordenado. El capítulo concreto de los viajes de Sebastián Vizcaíno por Japón aparecieron también narrados por W.M. Mathes en Sebatián Vizcaíno y la expansión española en el océano Pacífico, 1580-1630 (México, 1973). Y poco más. Quedaba recurrir al clásico The Christian Century in Japan (Berkeley, 1951) de Charles Ralph Boxer, o al no menos clásico The Manila galeon. Spanish Trade with the Philippines (Nueva York, 1939), de William L. Schurtz, no traducido hasta 1992 (Madrid, Eds. de Cultura Hispánica).        Espero, por todo ello, que este libro cubra un pequeño vacío. Agradezco a la Japan Fundation la ayuda concedida para su edición, así como a tres buenos amigos que me estimularon a la hora de terminar el texto, Kenichi Yamaguchi, Agustín Y. Kondo y Hidehito Higashitani. Asimismo, un envío final a mis antiguos alumnos de la Universidad de Alcalá, en particular a aquel grupo de Historia –Jesús Espliego, Salvador Herrera, Antonio Lera, Oscar Martínez…– que un día intentó estructurar un grupo de orientalistas alcalaínos, así como a la primera promoción de Humanidades, este curso 1998-1999, con el delegado José Luis a la cabeza, a quienes auguro un futuro brillante y estimulador.                                                            Emilio Sola,  Alcalá, mayo de 1999.

Emilio Sola 11 febrero, 2012 11 febrero, 2012 agradecimientos, bibliografía, dedicatorias, Japón
Historia económica de la población mundial. Carlo M. Cipolla.

Jorge Gete hernández Historia económica de la población mundial. Carlo M. Cipolla CAPITULO 1. LAS DOS REVOLUCIONES. El autor comenta, sovaldi sale brevemente ciertas características de la Tierra, help y de la aparición del ser humano en ésta. Nos dice como sobrevivió los primeros milenios de su existencia, shop asemejándose más en ese proceso al resto de la fauna: al principio mediante la rapiña; más tarde empezó a cazar y recolectar frutos. Con el paso del tiempo fue capaz de modificar los elementos y crear nuevos instrumentos, como pueden ser las armas; pero esos nuevos objetos servían para modificar la acción de cazar, no para sustituirla. Con el paso del tiempo se llegó a la primera gran revolución, el descubrimiento de la agricultura y de la domesticación de animales, esto no llegó hasta después del 10.000 a.C en Oriente Medio; esos conocimientos se fueron expandiendo y apareciendo lentamente en el resto de lugares del mundo, por ejemplo en Japón no se da hasta el Siglo III a .C. De este apartado, de la primera gran revolución de la historia, el autor lo explica bastante bien en el texto, no se trata de una lectura muy larga; y para mejorar la explicación, viene acompañado de ilustraciones, como mapas y gráficos; no extiendo más el resumen porque estamos en una asignatura de historia a partir del siglo XV, pero está bien su lectura. Es en el Siglo XVIII donde tiene lugar la segunda gran revolución de la historia: la Revolución Industrial, con origen en Inglaterra y una expansión mucho más veloz que la anterior. Brevemente: en 1850 estaba en Estados Unidos y Alemania; en 1900 en Rusia e Italia; y 50 años después en América latina, China y África. Su llegada a cualquier punto del planeta, provocaba grandes cambios sociales, convirtiéndose en el sector productivo predominante, haciendo que la agricultura se redujese (en el libro hay gráficos al respecto). Ambas revoluciones, crearon brechas profundas en la profundidad del proceso histórico. CAPITULO 2. LAS FUENTES DE ENERGÍA. En el presente capítulo el autor nos muestra las necesidades que tiene el ser humano, y las formas a través de las cuales las ha cubierto a lo largo de la historia. Para empezar, las divide en tres categorías: las básicas donde estarían comer y beber; las elementales, donde encontraríamos la necesidad de vestimenta y de obtener calor; y en tercer lugar las “de alto nivel”, como leer, ver la tele, viajar, etc. No hay un tope en cuanto a la cantidad de necesidades a cubrir, pero si que existe un mínimo, cubrir las necesidades de comida y bebida. Aunque las personas somos iguales entre nosotras, las necesidades básicas varían de una a otra dependiendo de factores como la edad, la estatura, o el entorno natural en el que se encuentra el individuo, por norma general una persona en un entorno con un clima a un clima a una temperatura baja, necesita más aporte energético que una persona que esté en un ambiente cálido. De media un ser humano al día necesita ingerir entre 2000 y 3500 calorías; 2 litros de agua, y 13.5 kg de aire. El momento en el cual el ser humano empezó a poder controlar y aumentar las fuentes de energía necesarias para vivir (animales y plantas principalmente) fue en la Revolución Agrícola. Se desconoce porqué se produjo, pero sí que se especula con la idea de que el clima de aquella época (final de la última glaciación, Glaciación Würm) influyese para que se produjesen los cambios; aunque cabe marcar que antes de que se produjese esta revolución, tuvieron lugar progresos culturales con cierta importancia. Lo que supuso este progreso, es un aumento en cuanto a la facilidad de acceder a las fuentes de energía. Los primeros animales que se domesticaron fueron las ovejas y las cabras; lo primero que se buscó fue la obtención de alimento, a lo que siguió el transporte, y tras ello se encontró el método de la castración para controlar a las masas faunísticas. En cuanto al ámbito de la agricultura, se avanzó al conseguir adaptar diferentes suelos y climas. Al mismo tiempo que se domesticaban las diferentes especies naturales, se inventaban artilugios que facilitasen la labor, ejemplo de ello son el arado y el azadón, hace 6000 y 3000 años respectivamente; a las que seguirían posteriormente otras invenciones como el martillo, las tenazas, la sierra, el torno alfarero, el telar, etc. Todos estos adelantos tecnológicos suponían un mejor aprovechamiento de la musculatura, tanto del ser humano como de los animales; y de la energía que proporcionaba el agua o el aire. La Revolución Industrial (S.XVIII) supuso la explotación de la energía a gran escala a través de cuerpos inanimados, gracias a las revoluciones científicas que se habían producido en los dos siglos anteriores. El origen de esta experiencia está en el vapor, en la máquina de vapor de James Watt; ésta sirvió tanto para fines mineros, de transporte, como de producción de bienes textiles y metalúrgicos. Hubo un crecimiento exponencial de la cantidad de energía de la que se disponía, lo que supuso un gran crecimiento económico. En 1860 tiene lugar el origen del uso del petróleo como fuente de energía. Otra gran fuente de energía usada hoy, es la electricidad, que empezó su uso con fines académicos a principios del S. XIX, pero el 1831, se descubrió la gran potencia de ésta y su fácil transporte, estableciendo su normal uso en 1870. Como hemos visto cada vez se producía más energía y cada vez se buscaban nuevas fuentes, así se llegó a los estudios de cómo obtener energía solar, geotérmica, etc. CAPÍTULO 3. PRODUCCIÓN Y CONSUMO “El hombre necesita capital para la obtener energía. Y necesita aún más capital para explotar con fines productivos la energía obtenida. La acumulación de capital es condición necesaria para la supervivencia y el progreso de cualquier sociedad”. En la sociedades agrícolas o preindustriales la mayor parte del capital, se destinaba a la producción de alimentos, por lo que su desarrollo es menor, al no poder invertir mayor cantidad de recursos en investigación; por ello para dejar de ser una sociedad meramente agrícola, se han de conseguir unos mínimos económicos, que permitan el lujo de dejar de invertir dinero en producción alimentaria, y de la obtención de materias primas como lana, de ambos factores depende el resto de producciones en la sociedad, véase la lana para obtener vestimenta, o la madera para la construcción. Gracias a las nuevas fuentes de energía, y con ello una mayor cantidad de capital, existe una mayor renta per cápita en las sociedades industriales que en las agrícolas, por lo que se supone que la alimentación de la misma es de mejor calidad, al igual que su ropa y vivienda, resumiendo, un aumento en cuanto a nivel de vida. Con nuevas formas de producción, más modernas y mejoradas, el coste a invertir disminuye, por un mejor aprovechamiento de la materia prima, por lo que en este proceso el sector industrial tiene un papel protagonista. A pesar de todas estas mejoras que vemos en el párrafo anterior, ¾ partes del planeta, siguen sujetas a medios de vida agrícolas. CAPÍTULO 4. NATALIDAD Y MORTALIDAD Las sociedades que vivían y viven de la caza y la recolección se movían y se mueven siempre en agrupaciones pequeñas, y tenían altos índices de mortalidad, que coincidían con los índices de fertilidad. Las sociedades agrícolas, por una u otra razón, empezaron a juntarse en grupos de mayor cantidad de individuos. Se puede aproximar su índice de crecimiento de 0.5 a 1 por ciento anual; aunque existía un nivel elevado de muertes infantiles, de media entre 200 y 400 personas por cada 1000 morían antes de haber cumplido un año; y los que sobrevivían tenían una media de vida de 20 a 35 años de edad. La temprana muerte de los individuos en estas sociedades, es la razón por la cual los niños son puestos a trabajar. Con la Revolución Industrial hay un cambio drástico, gracias a los avances médicos, el mejor conocimiento de la flora y la fauna; el progreso en los transportes, etc. La Revolución Industrial consiguió apartar en gran medida el hambre y las epidemias, pero trajo un gran poder destructivo; y no ha sido capaz por ahora de acabar con el tercer gran factor de mortalidad en las sociedades agrícolas, la agresión. El nivel de mortalidad en estas sociedades ha bajado, por debajo del 15 por 1000 por lo general. Los cambios en la sociedad produjeron que la esperanza de vida en un principio ascendiera a los 60 años. CAPÍTULO 5. ¿CUÁNTA GENTE? Cipolla, basándose en los datos de Huxley dice que antes de la Revolución Agrícola, habrían en la Tierra un total de entre 5 y 10 millones de personas, puede que más, pero siempre inferior a 20 millones; y que fue la Revolución agrícola lo que permitió sobrepasar esas cifras de población mundial y ve como motor de ello el factor de la difusión de los conocimientos aprendidos por los diferentes grupos sociales, lo que hizo que se trabajaran nuevas tierras, que se traduce en una multiplicación de los asentamientos humanos existentes; y con ello el aumento de la población, de hecho en el siglo XVI una población media estaba entre los 5.000 y 20.000 habitantes, considerándose más de 20.000, gran ciudad. La población seguía creciendo, y en 1750 la población mundial oscilaba entre los 650 y los 850 millones de personas. La Revolución Industrial, fue sinónimo de un aumento exponencial de la población, y así hasta nuestros días, lo que se puede ver en los siguientes datos de población mundial; en 1750, ya dije que alrededor de 650 millones de personas, que subirían a 1.100-1.300 millones en 1850; y así hasta llegar a 1975, que se sobrepasaron los 4.000 millones de seres humanos. Dicha explosión demográfica tuvo su origen en Europa (cuna de la Revolución Industrial), y con tiempo se extendió al resto del planeta (en el libro se ofrecen datos exactos). CAPÍTULO 6. UNA ÉPOCA DE TRANSICIÓN En los tipos de sociedad descritos con anterioridad (cazadora, agrícola, e industrial), se distinguen tres niveles de desarrollo económico y demográfico, lo que supone que en las agrupaciones humanas que pasan de un modo de organización económica a otro, pasan por una transformación sociocultural. Por ahora el modelo industrial es el más avanzado, y se está expandiendo y seguirá haciéndolo por el conjunto del planeta, lo que conlleva cambios sociales e intelectuales; la creación de nuevos estilos de vida, y la desaparición de otros; y la implantación de revoluciones industriales en ciertas zonas geográficas viene acompañada de problemas en la sociedad. Por lo expuesto en el párrafo anterior, existen grupos que apoyan en la actualidad un “crecimiento económico cero”, dado que aunque aumenta el nivel medio de vida, material, nada asegura que el mundo industrial sea necesariamente bueno, de hecho en nueve de las diez partes de su existencia a lo largo del tiempo, el ser humano ha carecido de bienes materiales, éstos aparecieron con la Revolución Agrícola. Si es cierto que el control de las fuentes de energía ha permitido a las personas controlar el medioambiente, pero ¿hasta qué punto ha mejorado su nivel de vida? NOTA PERSONAL En mi opinión, el libro “Historia económica de la población mundial” de Carlo M. Cipolla, es de fácil lectura e interesante. Algo que me ha gustado y que se puede ver en el resumen, es que trata de la Revolución Agrícola y de la Revolución Industrial a la vez, en el mismo cápitulo muestra los aspectos de cada una de ellas; quiero decir, que no hace una primera parte del libro sobre la Revolución Agrícola, y una segunda sobre la Revolución Industrial. Otro aspecto positivo a destacar de la lectura, es que sus afirmaciones, las muestra comprobadas con datos, y en muchos casos con gráficos, lo que al mismo tiempo, en mi opinión, demuestra la validez del texto, facilita su comprensión, y de alguna manera, hace la lectura más atractiva. Como puntos en los que estar en desacuerdo con el autor, unicamente he encontrado dos (ambos en el capítulo 2), y no es que esté en total desacuerdo, sino que a lo mejor yo lo hubiese expresado de otra forma; en el primer párrafo del segundo capítulo cuando hace la diferencición de las necesidades, incluye como necesidades, las “de alto nivel”, personalmente al tipo de factores que se introducen en esa denominación, yo no los calificaría de necesidades, aunque a lo mejor tampoco sabría como identificarlos de una manera correcta, se me ocurre que tal vez los identificaría como “elementos y acciones que nos pueden hacer más agradable la vida”, y que a su vez éstos marcarían en cierto modo las clases sociales, donde está el segundo punto en el que no estoy de acuerdo con el autor. En el segundo párrafo del capítulo 2, se puede leer: “La naturaleza, magnitud y forma de las necesidades humanas varían según el ambiente cultural y geofísico, la clase social, la edad, la estatura, el sexo, el tipo y grado de actividad.”.  Con la frase anterior, estoy de acuerdo con todo, excepto en que las necesidades humanas dependan de la clase social a la que se pertenece. El hecho de pertenecer a una clase social u otra, viene en primer lugar marcado por la cantidad de capital que se posee (ya sea de forma de dinero, o otra forma de bienes materiales), lo que lleva al individuo a consumir unos bienes u otros,  de hacer uso de una serie de servicios o carecer de los mismos; pero en mi opinión se puede prescindir perfectamente de esos elementos para que el ser humano sobreviva, por lo que para mi la diferenciación social, no marca una diferencia en la necesidades humanas, por el contrario, el resto de elementos mencionados, si lo hacen, siendo las verdaderas necesidades humans la obtención y consumo de comida y bebida, y la obtención de calor o una temperatura adecuada a nuestro cuerpo, que se puede conseguir mediante la vestimenta.

Jorge Gete Hernández 14 febrero, 2014 26 septiembre, 2014 Cipolla Revolución agrícola Revolución industrial Historia económica
Jaime Contreras: a propósito de las tendencias al secularismo y el Mundo Árabe

Descripción / Resumen: Secularism Trends and the Arab World      Jaime Contreras Alcala University, hospital Spain Para los occidentales de hoy, for sale a diferencia de otras épocas, hospital el Islam es un vecino nuestro, cada vez más cercano. El espacio que ocupa hoy en el mundo es tan intenso que llega a constituir  una parte sustancial de nuestras propias vidas. En sus manifestaciones culturales y sociológicas la cultura islámica expresa y desarrolla unos sistemas de vida cotidiana cuyas raíces tienen una larga historia de más de 14 siglos. Esa historia ha producido una sociedad que hoy, en muchos de sus parámetros, se encuentra traspasada e influida  por muchos de los valores de los sistemas culturales de occidente… Por este enlace se puede acceder también al texto completo: http://www.archivodelafrontera.com/wp-content/uploads/2012/03/Jaime-Contreras-ponencia-Sidney-2012.pdf

Emilio Sola 14 febrero, 2012 2 octubre, 2014 confesionalismo, interculturalidad, poder, secularismo, sociedad
Jean-Paul Sartre: La náusea. Una reseña para Nadadores

Una nota de lectura breve para la colección de Nadadores del Archivo de la Frontera.  http://www.archivodelafrontera.com/wp-content/uploads/2016/08/JP-SARTRE-LA-NAUSEA-2016.pdf 

Emilio Sola 26 agosto, 2016 26 agosto, 2016 existencialismo, novela, Sartre
John Coetzee, Verano: Nadar hasta el limite

Descripción / Resumen: John Coetzee,  VERANO, Barcelona, 2012, Mondadori. Traducción de Jordi Fibla Feito. El título original, Summertime. Scenes from Provincial Life III. De alguna manera, aspectos autobiográficos desde el regreso a Sudáfrica de Coetzee en 1971-1972, y el inicio de su reconocimiento público en 1977, con el eje principal de la relación con su padre. Un juego literario interesante, en el que un posible biógrafo del autor Coetzee, el señor Vincent, a raíz de su muerte, entrevista a algunas personas que le conocieron, entre diciembre de 2007 y el verano de 2008, sobre todo mujeres, y recoge algunos fragmentos de sus diarios de entre 1972 y 1975. Con treinta años de tiempo transcurrido, una medida mágica para la memoria, por lo tanto.   JOHN COETZEE, VERANO: UN NADADOR SUICIDA

Emilio Sola 20 julio, 2012 26 agosto, 2016 hombre-frontera, nadadores, novela, Sudáfrica
Jornadas Fronteras en el mundo hispanico

En el marco de los trabajos del eje Civilizaciones Hispanicas relativos a Las relaciones internacionales en el mundo hispanico (relaciones politicas, click economicas, capsule sociales, culturales, artisticas), se ha celebrado la Jornada de Estudios sobre “Fronteras en el mundo hispanico”, el viernes 3 de febrero en Grenoble, Sala Jacques Cartier, con las siguientes conferencias:  Emilio SOLA (Université Alcalá de Henares, Espagne),  “Literatura de avisos e información: por una tipología de una literatura de la frontera”  Partiendo de una concepción de la frontera más cualitativa que la meramente geográfico-político-jurídica tradicional, se puede entender mejor las figuras de los viajeros, exiliados o refugiados, tornadizos o emigrados, administradores y espías y sus testimonios literarios de la realidad que vivieron y lograron narrar; una interesante literatura de la frontera que desde mi punto de vista constituye uno de los mayores legados del Siglo de Oro hispano. En un porcentaje altísimo, esos textos permanecieron inéditos durante mucho tiempo, siglos incluso. Tanto en conjunto, como en fragmentos particulares, de gran altura y belleza literaria. Ignacio RUIZ RODRIGUEZ (Universidad Rey Juan Carlos, Madrid, Espagne), Las ultimas exploraciones españolas en la América septentrional del Pacifico Resulta curioso analizar el origen directo de las exploraciones que realizara la Monarquía Hispánica, en la costa septentrional del Pacífico en la segunda mitad del siglo XVIII. Atrás quedaban las aisladas expediciones que se habían realizado en épocas pretéritas, algunas de ellas ya prácticamente en el olvido, a la búsqueda permanente del Paso del Noroeste. Con un vigor prácticamente en desuso, las importantes e inquietantes noticias de la posible presencia de los rusos en aquellas se convirtieron en el más firme elemento para la puesta en marcha de aquellas expediciones, y con ello la erección de nuevas e importantes localidades de frontera, confeccionándose y rediseñándose las cartas marinas y geográficas de un importante segmento del Continente Americano que todavía estaba por descubrir.  Francisco Javier RODRIGUEZ BARRANCO (Université  Alcalá de Henares, Espagne),  “Creación de una frontera literaria: Perspectivismo y contradicción en las “Cartas Marruecas” de José Cadalso”  ¿Para qué sirve la literatura? Y acaso pudiéramos responder con otra pregunta, al galaico modo: ¿Hemos de buscar una función a la literatura? Para contestar a lo cual hay casi tantas posibilidades como escritores, pero es evidente que dentro de la perspectiva positivista que caracterizó al siglo XVIII, a la literatura se le buscó un fin de utilidad pública. No de otro modo hemos de entender las Cartas marruecas, terminadas en 1774 por José Cadalso, que tomó como referentes las Cartas Persianas, Turcas o Chinas, de allende los Pirineos, escritas las primeras por Montesquieu en 1721; corresponden quizá las segundas a Cartas de un turco en París (1731) atribuidas a Poullain de Saint-Foix; y las chinescas quizá sean las de Jean Baptiste d’Argens (1739-1740) o las de Oliver Goldsmith (1760). Lo que verdaderamente interesa a los fines de este ensayo es que no se trata de un viajero extranjero opinando sobre los países que recorre, como hicieron los viajeros románticos, por ejemplo, sino que los autores recién mencionados se valen de unas fronteras políticas y culturales, para crear la ficción de un ciudadano oriental opinando sobre un país europeo. Con otras palabras, estamos asistiendo a una frontera inventada o a la creación de una frontera literaria, puesto que detrás de estos marroquís, persas, turcos o chinos se halla la voz del autor. Todo eso sin olvidar que ya de por sí el epistolar es un género fronterizo entre la narrativa y el ensayo.  Laura MASSIMINO AMORESANO (Centro Europeo para la Difusión de las Ciencias Sociales),  “Archivo de la Frontera. Una experiencia educativa basada en el empleo de fuentes primarias y TIC’S” El Archivo de la Frontera es una Comunidad Histórica Virtual cuyo objetivo es la difusión del patrimonio histórico y favorecer el acceso a las fuentes primarias por parte de profesores, investigadores y alumnos. En esta ponencia presentaremos la nueva versión del Archivo, incluidas las herramientas colaborativas que favorecen la investigación y el trabajo en el Aula, así como la experiencia educativa llevada a cabo con alumnos de la Universidad de Alcalá a través del Juego del Legajo, una metodología didáctica para la enseñanza de la historia mediante el empleo de fuentes primarias y TIC’S.

Almudena Delgado 3 febrero, 2012 14 febrero, 2012 América, cartografia, España, exploraciones, frontera literaria, fronteras, literatura de avisos, siglos XVI-XVIII
La campaña otomana del verano de 1537

He realizado una visualización cartográfica a partir de la información proporcionada por Álvaro Casillas Pérez en su tesis de doctorado (aún por presentar..), y en connivencia con él, para presentar los movimientos de armadas, flotas, flotillas y navíos sueltos en el Mediterráneo y, más concretamente, en el Tirreno, a partir de la información obtenida tras el análisis de la documentación seleccionada y extraída del Archivo General de Simancas a efectos de su investigación en curso. El archivo que se presenta aquí es una versión alterada sólo en lo estético de la presentada en dicho trabajo de máster. La carta general del Mediterráneo ha sido elaborada a partir de la copia digital del Atlas de Battista Agnese, de 1544, como se puede consultar en la Biblioteca Digital Hispánica, cuyo original se encuentra en la Sala Goya de la Biblioteca Nacional de España, Sede Recoletos, bajo las signaturas GMM/2141 y GMM/2142. Las cartas de aproximación a las costas orientales del Mar Tirreno y al Canal de Otranto han sido elaboradas a partir de la copia digital de una versión de finales del s. XVII o principios del s. XVIII del Kitab-i Bahriye de Piri Reis, de 1525, como se puede consultar en la David Rumsey Map Collection de las Stanford University Libraries, cuyo original se encuentra en el Walters Art Museum, de Baltimore, bajo la signatura W.658. La presente obra se ofrece bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Para cualquier comentario sobre los materiales originales, la técnica de digitalización por vectorialización u otros procesos técnicos involucrados en la elaboración de este objeto digital, la elaboración de otros objetos similares, su uso legal, o la formación en humanidades digitales, por favor, contactar a su autor a la dirección de correo electrónico asociada a esta cuenta, o por mensaje directo a la cuenta de Twitter @herdado. Archivos Adjuntos mapa Meditrráneo 1537 (2 MB)

David Domínguez Herbón 5 octubre, 2020 5 octubre, 2020 campaña otromana de 1537, mapa, visualización cartográfica
La isla de las almendras

LA ISLA DE LAS ALMENDRAS   (A Fernando Magallanes, Juan Sebastián Elcano, Álvaro de Mendaña, Pedro Sarmiento, Juan Serrano, Pedro de Ortega.., y tantos otros españoles y portugueses navegantes de los mares del Sur).   Hacía días que todo nos daba el fin del mundo. La región de los mares por la que transitábamos no figuraba en las cartas de navegación, el astrolabio se había vuelto inservible, entre otras razones porque no alcanzábamos a divisar estrellas en el cielo, y según el piloto nos hallábamos fuera de toda coordenada geográfica conocida, tal vez al borde mismo del abismo del que antes de zarpar habíamos oído hablar en Lima a unos navegantes portugueses, una fosa de profundidad insondable que se tragaba a los barcos como un gigantesco embudo. Entonces no les hicimos caso, e incluso nos burlamos de ellos, pues aquella noche en la taberna también nos contaron que en su último viaje habían desembarcado en una tierra que llaman de los Patagones, ribereña del estrecho que comunica la mar Océano con la Mar del Sur, de la que hubieron de huir aterrorizados porque en ella los insectos eran del tamaño de los pájaros, las ovejas tan grandes vacas y los hombres no menores que formidables torres. Ya se sabe que por lo general los portugueses son dados a fantasear. Pero en efecto todo indicaba que nos hallábamos en las puertas del finis terrae, porque la siniestra extensión del mar que nos estaba devorando a lo que más se asemejaba era al zaguán del infierno, si es que éste estuviera hecho de agua y no de brasas. Aunque las olas no eran tan grandes como las que habíamos tenido que sufrir meses atrás en aguas del Golfo de Panamá, y apenas de vez en cuando barrían la cubierta, la fuerza irresistible de la corriente nos arrastraba a su antojo sin que nada pudiéramos hacer, al tiempo que una lluvia sin fin, un aguacero comparable en nuestra imaginación a aquel con el que Dios castigó a los contemporáneos de Noé, nos sumergía desde hacía más de un mes en una oscuridad que apenas permitía distinguir la noche del día. Y para colmo de nuestras desgracias, era tanta el agua caída del cielo como la que se colaba por las vías que los moluscos roedores habían perforado en las maderas sumergidas de la nave; y aunque taponábamos los agujeros más grandes con nuestras camisas, que andábamos ya medio desnudos, no dábamos a basto para achicar el agua que inundaba la bodega. Habíamos olvidado cómo era la luz del sol y hasta la de las lámparas, ya que nos habíamos bebido el aceite para ocultar el repugnante sabor mohoso de los bizcochos de pan plagados de gusanos, única comidan que nos quedaba, y las escasas velas que aún no se habían consumido se nos apagaban como sopladas por el mismísimo diablo. Solo los aterradores relámpagos iluminaban a ráfagas nuestros rostros demacrados por el hambre, nuestras bocas desdentadas y las encías sangrantes por el escorbuto, nuestros ojos hundidos en sus cuencas y enrojecidos por la malaria. De modo que un día, “ese día”, entendimos bien a las claras que todo esfuerzo por cambiar el destino era ya inútil, nos confesamos con el padre franciscano que iba de capellán en el barco, y, resignados en Cristo, dispusimos nuestros espíritus para el momento, sin duda muy cercano, en el que la tenebrosa profundidad acabara definitivamente por tragarnos. Pero siguieron pasando los días, y no acabábamos de llegar al finis terrae. Parecía que la nao se desplazara en círculos, como una noria siempre alrededor del mismo punto. Y así debió de ser en efecto, porque cuando al cabo de una semana a contar desde el día en el que nos confesamos y recibimos los santos óleos cesó la lluvia, y los pocos que quedábamos con vida vimos asomar en el ancho cielo un sol radiante, llegada la noche el piloto mayor pudo determinar por la posición de los astros en la bóveda celeste nuestra propia situación sobre el mar, y como si lo pasado no hubiese sido más que un sueño, esta resultó ser exactamente la misma que teníamos cuarenta días atrás, cuando al poco de tomar la derrota Sudoeste, en la que más allá de la línea equinoccial esperábamos hallar la Tierra de Ofir con el templo y las minas de oro del rey Salomón, llegó el diluvio y la corriente empezó a engullirnos; esto es: nueve grados de latitud Norte y 123 de longitud Este, en los confines del Mar de la Especiería. Otro día avistamos una pequeña isla a la que logramos arribar sin apenas esfuerzo, y al poner pie en seco comprobamos que nuestra suerte era dispar, pues no se veía en toda la tierra rastro alguno de ñame silvestre, cocoteros u otros árboles frutales; pero por otro lado, cosa prodigiosa, la arena de la anchurosa playa en la que desembarcamos se hallaba casi por completo cubierta de almendras. Aquello parecía cosa del diablo. ¿Cómo, no habiendo un solo almendro en la isla, podían contarse por miles las almendras dispersas por la ribera del mar? Obviamos conjeturar una respuesta lógica al enigma, y nos pasamos la tarde entera partiendo y masticando malamente los amargos frutos, del mejor modo que nuestras desdentadas y doloridas encías nos lo permitían después de machacar entre dos piedras las almendras ya peladas. Y luego al anochecer nos adentramos media legua en el interior para pasar la noche al cubierto de una espesura, en la que en la incursión que hicimos por la mañana habíamos localizado un manantial de agua dulce. Durante toda la noche oímos pasar grandes bandadas de pájaros, y cuando al día siguiente a media mañana volvimos a la playa en la que habíamos anclado el bergantín, encontramos de nuevo la vasta extensión de arena cubierta de almendras enteras, cuando la noche anterior solo habíamos dejado las cáscaras de las que nos comimos. El demonio sin duda las había esparcido, si no se trataba de un milagro de Nuestro Señor, que quería salvarnos de morir de hambre después de todo lo que habíamos padecido mediando su consentimiento. De nuevo ese día pudimos alimentarnos con el nutriente de aquellos frutos, que amargaban por estar un poco demasiado verdes, pero que no sentaban mal al estómago. Con la sed en la boca después de masticar almendras por docenas volvimos al manantial a por agua, pero habiendo recogido en vasijas suficiente cantidad, aquella noche montamos el campamento sobre la misma playa, pues el cielo estaba raso, hermosamente estrellado, de modo que no parecía que hubiera que resguardarse de la lluvia. Y entonces sí, con las primeras luces del alba contemplamos llenos de asombro la algarabía de una ingente multitud de palomas, venidas sin duda de una isla cercana, las cuales se posaban sobre la blanda arena, y allí mismo cada una de ellas vomitaba la almendra que llevaba en el buche. Así pues el prodigio era más bien cosa de Dios que del Diablo, y es que, por esos inexplicables caprichos que tiene la naturaleza, aquellas torcaces engullían cada atardecer los frutos de los copiosos almendros que había en una isla más grande a escasas millas marinas, isla que luego descubrimos, en la que los nativos mataron y se comieron a cinco de los nuestros, entre ellos el piloto mayor. (El Altísimo, que es misericordioso, no permite que suframos mucho tiempo las injusticias de este mundo, y cuando le parece nos envía al otro, que suponemos mejor que este, aunque el transporte de uno a otro tenga que hacerse en el vientre de un caníbal). Digo que las palomas tomaban al atardecer las almendras en la isla grande, y luego las llevaban en el buche durante la noche a esta otra isla pequeña a la que habíamos arribado después del diluvio, para que con los jugos gástricos se fuera reblandeciendo la primera envoltura verde del fruto, que es todo lo que las torcacess pueden digerir, de modo que hecha la digestión de la cáscara blanda, regurgitaban sobre la playa la almendra con su cáscara dura. Desvelado este proceder, un misterio nos restaba por resolver: ¿Por qué oculta razón las palomas iban a desembuchar los restos de su desayuno precisamente en aquel arenal en el que nos hallábamos, teniendo para ello que volar durante toda la noche, y luego, con las primeras luces del día emprender el vuelo de vuelta a la isla grande. Era como si aquellas avecillas llevaran siglos con ese hábito, esperando nuestra llegada a fin de salvarnos de morir de hambre. Esto pensé. No hallamos la Tierra de Ofir ni las minas del Rey Salomón, no encontramos oro ni piedras preciosas, ni islas de indios mansos en las que poblar; pero, al final de aquel malhadado viaje, los pocos que tras sobrevivir a los caníbales, las enfermedades y la hambruna tomamos tierra no en el puerto de Lima, sino a la costa de Méjico, adónde nos empujaron las mareas, supimos una cosa cierta, y es que Dios, lo mismo que nos castiga, cuando quiere también socorre a los españoles.    

Pedro Plasencia Fernández 5 noviembre, 2016 5 noviembre, 2016
LA LEYENDA NEGRA

INTRODUCCIÓN SOBRE LA LEYENDA NEGRA.   Por eso mismo, en la introducción, y con esa buena idea que es la introducción de García Cárcel al manual que os comentara antes, hablaré en clase de la “leyenda negra” y la “leyenda rosa” sobre la historia de España en general y la época de Felipe II en particular, tratado como el rey católico por excelencia o como el “demonio del mediodía”, fanático y cruel.   García Cárcel tiene un libro completo en Alianza Ed. que se titula así, La Leyenda Negra. Historia y Opinión (Madrid, 1992). Otra lectura erudita y amena recomendable para todos, y sobre todo para estudiantes de historia. Es un asunto que, por experiencia, sé que les fascina a los estudiantes extranjeros. Aunque también España, y Europa, forjaron sus leyendas negras sobre otros pueblos, luego convertidas en opinión y en una porpaganda. Y por encima de las que habrá que pasar para poder escribir un día una historia que nos abarque a todos en su relato.   (ANECDOTA SOBRE historiadores argelinos y los términos como corsarios, renegados, indígenas y terroristas. O los de Malí que no se comieron al misionero que dicen los historiadores franceses.) POR QUÉ UNA INTRODUCCIÓN SOBRE LA LEYENDA NEGRA.   La historia de España es uno de los asuntos más apasionantes de la historia de Europa y de la historia universal.   En ella se plantearon una serie de tensiones y conflictos y su resolución histórica, todavía hoy polémica entre historiadores, economistas y sociólogos. Son un punto de referencia aún importante.   EJEMPLO GUERRA DE BOSNIA Y PROBLEMA MORISCO, POR EJEMPLO. LA VIEJA FRONTERA CRISTIANISMO/ISLAM EN ESPAÑA Y LA MÁS MODERNA EN LOS BALCANES. EJEMPLO SOCIEDAD PLURICONFESIONAL. EJEMPLO MUNDO COLONIAL: SIGLO XVI: VITALIDAD CREADORA Y CATÁSTROFES.   Hispanistas internacionales y entusiasmo. Aún hoy, tensión leyenda negra/leyenda rosa.   Caso Phillip W. Powell, Arbol de odio. La Leyenda Negra y sus consecuencias en las relaciones entre Estados Unidos y el Mundo Hispánico (Madrid, 1972, Porrua), libro muy a la americana serio y a la vez medio exaltado o propagandístico, que llega a expresar que como iban a ser tan malos los españoles si eran capaces de tener una pintura como la de Zurbarán, por ejemplo, simplificando mucho.   Otro libro sobre el asunto similar, el de Sverker Arnoldsson La Leyenda Negra. Estudio sobre sus orígenes (Goteborg, 1970), muy ilustrativo para el siglo XVI, sobre todo en su primera mitad, y la aparición de una opinión negativa en Italia y en Alemania sobre una España temible en plena expansión, y de la mano de una dinastía austriaca, los Habsburgos, muy agresiva en Europa.   El término procede de un libro de 1914 de Julián Juderías, La Leyenda Negra (reedic. por Swan, Madrid, 1986), muy de época –Juderías tiene 21 años en 1898–.   En España siempre hubo interés por la opinión de España desde fuera, similar al “narcisismo”… En momentos de crisis, ensimismamiento… “complejo de persecución”… ansiedad depresiva… ——–son expresiones de García Carcel; un día que esté de buenas, decidme que os hable del “método paranoico-crítico postdaliniano, algo así como el “piensa mal y acertarás”———. Frente a crítica negativa o “leyenda negra”, apologética o “leyenda rosa”… “intelectuales orgánicos”… hasta Quevedo o Gracián… Sobre todo con Felipe II, defensa de una ortodoxia…   ORÍGENES:   “El punto de partida de la guerra de opinión entre unos paises y otros fue el fracaso de la idea europea y el surgimiento de los nacionalismos” (Gª Cárcel, p. 21).   1540… fracaso del modelo de “Humanitas cristiana” de los humanistas de Carlos V… Juan de Valdés, “Diálogo de Mercurio y Carón”   ————-os lo podíais leer, al igual que el “Diálogo de la lengua”, pues son muy amenos y muy formativos para el XVI—- Fracaso de la “idea imperial” y del “europeismo”… conciencias nacionales en alza… agitaciones primeras del “Estado moderno”… 1543, discurso de Andrés Laguna en la Universidad de Colonia… Europa destrozada por enemigos interiores…   Reforma protestante y Contrarreforma… mucho debate, propaganda y contrapropaganda… “guerra de opinión”… publicistas y libelismo… Barroco… “obsesión publicitaria”…   En el libro de Arnoldson que os cité más arriba, se sitúa en Italia el arranque de lo que luego se llamará “leyenda negra”, y a raíz de dos saqueos notables protagonizados por los españoles, entre otros… el saqueo de Prato de 1612 y el saco de Roma de 1527…   Voy a reproduciros una síntesis que hice de esto, como remate a una serie de historias de corsarios berberiscos, para contraponerlo con la formación de una “leyenda negra” hispano-católica sobre Berbería por esos mismos años, con rasgos muy similares ambas, de utilización propagandista. Iba a recortarlo, pero os lo dejo como lo tenía, con notas y todo –para que os vayáis acostumbrando a esta manera de citar académica, que deberéis desarrollar un día si seguís con esto. Y con el remate un poco truculento de un suplicio. Lo del “libro de maravillas”, era una alusión al título del libro de donde saco el fragmento final, que iba a ser “Libro de maravillas de la Berbería”.     SOBRE LEYENDAS NEGRAS SOBRE ESPAÑA Y BERBERÍA…     Hemos llegado al final de este libro de maravillas. Pero aún queda en el aire eso tantas veces sugerido de la elaboración de una “leyenda negra” berberisca por parte de eclesiásticos –“papaces”, en argot/slam berberisco de época– sobre todo, y con un fin explicitado de animar a la monarquía española a extender su “imperio” hacia aquellas latitudes norafricanas y de animar a los sectores populares y al poder mismo a conceder más dinero destinado a la redención de cautivos, dinero controlado sobre todo por los eclesiásticos de las órdenes mercedarias y los jesuitas (1).   Por aquellos mismos años otra “leyenda negra” se difundía por toda Europa con pasmosa vitalidad e inventiva, que convertía a los españoles en colectivo o pueblo despreciable:   “En Italia se había descrito por lo general a los españoles como rapaces, orgullosos, falsos, vanidosos, lascivos, mezclados con moros, marranos y judíos, y a veces también como sangrientos y crueles. Alemania los calificaba de rapaces, presuntuosos, desleales, lujuriosos y perversos, descendientes de marranos, despóticos, especiales aliados de la Iglesia Católica, considerada como un poder malvado, y de los italianos, igualmente considerados como perversos” (2).   Paradojas de la historia. Fueron los italianos primero, ya desde el siglo XV e inicios del XVI, los que comenzaron a crear esa imagen del español jactancioso y pasional; el mito literario de Don Juan sería su plasmación más sobresaliente, así como múltiples personajes de la comedia del arte italiano, “los muy espantosos, terribles e invencibles capitanes Matamoros, Crocodilos, Rajabroqueles” (3). El cervantino “valentón”, del linaje del pícarfo tanto como el “renegado”. Esa imagen popular se correspondía con la de los “humanistas” y sus análisis de la España del momento, de Fernando el Católico al saco de Roma; el hábil y falso Fernando de Argaón de Maquiavelo o esa “fé di Catalogna” sinónimo de perfidia; el avaro rey Fernando y la “rapacidad, codicia, lascivia, crueldad, falsedad y orgullo de los españoles” de Guicciardini o la “pérfida e inexorable crueldad” de los españoles del Giovio que lamenta el saco de Roma (4).   En la Alemania luterana, culminando en torno a la guerra de la liga de Smakalda en los años cuarenta, esa imagen no cesó de magnificarse hasta aparecer en los años de la guerra los españoles como verdaderos demonios. El término alemán “welsch”, hasta entonces sinónimo de “italiano” y “malvado”, comienza a aplicarse también a los españoles. En canciones de la época y en panfletos aparecía con frecuencia y en términos que parecen idénticos a la propaganda española anti-berberisca dela época de Barbarroja:   “Hemos llegado a conocer la falsedad de los españoles desde no pocos años atrás, la inmoralidad (maldad) `welsch’ no es cosa nueva; violan mujeres y niños, nos roban propiedades y bienes; son cortesanos del diablo y nos hacen mucho mal” (5).   “`Nos llaman perros alemanes’, exclama el autor de una `canción amonestadora’ dirigida al Emperador en 1546″ (6), en los mismos términos que Antonio de Sosa se lamentara tantas veces –con el mismo insulto– de los berberiscos. Y hasta el “nefando”, que tanto escandalizara a los “papaces” españoles en Berbería, es aplicado a los lujuriosos españoles como una perversidad más por los alemanes:   “Porque las infamias que cometen las sabe enseguida todo el pueblo alemán: fornicación y pederastia” (7).   Si alrededor de 1550 “la versión alemana de la leyenda negra… alcanzó forma fija” (8), a partir de 1560 entra en juego su adopción por los flamencos holandeses. “Guillermo de Orange y sus conspiradores, consciente e intencionalmente, hicieron de la propaganda antiespañola un arma principal, encaminada a popularizar la rebelión y ganar adeptos y ayuda del resto de Europa” (9). La _Apología_ de Guillermo de Orange, de 1580, fue el panfleto más difundido; era “una elegante pieza de propaganda” (10) y en ella se acusaba al rey español Felipe II de incesto, bigamia, adulterio, asesinato del príncipe Carlos y de Isabel de Valois, de tiranía, duplicidad y fraude. Los panfletos antiespañoles de la Koninklijke Bibliotheek de La Haya y las colecciones –“Geusenliedboeck”– aparecidas en antología a partir de 1574 y muy reeditadas, a veces con ilustraciones, convirtieron en verdadera “cultura popular” holandesa aquella propaganda que –y es la desdicha– tanto fundamento tenía a raíz del gobierno del duque de Alba:   “millares de ejecuciones entre los neerlandeses de todas las clases sociales, incluso de algunos destacados magnates del país, tras haber sido dictadas las sentencias por un Tribunal asesorado también por españoles y previa ratificación del duque de Alba; matanza de los habitantes de Naarden (1572), los cuales habían capitulado sin resistencia; violencias y saqueos de los soldados en Malinas, en la misma fecha, y en Amberes en 1576” (11).   En los panfletos y canciones se compara a las claras a los españoles con los turcos: “Los soldados españoles… en el distrito de Westfalia… han cometido más crueldades y ejercido más tiranía que los turcos, enemigos del cristianismo, jamás hayan hecho” (12). “Libradnos, Dios Todopoderoso, de estos perros de presa, de esta maldita raza, ¡que es más perversa que todos los turcos juntos!” (13). Marnix de Sainte Aldegonde, “el más famoso `ministro de propaganda’ de Guilleremo de Orange” (14), “de la misma manera que Lutero comparaba a los españoles con los turcos” (15), en un discurso ante la dieta de Worms en 1578 advertía contra la alianza hispano-turca:   “Prenez donc bien garde… veu quíl appert que les Espagnolz ont de nagueres traicté une confederation avecques les Turcz, avecques pactions de leur estres tributaires, à fin d’avoir plus grandes forces pour opprimer  le pays bas… Par où vous cognoissez facilement ce que vous devez attendre d’eux” (16).   Era el momento culminante de las negociaciones de tregua ya reseñadas, en los años de Sosa y de Cervantes en Argel. La conferencia de Marnix de 1578 en Worms produjo un gran impacto. La paradoja de ambas “leyendas negras” no hacía más que magnificarse.   Pero en los años 80, y sobre todo después del desastre de la gran armada en 1588, la “leyenda negra” antiespañola resurgió con virulencia en Inglaterra. En 1581 llegó a Inglaterra huido dom Antônio, el pretendiente a la corona portuguesa desplazado por Felipe II; en 1583 aparecía la primera edición inglesa de la Brevísima Relación de la destrucción de las Indias de Bartolomé de las Casas y al año siguiente Guillermo de Orange era asesinado; en 1584 aparecía el Discurso sobre la Plantación Occidental, de Richard Hakluyt que, como en el resto de sus obras, ya libelísticas ya más profundas, y estimulando los “sentimientos hispanofóbicos”, es “uno de los esfuerzos de propaganda patriótica más significativos en toda la historia de Inglaterra” (17). En los panfletos después de la “armada invencible” aparecía el mismo lenguaje truculento y propagandístico que se había utilizado en Holanda y que insertará este sentimiento en la “cultura popular” inglesa. Los españoles es gente “desleal, voraz e insaciable, por encima de las demás naciones“; en los españoles “pueden verse conjuntamente incorporados una taimada zorra, un voraz lobo y un rabioso tigre“; el español es “inmundo y sucio puerco, una lechuza ladrona y un soberbio pavorreal…, una legión de demonios”; se exalta “su insaciable avaricia, su crueldad superior a la de un tigre, su suciedad monstruosa y abominable lujuria…, su lasciva u amimal violación de sus matronas, esposas e hijas, su sin par y sodomítico estupro de muchachos jóvenes” (18). Nuevamente el paralelismo con los textos anti-berberiscos en España es notable.   La confluencia de ingleses y holandeses, simbolizada por la colaboración entre Richard Hakluyt y el grabador, impresor y librero Theodore De Bry, daría lugar a una de las piezas más representativas de esta “guerra de papel“, como la denomina Philip W. Powell. De Bry, residente en Francfurt, viajó a Inglaterra en 1587 y comenzó su relación con Hakluyt; “ambos dieron origen a importantes series sobre exploración, de gran amplitud de conceptos y contenidos y, entre otras cosas, de fuerte sabor antiespañol” (19). Y en 1598 De Bry imprimió una edición de la Brevísima…  ilustrada con 17 grabados originales sobre suplicios y matanzas de indios, según las descripciones de Las Casas, imágenes terribles que iban a tener gran éxito editorial, impresas total o parcialmente e, incluso, como colección de imágenes sólo (20). Aquellas ilustraciones propagandísticas –es notable la irrealidad de la fiugura de los indios, mucho más parecidos a europeos– debieron causar gran impresión en su momento por la crueldad de los suplicios; “los que Sosa relata de los berberiscos, la nación cruel por antonomasia a ojos de los españoles, palidecen al lado de los realizados por los españoles según las láminas de la edición de Francfurt (1598)” (21).   De la misma manera que en la literatura española de la época se abordó la cuestión berberisca con esa imagen distorsionada por la “leyenda negra” sobre los berberiscos, en la literatura inglesa sucedió con los españoles. Middleton, Fletcher, Jonson, Peele o Heywood crearán personajes malvados –los “Don Diegos”– españoles del mismo modo que Cervantes, Espinel, Lope o Tirso en España crearán prototipos de malvados berberiscos (22).   Crueldad berberisca, crueldad española o crueldad de los tiempos. Es algo simple. Y, por desgracia, muy actual. Simple “razón de estado” o razón de “imperio”. José María Parreño habla de esa “moral doble según la cual todo lo que hacen unos está justificado y lo que hacen otros carece de justificación posible” (23), al referirse a la obra de Antonio de Sosa. Es de validez general. Aún hoy.   Para terminar este libro de maravillas quiero recoger un viejo texto de una crónica de hace casi medio milenio, la del cura de los Palacios, Andrés Bernáldez. Narra el suplicio que se le da en Barcelona a un “catalán y loco imajinativo y malicioso” que atentara contra la vida del rey Fernando en diciembre de 1492 –año de grandes hechos conmemorables– “con un alfange o espada, cortanchano, de fasta tres palmos“, ante toda la corte, después de cuatro horas de estar “juzgando y oyendo al pueblo“, en la Plaza del Rey:   “El traidor fue condenado por la justicia de la ciudad a muy cruelísima muerte; fue puesto en un carro y traido por toda la ciudad; y primeramente le cortaron la mano con que le dio al rey; y luego, con tenazas de hierro ardiendo, le sacaron una teta; y después le sacaron un ojo; y después le cortaron la otra mano, y luego le sacaron el otro ojo, y luego la otra teta, y luego las narices; y todo el cuerpo le abocadaron los herreros con tenazas ardiendo, e fuéronle cortando los pies; y después que todos los miembros le fueron cortados, sacaronle el corazón por las espaldas y echáronlo fuera de la ciudad; lo apedrearon e lo quemaron en fuego e aventaron la ceniza al viento. Llamábase este traidor Juan de Cañamas” (24).   En la mente parabólica de la época –tan cervantina, por otra parte–, los simbolismos tendían hacia lo evidente, más que ahora si cabe, aunque quién sabe. No iba a faltar más que cualquier Juan Cañamas pudiera descabezar así como así a los poderes establecidos. Aquí y allá era lo mismo el poder. Y las palabras, normalmente, a su servicio. Al menos en apariencia.   ——————–     NOTAS:   (1).- Ver relato 21 de Sosa, edic. de Sola y Parreño del Diálogo de los mártires… de Ed. Hiperión, en el que el jesuíta Torres en Argel es el encargado del legado testamentario de Luis Quijada, ayo de Juande Austria, destinado a la redención de cautivos. (2).- Sverker Arnoldsson, La leyenda negra. Estudio sobre sus orígenes, Göteborg, 1970, p. 134. (3).- Rodomontate espagnuole, Venecia, 1627, cit. en nota por Arnoldsson, op. cit.  p. 195. (4).- Ver Arnoldsson, op. cit., p.  139. (5).- Ib., cit. p. 125. (6).- Ib., p. 126. (7).- Ibidem. (8).- Ibidem. (9).- Philip W.  Powell, Arbol de Odio. La Leyenda Negra y sus consecuencias en las relaciones entre Estados Unidos y el Mundo Hispánico, Madrid, 1972, Porrúa, p. 88. (10).- G.  Parker, _Felipe II_, Madrid, 1984, Alianza, p.  240. (11).- Arnpldsson, op.  cit.  p. 137. (12).- Konink. Bibliot., folleto 1078, cit. Powell, p. 96. (13).- Ib., folleto 1199, cit. Powell, p. 97. (14).- Powell, op.  cit., p. 101. (15).- Arnoldsson, op. cit. p.  134. (16).- Cit.  ibidem. (17).- Powell, op. cit., p. 107. (18).- Textos de folletos publicados por A. Arnauld y R. Ashley, cit.  Powell. op.  cit., pp. 107-108. (19).- Powell, op. cit., p. 113. (20).- Ib., pp. 113-114 y nota p. 236. (21).- Ver Parreño, introd. a la edic. cit. del Diálogo de los mártires… (22).- Ver Albert Mas, Les turcs dans la littérature espagnole du Siècle d’Or (recherche sur l’évolution du thème littéraire), tesis de letras, París 1968, así como la tesis de Conchita Ortiz sobre el mundo berberisco argelino en el teatro español del Siglo de Oro, en la Complutense de Madrid; de ambos trabajos hay ediciones parciales. (23).- Ver su introduc. a la edic. cit. de Sosa. (24).- Bernáldez, Historia de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel, B.A.E., tomo LXX, Madrid, 1953, Atlas, c. CXVI, p. 656.   Hasta aquí, el artículo con las notas.   Algunas obras básicas de la “leyenda negra” –en la síntesis de García Cárcel– son:   -De Reginaldo González Montano, ¿protestante de Sevilla?, exiliado en Londres hacia 1557, Exposición de algunas mañas de la santa Inquisición española, en latín, 1567… punblicada en Heidelberg… resalta torturas y tormentos… edics. en inglés  1568, 1609, 1625… en francés, 1568… en holandés, 1569 (3ª edic.), 1620… en alemán, 1603, 1611… en España, en el siglo XIX.   ———–Tiene cierta importancia el exilio protestante hispano; evocación de la Biblia en castellano de  Valera y Casiodoro Reina, del XVI, no importante para el castellano cuando en otros países la versión de la Biblia lo fue mucho para sus lenguas nacionales… Clara conexión con las controversias de la Reforma/ Contrarreforma… Lo estudia muy bien Sergio Bertelli, un italiano, en un libro muy importante para entender el periodo moderno, Heterodoxos, libertinos y ortodoxos en el Barroco, cuando introduce la polémica contra los protestantes que presentaban sus martirologios modernos o criticaban el santoral como fantaseado…  Evocación de Flacius Illiricus y los “centuriadores”… para entender a Fox…————-   -John Foxe, 1554, Acts and Documents… (“Libro de los mártires” o “Book of Martirs”… en inglés y pronto de gran éxito… Exiliado en Holanda con María Tudor… Bloody Mary… (y Felipe II, rey de Inglaterra). Primeras ediciones completas, 1563 y 1570… Muy reeditado hasta 1954… Una segunda Biblia para los puritanos ingleses… Resalta la rapacidad inquisitorial y la indefensión de los acusados…   -Guillermo de Orange, 1580, la “Apología…” –lo veremos cuando evoquemos a Felipe II–… panfleto y habilidad política… gran éxito editorial en Inglaterra y en Holanda a finales del XVI y en el XVII…   -Antonio Pérez, “Rafael Peregrino”, Relaciones, 1594… éxito editorial en Francia, París, 1598, 1618, 1624… En España, editado en 1894… Contra Felipe II: “La tiranía es tan natural a Felipe como la risa al hombre”… “maligno y perverso”, “orgullo, arrogancia, tiranía e infidelidad”, contra los castellanos…   -Bartolomé de las Casas (1474-1566), 1578, Brevísima relación…, escrita en 1542… ediciones desde la de Sevilla de 1578… en francés, 1579, 1582, 1594… en inglés, 1583… Holanda, 1596… Alemania, 1579 y 1597… en latín, 1598… Edic. de Teodoro de Bry, Francfort, 1597, con 17 grabados… Hasta 1648, 26 eidiciones, 10 con láminas…   -Otras historias de América… López de Gómara y su “Crónica de la Nueva España” o Agustín de Zárate para Perú… traducciones e insistencia en el asunto de la crueldad…   -Girolamo Benzoni (Milán, ¿1519?)… en 1541, a América… platero… 1555, la Inquisición de México le condena por hereje luterano… Historia del Nuevo Mundo, Venecia, 1565… reedicción, 1572… en latín, 1578… tras edición francesa de 1579, éxito internacional… Holanda, 1572, 1582… en alemán, 1589, 1590, 1595, 1597… en latín, 1581, 1586, 1588 y 1590… En España, 1989… Lo más destacado para una propaganda, la violencia de Meléndez de Avilés contra los hugonotes franceses en Florida en 1565… Ediciones parciales, edic. de Bry en 1591…     Pero ya está bien… El envés de la moneda, la “leyenda rosa”… frente a un Felipe II como “demonio del mediodía”, un “rey prudente”… Lope, “gran vendedor” de la imagen de Felipe II… Historiadores y cronistas oficiales… Luis Cabrera de Córdoba, más o menos: por ejemplo, no vio publicada la segunda parte de su Historia de Felipe II en vida, y no lo fue hasta el siglo XIX… Quevedo, Gracián, Solís… García Cárcel habla de “narcisismo”… Y en paralelo una larga corriente autocrítica que arranca de Vives y los Erasmistas, sigue con Cervantes y los arbitristas, ilustrados del XVIII y afrancesados, regeneracionistas del 98 o exiliados derrotados de 1936…   “Hispanismo” internacional –Morel Fatio usa por primera vez en 1879 esa palabra–, apasionamiento y frecuente entusiasmo… cervantistas y raros…   Reflexiones finales de García Cárcel: 1.- No hay “conjura internacional” contra España… gran influencia cultural en su tiempo, etc… 2.- Responsabilidad española en la mala imagen: “gestión imperial”… “Una política como la española, imperialista en lo político, delirante en lo religioso, torpe en la fabricación de su propia propaganda” (p.36).    

Emilio Sola 16 marzo, 2012 8 octubre, 2014 España, hispanismo, historia y opinión, propaganda, siglo de oro
La Leyenda Negra Antiespañola. Daniel Montalvo Mena

Creo que al colgarlo aquí se han cambiado las fuentes y tal, me he encontrado con que se cambian tamaños y esas cosas, lo cambiaré cuando tenga algo más de tiempo, así que lo siento!     La Leyenda Negra Antiespañola DANIEL MONTALVO MENA 1. Introducción al término. Argumentaciones y oposiciones a la Leyenda Negra. “ La Leyenda Negra “ es un tópico sobre España debido a sus actuaciones a lo largo de la historia, el término fue acuñado por Julián Juderías en su libro La Leyenda Negra y la verdad histórica en la cual se reivindicaban una serie de valores hispánicos frente a las duras críticas recibidas desde el extranjero. En cuanto a las acciones que llevaron a este tópico sobre España existen dos puntos de vista claramente diferenciados: Por un lado, la visión negativa de España tanto por sus actuaciones en Europa en época imperial como sus actuaciones con los indígenas americanos. Sin embargo, esta negatividad hacia España tiene sus orígenes en momentos mucho anteriores a estas acciones pues según algunos autores el origen de la Leyenda Negra se remonta a la invasión de Italia en el siglo XIII por la Corona de Aragón y, si se realiza una visión más exhaustiva puede entreverse como la gran expansión de esta idea sobre España se debe a una serie de críticos de finales del siglo XVI, normalmente del mundo protestante, los cuales buscaban desprestigiar las acciones de la corona española, en ese momento regentada por Felipe II, entre las principales figuras a destacar de esta tendencia crítica hacia España se encuentran Reinaldo González y su Exposición de algunas mañas de la Inquisición Española, John Foxe y su Apología y Guillermo de Orange y sus Relaciones; sin embargo, las duras críticas que recibió España y que expandieron esta idea no llegaron sólo desde el extranjero ( Pues Reinaldo González era español, pero escribió desde el exilio en Francia por ser protestante ) sino que algunos autores criticaron a España desde dentro destacando la Brevísimo memorial de la destrucción de las Indias de Bartolomé de las Casas o Antonio Pérez. Sin embargo, la Leyenda Negra pasó de convertirse en una crítica de la sociedad española a convertirse en una crítica de las costumbres y de sus instituciones entre las cuales la más criticada fue la Inquisición, como curiosidad algunos autores incluso criticaron a los españoles desde un punto de vista biológico-racista como el francés Joly el cual escribe ciertas afirmaciones como “son también débiles e indigestos“, “a ser sordos están sometidos“ o “tienen la mayor parte de los dientes careados“.1 A pesar de esta dura crítica hacia los españoles por parte de Europa y de muchos españoles también ( Tanto desde dentro de España como fuera de ella ) hubo también una postura defensiva frente a las acusaciones, esta postura será la denominada Leyenda Rosa o Leyenda Blanca española, en la cual se intentó ensalzar los aspectos positivos e idealizados de la sociedad española, esta tendencia se proyectó principalmente en defender la cultura española al mismo tiempo que defendía las actuaciones políticas que había llevado a cabo España. Algunos de los principales representantes de esta tendencia defensiva fueron Alfonso García de Matamoros ( S. XVI ) con su Apología de Adserenda hispanorum eruditione ser de viris hispaniae doctis enarratio, Damasio de Frías con su defensa de la lengua española frente a las europeas o Pedro de Medina con Libro sobre las grandezas y cosas memorables de España. Sin embargo, las quizás las mayores consecuencias que tuvo la expansión de la Leyenda Negra fue su uso como arma política contra la monarquía hispánica de Felipe II, así pues los nobles flamencos rebeldes la usaron como método de desprestigiar al monarca, entre ellos destaca Guillermo de Orange, el cual en su obra Apología dice “los españoles han causado una muerte miserable a veinte millones de personas“, también fue usada por los nobles alemanes rebeldes luteranos, los cuales buscaban desprestigiar la corona para favorecer su independencia. De estas obras tan críticas con la monarquía española beben ahora otros autores como el protestante flamenco Jacques de Miggrode, quien hizo la primera traducción al francés de la Brevísima y que hizo un llamamiento a la resistencia de los holandeses contra España y sus formas de ocupación, el italiano Benzoni, el cual recogió las obras de diferentes cronistas españoles y escribió La historia del Mondo Novo en la cual resaltó todos los aspectos más crueles de la ocupación española de las indias. En el mismo momento que hubo tantos autores críticos con la monarquía hubo algunos autores que intentaron llevar a cabo obras objetivas como Gómara el cual en su Historia General de las Indias intentó explicar de una manera objetiva los sucesos en las Indias de tal manera que, al mismo tiempo que afirmó los asesinatos indiscriminados de indígenas también afirmó que fueron en defensa de los derechos humanos y a favor de la expansión del Evangelio, sin embardo, esta obra fue usada por los críticos de España por ser otra muestra de un español afirmando que esos asesinatos existieron. Frente a estos críticos hubo una serie de defensores de España entre los que destacaron Quevedo con su España defendida, Saavedra Fajardo o Antonio Herrera. A pesar de los intentos de este grupo su expansión en Europa no existió pues la expansión de la idea de los grandes asesinatos en las indias por los españoles estaba muy arraigada en Europa. A mediados del siglo XVIII, es decir, más de un siglo más tarde, comenzaron a darse cuenta los extranjeros de la exageración de los asesinatos debido a los intereses políticos de la época, destacan las críticas de Voltaire en su Ensayo sobre las costumbres en el cual califica a B. de las Casas como exagerado en más de una ocasión y Marmontel, quien en su obra Les Inces defendió la defensa de los indios por parte de los Reyes Católicos, de Carlos I y V y de Cisneros por lo que los culpables de las atrocidades no serían otros que aquellos que las realizaron y no toda la sociedad española. Por tanto, puede decirse que hemos hecho una pequeña aclaración sobre que es el término de la Leyenda Negra, su origen, su desarrollo y sus apoyos y objeciones con la llamada Leyenda Rosa, tras ésto nos centraremos en el origen de la Leyenda Negra debido a los acontecimientos dados en América y el trato dado a los indígenas, además de los conflictos ideológicos que surgieron entre diferentes filósofos-pensadores-eclesiásticos debido a este tema, es decir, trataremos de manera más detalladas las obras de algunos autores citados anteriormente e incluso de algunos que quedaron sin citar.               2. Origen de la Leyenda Negra, autores a favor y en contra de la explotación de los indios. Entre aquellos que defendieron los derechos naturales de los Indios y que, por tanto, contribuyeron al nacimiento de la Leyenda Negra destacan Fray Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria, Montesinos…. Bartolomé de las Casas fue un fraile dominico que buscó acabar con la explotación y exterminio que sufrieron los indígenas en la isla de la Española, sin embargo, no siempre fue un acérrimo defensor de los indios sino que, hasta 1512 Las Casas era un noble encomendero que explotaba a los indios tanto como los demás pero, a diferencia de muchos otros, el discurso y la excomulgación de Montesinos calaron muy hondo en él lo cual le llevó a convertirse en uno de los mayores defensores de los derechos indianos de su época. En su obra Brevísima relación sobre la destruición de las Indias, comenzó la legendaria Leyenda Negra antiespañola, sin embargo, esta obra no fue redactada con el objetivo de desacreditar o traicionar a la corona española sino que su objetivo era informar a los más altos cargos para que detuvieran el mal trato hacia los indios. Uno de los rasgos más importantes de la obra es su veracidad, en muchas ocasiones se ha cuestionado su veracidad debido a las grandes exageraciones que aparecen en el libro en cuanto a las cifras de muertos por las armas ( Actualmente se sabe que la mayor cantidad de muertos se debieron a las enfermedades ), a pesar de estas exageraciones, cuya única función era atraer la atención de los altos cargos, la mayoría de los datos que aporta Las Casas son de primera mano, es decir, vividos por él o de segunda mano, con lo cual se debería pensar que esta información es suficientemente veraz en la situación que él vivió, pues recordemos que Las Casas fue fraile en la zona insular de América, donde las poblaciones indígenas acabaron prácticamente extintas en su totalidad, sin embargo, el mismo autor nos dice que la zona de México “está algo menos mal“ por lo que la exageración que defienden muchos autores contrarios a Las Casas pudiera ser que no fuera una exageración tan grande. Las Casas nos muestra a lo largo de la obra, por tanto, una fuerte crítica hacia los españoles formando curiosamente una antítesis entre los “bárbaros” españoles y los “pobres” indios, es decir, Las Casas ve que el único problema que tenían los indios era su creencia hacia otros dioses, lo cual podía ser corregido con la predicación del cristianismo mientras que los españoles conquistadores fueron los verdaderos bárbaros al asesinar y violar a los indígenas, tanto durante la conquista como durante la explotación, pues critica el método en el que se explotaba a los indígenas tanto en las plantaciones como en las minas de plata mexicanas. La larga crítica e que realiza Las Casas sobre los conquistadores acaba relacionándose con una defensa de la acción de la Iglesia frente a la forma de actuar de los conquistadores así pues compara los “desórdenes” de las conquistas llevadas a cabo por unos “idolatras más fieros que las mismas fieras” frente a la actuación “excepcional” de la Iglesia en cuanto a la evangelización y defensa de los indios, encabezada por las “paternales órdenes que mantienen el Nuevo Mundo en justicia, paz y religión”. Por tanto, tras todo lo mencionado podemos decir que la obra de Las Casas no puede ser considerada como una obra histórica en la que se relaten unos hechos de manera completamente verídica pues se trata de una obra en la que exagera los datos que le interesa para hacer más incapié en la mala situación de los indios para intentar conseguir que los altos cargos españoles reaccionen y los ayuden. Puede decirse, tras todo ésto, que “La Brevísima” no fue un libro de crítica a la sociedad española, tal y como sería usada después por otros autores como los flamencos durante las guerras de religión, sino que se trata de una acusación hacia los conquistadores y de una apología directa hacia los indios. Sin embargo, la repercusión de la obra de Las Casas fue mucho mayor fuera de España que dentro de ella pues muchos autores la tomarían como base para formular la Leyenda Negra, la cual es atribuida a Las Casas, con lo cual discrepo pues el autor en ningún momento crítica a los peninsulares ni a su sociedad, sino a los conquistadores. Es decir, Las Casas escribe “La Brevísima” como un testimonio privado y personal con el cual intenta que el rey y el príncipe intervengan en América para que reformaran la política colonial a favor de los Indios, por lo que el autor se fija únicamente en aspectos negativos y, por tanto, es una visión incompleta de la verdadera realidad de las Indias. Por tanto, puede decirse que, aunque la función de la obra de Las Casas era defender a los indios explotados se convirtió en un arma política aprovechada por los flamencos protestantes durante las guerras de religión hispano flamencas los cuales, encabezados por Guillermo de Orange usaron esta Leyenda antiespañola como arma política para instar a más poblaciones a la revuelta. A pesar de que Las Casas se ha convertido a lo largo de los siglos como el “apóstol de los indios” éste fue influido por una corriente de intelectuales defensores de los derechos de los indios entre los que destacan figuras como Montesiones, Fco. de Vitoria, Antonio Pérez y el cardenal Cisneros. Fray Antonio de Montesinos era un dominico que se encargaba de la isla de La Española, se convirtió en una de las figuras más importantes en cuanto a la defensa de los indios tras su famoso discurso ( Redactado por los demás dominicos, él fue el encargado de exponerlo ) frente a los encomenderos españoles, entre los que se encontraba Bartolomé de las Casas, en este discurso Montesiones excomulgó a todos aquellos encomenderos que mantuvieran esclavos a sus indios y no pidieran perdón lo cual creó una gran polémica en la que tuvieron que intervenir incluso los RRCC. Los dominicos, a pesar de ser amenazados por su propia orden y por varios nobles continuaron predicando sus valores y su defensa a los indios de manera que en 1512 el rey Fernando se vio obligado a convocar la famosa Junta de Burgos, por lo que puede considerarse a Montesinos y a los dominicos de La Española como los primeros defensores directos de los derechos humanos y como los iniciadores de los conflictos políticos provocados por el trato hacia los indios. Otra figura que, a pesar de ser mucho menos mediática que los otros dos anteriores fue Fco. de Vitoria pues, desde su puesto dentro de la Universidad de Salamanca defendió a los indios de manera teórica, es decir, mediante el estudio de los grandes de la Iglesia y de la Biblia buscó argumentos teóricos teológicos para defender los derechos de los indios americanos, los cuales serían usados posteriormente por otros autores para defenderlos, entre los principales argumentos que usó destacan la negación de los derechos universales del Papa y del Emperador al mismo tiempo que niega la subordinación de aquellos pueblos paganos a la cristiandad pues Fco, de Vitoria creía en la igualdad jurídica de los pueblos. Tras haber expuesto algunos de los defensores de los derechos indianos y, por tanto, primeros autores de la Leyenda Negra aparecen también una serie de autores que negaron estos derechos de los indios, normalmente los autores que negaron esos derechos estaban muy relaciones con la nobleza terrateniente indiana o con grandes mercaderes de esclavos por lo que esta corriente es una corriente elitista y con un mayor interés político-económico que la anterior. Entre estos críticos contra los defensores de los indios destaca la figura de Sepúlveda, un famoso historiador y jurista español y cronista del emperador Carlos I y V. Sepúlveda destacó por ser contrario a las ideas de Vitoria y Bartolomé de las Casas en cuanto al trato que se merecían los indígenas americanos, en su De la justa causa de la guerra contra los indios se ve como, debido a la gran influencia que tuvo en su pensamiento Aristóteles defiende la conquista de los pueblos menores o “bárbaros” por los pueblos superiores y que, éstos últimos, al ser superiores técnica y culturalmente deben esclavizarlos e imponer su cultura, destaca uno de los fragmentos del libro antes citado “¿Qué cosa pudo suceder a estos bárbaros más conveniente ni más saludable que el quedar sometidos al imperio de aquellos cuya prudencia, virtud y religión los han de convertir de bárbaros….” en el cual se ve claramente cual es su actitud ante la ocupación de los indígenas. Otro defensor de las teorías de ocupación de los indios por la fuerza era Don Antonio Ramírez, obispo de Segovia, el cual publicó la Apología del libro sobre las causas justas de la guerra en el cual se recogían argumentos a favor de la obra y el pensamiento de Sepúlveda en apoyo contra Bartolomé de las Casas. Tanto en la obra de Sepúlveda como en la de Antonio Ramírez se busca una justificación a la guerra usando teorías de origen aristotélico como la superioridad de las civilizaciones con mayor cultura y técnica frente a las demás y su capacidad para esclavizar a aquellos inferiores a ellos y también argumentan la ocupación como la necesidad de expandir el cristianismo de manera rápida ara acabar con comportamientos paganos como el canibalismo. Este conflicto entre ambas corrientes de pensamiento fue el más difundido y el que expandió la idea negativa sobre la ocupación española de América, sobretodo durante la reunión en Valladolid en la que se enfrentaron Bartolomé de las Casas y Sepúlveda directamente para determinar ante un tribunal cual era el punto de vista correcto 3. Expansión de la Leyenda Negra a Europa, cambio de significado y arma política. Estos conflictos internos en la sociedad española fueron los que formaron la que ahora se conoce como Leyenda Negra antiespañola, sin embargo, lo que en España comenzó a solucionarse y olvidarse debido a la gran atención que tuvo la monarquía sobre el trato a los indios y a su gran cantidad de intervenciones pues, tras las Leyes Nuevas de Indias (1552) se acabó con las encomiendas vitalicias, sustituidas por las encomiendas temporales por dos vidas, además de regularse el tiempo que trabajaban y la cantidad de indios que debían trabajar. En definitiva, puede decirse que la situación en España tendió a relajar la tensión que hubo anteriormente a pesar de algunas revueltas llevadas a cabo por los encomenderos españoles en América. Sin embargo, la Leyenda Negra surgió con mucha más fuerza que antes en 1568 pues los flamencos rebelados en los Países Bajo encabezados por Guillermo de Orange llevaron a cabo una revuelta en la que se usó la Leyenda Negra como un arma política con el que minar el prestigio internacional de la monarquía católica de Felipe II y como método de mantener la alianza política con Inglaterra contra la Iglesia Católica por los intereses de ésta en América2. Los panfletos propagandísticos se convirtieron en algo diario en esta época, en ellos aparecían fragmentos de “La Brevísima” y se afirmaba que la predicación y la expansión del catolicismo en América o fue más que una excusa de la corona española para someter y explotar a los indios, entre algunos autores de esta propagan antiespañola destacan Miggrode y Chauveton quienes propusieron incluso una cruzada contra España con el fin de liberar a los indios de su evangelización “contaminada”. Por tanto, puede decirse que, tras la confusión inicial de la conquista americana redactaba por los primeros cronistas españoles, muchos autores europeos crearon una idea de la expansión americana de España que acabó convirtiéndose en realidad histórica para los países que salieron vencedores de la paz de Westfalia, es decir, nos referimos a dos Leyendas Negras completamente diferentes: Una Leyenda Negra inicial, en la que se trataba sobre el trato que se dio a los indios por los primeros encomenderos conquistadores de América y una Leyenda Negra europea, extendida gracias a la propaganda antiespañola flamenca en la cual se criticaba la expansión de la corona en América y su política de explotación económica. Hubo una gran cantidad de autores que criticaron el sistema colonial castellano desde el extranjero, quizás entre los más importantes estén Guillermo de Orange, Chauveton y Miggrode. Chauveton fue un autor francés que destacó por traducir y comentar la obra antiespañola de Jerónimo Benzoni, en el cual se critica las acciones españolas en América y se denuncia la expansión del Evangelio como instrumento de expansión y conquista, el francés exagera aún más el texto denominando al imperio español “imperio satánico”pues según él las acciones que llevaron a cabo los españoles movidos por la codicia y la avaricia les llevó a cometer actos más paganos que los mismos sacrificios humanos que llevaban a cabo los indígenas. A continuación de esta obra Chauvetón publicó la Breve historia de la masacre cometida por los católicos contra los hugonotes franceses en el asalto a la Florida en la cual continúa argumentando su idea de que los españoles usaban argumentos religiosos para llevar a cabo actos de barbarie y de asesinato; así pues, Chauveton condenaba la evangelización de las indias tanto por su justificación religiosa como por sus métodos de aplicación. En 1579 Miggrode lleva a cabo la primera traducción directa de “La Brevísima” al francés (Anteriormente sólo habían llegado traducciones de traducciones flamencas) y desde entonces la obra de Las Casas sería manipulada constantemente para atribuirle un significado que no tenía pues se la manipuló para considerarla como una obra en la que resumían todas las actuaciones españolas en las indias cuando únicamente abarcaba los puntas de vista negativos sobre esta ocupación. Miggrode tuvo gran relevancia ya no sólo por la traducción de la obra de Las Casas sino que su obra fue el punto de partida de una serie de ediciones en la guerra de propaganda antiespañola. Por último una de las figuras fundamentales en la expansión de la Leyenda Negra antiespañola en Europa fue Guillermo de Nassau o Guillermo de Orange, este autor mantuvo durante el gobierno español una posición muy intermedia, sin embargo, tras el tribunal de los tumultos y la expropiación de sus tierras se convirtió en una especie de líder de los rebeldes flamencos favorecido por la gran popularidad que tenía en el pueblo holandés. Guillermo no se opuso nunca al rey de España sino a los gobernantes españoles en los Países Bajos, además siempre abogó por una libertad religiosa, a diferencia de muchos calvinistas radicales que defendían la prohibición del catolicismo. La importancia en la expansión de la Leyenda Negra de Guillermo reside ya no sólo en sus obras personales en las que critica las acciones españolas en las indias como su Apología sino que también fue uno de los principales precursores de la propaganda antiespañola para favorecer los ideales rebeldes en los Países Bajos y que más ciudades cayeran en su órbita de influencia, para esta propaganda se usaron fragmentos de la obra de Las Casas y se decía que si se dejaban ocupar por los españoles a ellos les pasaría lo mismo. En conclusión, puede decirse que la Leyenda Negra, más que nacer en España nació en Europa pues una serie de autores trataron de desprestigiar a la monarquía hispánica y para ello usaron las obras de autores españoles que buscaban mejorar la situación de algunos siervos del Imperio Español. Hasta el momento, todas las posturas, tanto dentro como fuera de España, se situaban a un lado u otro del problema, unos lo negaban rotundamente mientras que otros lo exageraban hasta llegar al extremo, sin embargo hubo una corriente mucho menos radical que abogaba por una posición intermedia, es decir, admitía los abusos sobre los indios en los inicios de la ocupación pero también afirmaba que esas actuaciones quedaban fuera del control de todos los gobernantes españoles ( Los cuales trataron de evitar el maltrato a los indios desde el principio ) y que ni ellos ni su sociedad era culpable, sino los primeros conquistadores ( Los cuales se convertirían en los primeros encomenderos ). Entre esta corriente destacan Saavedra Fajardo, este diplomático español vivió en época de Felipe IV ( Es posterior a los otros autores ) y a lo largo de su obra se repite en la confirmación de los asesinatos indiscriminados durante la conquista de las Indias pero siempre defendiendo a los gobernantes pues, según él, la causa de estos asesinatos era que no se había dado tiempo para legislar cómo se había de tratar a los indios y por eso pudieron los conquistadores actuar de esa manera. Esta corriente intelectual que trata de desahogar la presión sobre los actos españoles en América no se da únicamente en la península sino que, ya entrada en la Ilustración algunos autores le restaron responsabilidad a los actos que allí se dieron, entre estos ilustrados la figura más destacada es la de Voltaire, quien en su Ensayo sobre las costumbres considera que Las Casas exagerá demasiado lo que escribe en su obra.                 Conclusión Finalmente y en resumen a todo el catálogo de obras y corrientes que trataron sobre la Leyenda Negra desde el comienzo de la expansión indiana hasta la decadencia total del Imperio Español en época ilustrada puede sacarse una breve conclusión sobre la gran trascendencia que tuvo el tema sobre todo durante el reinado de Felipe II ( 2ª mitad del siglo XVI ) pero que abarcó varios siglos. Como primera ( Y quizás más importante ) reflexión personal tras haberme documentado con una serie de autores especializados en el tema, se trata sobre el origen de la Leyenda Negra pues éste comúnmente ha sido atribuido a Bartolomé de las Casas por su “Brevísima” sin embargo, incluso el mismo autor afirma que se trata de una obra que intenta dar a entender la realidad de la situación de los indios a los altos cargos de gobierno español indiano por lo que, desde mi inexperto punto de vista, éste no es el nacimiento de la Leyenda Negra antiespañola, sino que la obra de Las Casas fue un precedente perfecto tanto para los conflictos ideológicos que surgieron en torno a él por los diferentes puntos de vista que existieron en España ( Teniendo siempre presente el famoso tribunal entre Las Casas y Sepúlveda ) y fue el precedente perfecto para lo que yo considero que es el verdadero origen de la Leyenda Negra más que su punto de expansión, Europa. El conflicto en los Países Bajos durante el reinado de Felipe II dividió Europa en dos bandos enemistados, los cuales debían llevar a cabo una fuerte propaganda política-religiosa contra el otro bando para que sus poblaciones apoyaran sus luchas; éste y no otro fue el punto de nacimiento de la Leyenda Negra, esta propaganda ( Ya se han comentado los autores que criticaron constantemente al Imperio Español ) fue la que expandió ya no sólo a las clases altas de la sociedad sino a toda la población las malas actuaciones del Imperio Español en América, barbarizando a todos los españoles y creando una serie de prejuicios contra todo lo español y un sentimiento de resistencia e incluso de miedo por si eran conquistados y tratados de la misma manera que los indígenas americanos. Sin embargo, al mismo tiempo que se difundía la Leyenda Negra antiespañola por Europa los imperios inglés y francés se expandían por el Norte de América, allí el trato a los indios fue diferente al modelo español pues los indios no fueron explotados ya que se favoreció en gran medida el comercio de esclavos negro desde África para las grandes plantaciones norteamericanas. En cuanto al trato de los indios por parte de los imperios europeos el sistema se basó en crear una serie de alianzas personales con las diferentes tribus, las cuales veían su territorio reducido por la expansión europea y, posteriormente, se les utilizó como uno de los pilares del ejército americano, lo cual llevó a enfrentamientos entre tribus hermanadas en muchos casos sólo por ser aliadas de diferentes potencias. Este sistema llevó a casi la entera desaparición de la población indígena norteamericana lo cual nos plantea una cuestión: ¿ Por qué no se expandió, al igual que pasó con España, esa “Leyenda Negra” ? Por otra parte, cabe destacar la actuación de la Iglesia en defensa de los Indios americanos durante el periodo de conquista y de explotación de América encabezados por los frailes dominicos y los frailes jesuitas y de la gran repercusión que tenían, ya no sólo dentro del ámbito ideológico de la sociedad sino en el ámbito político así como la excomulgación de Fray Montesinos de todos los nobles de su parroquia por su maltrato a los indios llevó a que el mismo rey de Aragón y regente del reino de Castilla ( Fernando el Católico ) se viera obligado a intervenir en ese asunto. Sin embargo, también hubo personalidades religiosas que aceptaron e incluso defendieron la conquista indiana por sus actos “barbáricos” y paganos, entre los que destaca el ya mencionado Sepúlveda. BIBLIOGRAFÍA: La Leyenda Negra. Ricardo García Carcel, 1990. Ed Anaya. Madrid. La Leyenda Negra. Joseph Pérez, 2009. Ed Gadir. Madrid. Brevísima relación de la destruición de las Indias, Bartolomé de las Casas, 2007(1552). Ed Cátedra. Madrid. La Conquista del Nuevo Mundo. Textos y documentos de la aventura americana, Mercedes Serna,2012. Ed Clásicos Castalia. Madrid. La Leyenda Negra a debate. Filosofía de las fuentes en la Formacion de América. Guerra de Propaganda Antiespañola. ¿Cómo se manipuló la historia?, Luciano Pereña, 2000. Forum hispanoamericano Francisco de Vitoria. Madrid. La Leyenda Negra a debate. Filosofía de las fuentes en la Formacion de América. Proceso a la Leyenda Negra. Guerra de Propaganda antiespañola. Luciano Pereña, 2000. Forum hispanoamericano Francisco de Vitoria. Madrid. 1 La Leyenda Negra, Ricardo García Castel, 1990, Anaya. 2La Leyenda Negra a debate. Guerra de Propaganda Antiespañola. Tomo 1. Luciano Pereña. 2000. Madrid

Daniel Montalvo 17 febrero, 2014 17 febrero, 2014 Leyenda Negra
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