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11 Luis de Pedrosa, de Osuna y casado en Marbella, de 37 años

(DECLARACIÓN DE LUIS DE PEDROSA).   Testigo. En este dicho día, shop mes y año susodicho (14-10-1580), sovaldi para la dicha información, el dicho Miguel de Cervantes, ante mí, el dicho notario apostólico, trajo y presentó por testigo   al alférez Luis de Pedrosa, natural de la villa de Osuna, en el Andalucía, y residente en la ciudad de Marbella, vecino y casado en ella.   Del cual se recibió juramento, según derecho.   Y habiendo jurado y siendo preguntado por el tenor del dicho pedimiento y preguntas del dicho interrogatorio, dijo y depuso lo siguiente:   I. A la primera pregunta, dijo que este testigo conoce al dicho Miguel de Cervantes habrá dos años, poco más o menos, que será el tiempo que este testigo fue traído para Argel, porque pocos días antes había (sido) cautivado.   Generales. Fue preguntado por las preguntas generales.   Dijo que este testigo es de edad de 37 años, poco más o menos, y que no es pariente ni enemigo del dicho Miguel de Cervantes –que lo presenta por testigo–, ni le tocan las demás generales.   II. A la segunda pregunta, dijo que todo lo en ella contenido este testigo lo ha oído decir públicamente por Argel.   III. A la tercera pregunta, dijo que por tal persona dice este testigo tiene al dicho Miguel de Cervantes, porque, (a)demás de lo que se contiene en esta dicha pregunta tocantes al dicho Miguel de Cervantes, a su nobleza y calidad, este testigo tiene noticia y sabe que pasó por realidad de verdad que en la villa de Osuna, de donde este dicho testigo tiene declarado ser natural, donde tuvo en ella a sus padres, sabe este testigo que en ella fue corregidor Juan de Cervantes, el cual tenían y tuvieron por un principal, honrado caballero. Y, así, teniendo estos méritos, trajo y le dieron la vara de tal corregidor por orden y merced del conde de Ureña, padre del duque de Osuna, cuya es ahora la dicha villa. Y que el padre de este dicho testigo tuvo estrecha y ordinaria amistad con el dicho Juan de Cervantes, corregidor, el cual este testigo ha sabido por cosa muy cierta que el dicho Miguel de Cervantes es nieto del susodicho.   Y que por esta razón –(a)demás de lo contenido en la dicha pregunta, como dicho tiene– este testigo por tal persona –como en ella se declara y manifiesta en la pregunta– tiene al dicho Miguel de Cervantes por muy principal hidalgo y persona, limpio y bien nacido.   Y que esto responde a la dicha pregunta.   IV. A la cuarta pregunta dijo que este testigo tiene por cosa cierta todo lo en la dicha pregunta contenido por haber visto en parte del tiempo que este testigo está en Argel lo contenido en la pregunta.   Y esto responde a ella.   V. A la quinta pregunta, dijo que este testigo lo en ella contenido pasó así como en ella se contiene. Y que este testigo lo cree y tiene por cierto por habérselo dicho muchas persona principales, fidedignas y de crédito.   Y esto responde a la dicha pregunta.   VI. A la sexta pregunta, dijo que todo lo en ella contenido este testigo lo ha oído decir públicamente. Y porque, así, fue tan divulgado este testigo lo ha tenido y tiene por cierto.   VII. A la séptima pregunta, dijo que este testigo dice lo que dicho tiene en las preguntas antes de ésta.   Y que esto responde.   VIII. A la octava pregunta, dijo que todo lo en ella contenido lo ha oído decir tantas y diversas veces por Argel que este testigo lo cree y tiene por cierto.   Y esto responde.   IX. A la novena pregunta, dijo que todo lo en ella contenido este testigo lo tiene por muy cierto por haber tendido tanta noticia y relación –después que vino a esta tierra– de este negocio.   Y esto responde a la pregunta.   X. A la décima pregunta, dijo que todo como en ella se contiene este testigo lo ha oído decir muchas veces –como en las preguntas antes de ésta se contiene–, por ser todo un particular y caso que va correspondiente a una misma cosa, y por esta causa este testigo lo ha tenido y tiene por cosa muy cierta.   Y esto responde.   XI. A las once preguntas, dijo que este testigo por cosa muy cierta tiene lo en ella contenido.   Porque siendo el dicho Miguel de Cervantes de las calidades referidas, pasaría y sería todo como en la dicha pregunta se contiene.   Y esto responde.   XII. A las doce preguntas, dijo que todo lo en ella contenido este testigo lo ha oído decir por Argel y por ser caso que fue notable este testigo lo ha creído y tenido por cosa cierta.   Y esto responde a la dicha pregunta.   XIII. A las trece preguntas, dijo que todo como pasa y se contiene en la dicha pregunta es notable y gran verdad.   Porque este testigo –antes de quererse fabricar, tratar y empezar de poner en obra lo que la pregunta refiere–, el dicho Miguel de Cervantes, –como persona discreta, sagaz y constante, para satisfacerse y enterarse y para satisfacer a sus amigos y a quien había de dar el dinero para la fragata y otras cosas necesarias y anejas a la prevención de ella–,   vino un día a este dicho testigo y lo apartó y llamó en gran secreto.   Y le preguntó que qué persona era el renegado que la pregunta dice, y que si tenía voluntad de quererse volver a tierra de cristianos que se lo dijera y descubriese este testigo, pues eran paisanos ambos a dos, y de una tierra.   Y visto esto –que este testigo entendió llevar buen camino y ser enderezado a servir a Dios y a su majestad y hacer gran bien a cristianos–,   este dicho testigo le respondió que el dicho renegado era persona de autoridad y tenía buenas prendas, (a)demás de tener buenos propósitos.   Que llegase a él secretamente y por términos discretos, pues el dicho Miguel de Cervantes lo era, y podrían ambos conferir el negocio, y luego sentirá en él lo que hay en su pecho.   Y, así, desde entonces, se puso en astillero el negocio de forma que se efectuó y puso por obra todo lo contenido en esta dicha pregunta, lo cual es la verdad.   Y esto responde a la pregunta.   XIV. A las catorce preguntas, dijo que todo lo en ella contenido es la verdad y pasa como en ella se declara.   Porque este testigo era uno de los principales consortes en este negocio por dos maneras.   La una, por ser el renegado de la tierra y lugar de este testigo.   Y la otra, por habérselo dicho en secreto el dicho Miguel de Cervantes, que estuviese a punto para cierta hora que el susodicho avisase a este testigo.   Y, así, le es notorio, público y manifiesto a este testigo, y es verdad.   Y esto dice a la pregunta.   XV. A las quince preguntas, este testigo dice lo que dicho tiene en la pregunta antes de ésta, que es ramo una de otra.   Lo cual es notorio y manifiesto. Y por estas razones es verdad todo lo en la dicha pregunta contenido, a la cual –como en toda ella se declara– este testigo se refiere.   XVI. A las diez y siete preguntas, dijo que todo pasa y es así, como en ella se contiene, verdad, público y notorio, así a cristianos como a moros y turcos.   Y esto responde a la pregunta.   XVII. A las diez y siete preguntas, dijo que todo lo en esta pregunta contenido es la verdad.   Porque lo que pasa es que el dicho Miguel de Cervantes –estando en poder… (ado) ya en manos del rey– envió a decir secretamente a este testigo que no tuviese pena él ni otros amigos y consortes del negocio, que él sería tan constante y de valor que no condenaría a ninguno, puesto que lo pusiesen a muchos y graves tormentos.   Y, así, si acaso a este testigo le prendiesen o a otros, que de mano en mano avisase a cada uno que echasen la culpa siempre al susodicho Miguel de Cervantes.   Y, así, quiso Nuestro Señor que ninguno pasase trabajo.   Y este testigo vio que el dicho Miguel de Cervantes fue tan constante de ánimo, aviso y valor que –puesto que el dicho rey le hizo todas las amenaza del mundo– no discrepó ni varió para hacer mal a ninguno, como dicho tiene.   Antes, el dicho Miguel de Cervantes se dezimio (sic) cargo y descargo a sí y a otros, de forma que salió de las manos crueles del rey de Argel, cuyo nombre, fama y obras era asesinador de cristianos.   Finalmente, que por hacerlo tan discretamente el dicho Miguel de Cervantes cobró gran fama, loa y honra y corona, y era digno de grande premio.   Y esto dice y responde a la pregunta.   XVIII. A las diez y ocho preguntas, dijo que todo lo en ella contenido es la verdad.   Porque desde el tiempo que este testigo le conoce, tra(ta) y comunica, le ve y ha visto poner en ejecución todo lo en esta pregunta declarado.   Y esto responde, y se remite a ella.   XIX. A las diez y nueve preguntas, dijo que este testigo por tal persona como en ella se expresa tiene al dicho Miguel de Cervantes.   Porque en todo Argel –puesto que haya otros caballeros tan buenos como él– este testigo no ha visto –que para usar el hacer bien a otros cautivos ni presuman de casos tan de honor– como el susodicho.   Porque, en extremo, tiene especial gracia en todo.   Porque es tan discreto y avisado que pocos hay que le lleguen.   Y, así, su trato (y) comunicación de ordinario es con caballeros, letrados, comendadores y capitanes religiosos.   Y que ha visto este testigo que el muy reverendo padre fray Juan Gil –de la corona de Castilla, redentor que al presente está en Argel–, huelga y gusta de su trato del dicho Miguel de Cervantes, admitiéndole en comunicarse como en sentarlo a comer a su mesa.   Y que este testigo ha sabido que hoy, en este dicho día (14-10-1580), le convidó a comer.   Y que este testigo, como dicho tiene, está enterado ser el dicho Miguel de Cervantes tal persona como (es) dicho.   Y esto responde a la dicha pregunta.   XX. A las veinte preguntas, dijo que este testigo tiene al dicho Miguel de Cervantes por persona honesta, limpio y quieto, y apartado de vicios y malos pensamientos, casto y recogido, no acostumbrado a tratar ni cometer cosas feas que su persona venga a menoscabo.   Antes, este testigo lo tiene por tal persona como dicho tiene en las demás preguntas, y por tal como en esta pregunta se declara.   Y esto responde y dice a la dicha pregunta, a la cual se refiere.   XXI. A las vientiuna preguntas, dijo que todo lo en ella contenido es así como en ella se contiene.   Porque lo que pasa es que el dicho Juan Blanco de Paz, en esta ciudad de Argel, hizo grande maldad contra muchos cristianos, respecto de haber descubierto y dicho al rey de Argel lo que pasaba acerca de la dicha fragata, y afirmádoselo todo lo que pasaba.   Y por ser el dicho Miguel de Cervantes el caudillo y actor de este hecho, con razón se aclamaba y quejaba contra el dicho Blanco más que todos los demás, porque lo sintió por extremo, como era razón sentirlo.   Porque el dicho Miguel de Cervantes había trabajado mucho en ello, en buscar muchas personas principales que entrasen en ello, como buscó y entraban, (a)demás de otras gentes comunes, hombres de hecho que tenía prevenidos para el remo.   Todos los cuales, unos y otros, gemían y se afortunaban con grandes suspiros contra el dicho Juan Blanco de Paz, de forma que unos decía:   –¡Oh, malhaya el cutiverio que, aunque se quieran vengar los hombres y dar el pago a quien lo merece, no pueden!   Y otros decían:   –¡Oh, si el dicho Juan Blanco no fuera sacerdote para poner las manos en él y darle su satisfecho!   Y esto dice y responde a la dicha pregunta, a la cual este testigo se refiere.   XXII. A las veintidós preguntas, que este testigo dijo que todo lo que en ella es contenido fue y pasó así como se declara en la dicha pregunta, por ser notorio.   Y esto responde a ella, a la cual se refiere.   XXIII. A las veintitrés preguntas, dijo que todo lo contenido en ella este testigo lo ha oído decir por Argel muy públicamente, por donde entiende, cree y tiene por cierto que es verdad.   Y esto responde a la dicha pregunta, a la cual se refiere.   XXIV. A las veinticuatro preguntas, dijo que de la manera y forma que en la dicha pregunta se declara, este testigo, hablando con personas amigos suyos, le dijeron por cosa muy cierta que el dicho Juan Blanco andaba procurando testigos para tomarlos contra cautivos de Argel, en especial contra el dicho Miguel de Cervantes que la pregunta dice. Y este testigo lo creyó y tuvo por cierto.   Y esto responde a la dicha pregunta, a la cual se refiere.   XXV. A las veinticinco preguntas, dijo que lo que pasa de esta pregunta es que este testigo ha entrado en el baño del rey –donde habitaba de ordinario el dicho Juan Blanco de Paz— a oír misa por haber dentro iglesia donde se celebran oficios divinos.   Y puesto que este testigo ha estado dentro por esclavo del rey  pocos días, nunca en el un tiempo ni en el otro vio ni oyó misa dicha por el dicho Juan Blanco de Paz, ni rezar a las horas que la pregunta dice.   Antes, oyó decir y murmurar cuán mal lo había hecho en tener cuestión con dos frailes religiosos; y al uno había dado un bofetón y al otro de coces.   Y que por estas causas –y otras que dicho tiene— enjendró mucho escándalo y dio mal ejemplo.   Y este testigo lo tiene por persona de mala opinión, pues sus obras son dignas de ello.   Como todo más largamente consta por lo que se contiene en las demás preguntas antes de ésta, a que se refiere.   Y esto dice y es la verdad todo lo que tiene dicho para el juramento que hizo, y firmolo el alférez Luis de Pedrosa.   Pasó ante mí, Pedro de Ribera, notario apostólico.

Emilio Sola 10 febrero, 2012 12 febrero, 2012 abuelo de Cervantes, ARGEL, Blanco de Paz, cautiverio
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