II.I9.13 – VIAJES DE PIETRO DELLA VALLE EN EL S XVII-Las fiestas del Naurûz o de la primavera

2 mayo, 2025 Bibliografia, Clásicos Mínimos, Galeatus 0

Autor del Documento: Esmeralda de Luis y Martínez

II.I9.13 – VIAJES DE PIETRO DELLA VALLE EN EL S XVII – «Las fiestas del Naurûz o de la primavera»

II.19.13-Regalos para el sultán Husayn en la fiesta del Naurûz.

Y el relato continúa de este modo:

“… Gozo de una salud perfecta, pero estoy algo molesto a causa de los ayunos de la Cuaresma, que he comenzado y hecho en parte durante un viaje tan largo y agotador como el que os he descrito, y entre cuyas incomodidades estaban la abstinencia, la mala comida y el haber dormido siempre vestido durante cincuenta noches, incluso sin desabrocharme el cinturón, de tal modo que, cuando durante el día me cambiaba de camisa, me encontraba muy débil y perdido el buen aspecto que había conseguido conservar hasta el momento. No obstante, por la gracia de Dios, no he dejado de observar los ayunos de Cuaresma, y espero que ahora, con reposo y buenos alimentos pueda volver a recuperar mi antiguo estado…»

«… El equinoccio, que en estos países llaman Neu-ruz, “día nuevo”, en el que comienza no solo la primavera, sino también el año solar, lo celebran con mucho regocijo en Persia; aunque tan solo consiste en hacerse regalos unos a otros. El mismo rey recibe presentes de todos sus ministros y de casi todo el reino. En estas fechas también se visten con ropa nueva; beben, comen, salen de paseo hombres y mujeres con más libertad y regocijo que de ordinario, y sobre todo fuera de las murallas de la ciudad, en donde cada puerta tiene su día de fiesta especial, comenzando por el primer día del equinoccio y continuando así hasta el final. Los indios también usan de las mismas prácticas, y en los patios de los caravasares en donde se alojan levantan pabellones para cantar y danzar toda la noche; pero me parece que ninguno estamos de acuerdo en cuanto al día exacto en que comienza el equinoccio; ni nosotros con los persas, como tampoco los persas con nuestros astrólogos. No obstante, yo me fijaré bien en estas cosas y las anotaré con mucho cuidado y exactitud cuando las haya visto en persona, ya que aún no hemos llegado aquí al equinoccio de primavera…»

El relato completo de esta entrega se puede leer en el siguiente enlace: