I.2.07 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Carta 2 – Intrigas en la Corte del Sultán. La muerte de un Pachá.

Autor del Documento: Pietro della Valle

I.2.07 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Carta 2 – Intrigas en la Corte del Sultán. La muerte de un Pachá.

I.2.07 - Sultán Ahmed I (grabado de John Young)

I.2.07 – Sultán Ahmed I (grabado de John Young)

En la entrega anterior (I.2.06), el Señor della Valle visita una tekka, la de los derviches de Péra y describe sus costumbres, vestimentas, y rituales, comparándolas con las comunidades monásticas cristianas, concluyendo ese capítulo con unos comentarios sobre las diversiones de los turcos durante el Ramadán.- “… Durante la noche también se puede ver pasear por las calles una gran estatua hecha de aros superpuestos y cubiertos con una tela, que imita a la falda española y que en Nápoles se llama una vertugade; bajo este armazón así vestido, hay un hombre que es el que lo transporta, y que lo hace danzar una especie de zarabanda parecida a la chacona de España. La cabeza de este monigote presenta dos caras; una es la de un hombre contrahecho, y la otra la de un carnero cornudo; cuando pasa por su lado esa farsa, ellos la llaman, y yo no conozco sus razones para ello, “ahí viene el camello que habla”, y aunque a mi parecer, éste sea un espectáculo bastante grosero, atrae aquí a una multitud de personas…”

Para continuar así (I.2.07) «… Pero, pasemos de estos comentarios sin importancia a cosas de mayor enjundia. Desde el viernes de la semana pasada, el diecisiete de este mes de octubre [de 1614], al enterarme de que el Gran Señor debía salir para ir a la mezquita, como suele hacer varias veces en ese día, sobre todo en la época de Ramadán, ya había decidido yo ir a Constantinopla para verle, ya que aún no se me había presentado esa ocasión; pero apenas había descendido cerca de Gálata, cuando un Chiaus me aseguró que hoy no saldría, y también me contó que, en efecto, ese desfile era muy importante, y que toda la Corte, como de costumbre, debía cabalgar a su lado para escoltarle; pero que él se había retirado, y les aseguró que no volvería a salir durante mucho tiempo, lo que fue señalado por todos como una novedad muy extraordinaria. De todos modos, yo no dejé de cumplir con algunos de mis amigos el deseo que tenía de ir a Constantinopla, por donde nos paseamos durante cuatro o cinco millas, atravesándola enteramente de lado a lado: el que mira al mar, en donde en otros tiempos había un pequeño puerto, hoy cerrado, para retirar allí las galeras, y que en la actualidad está abarrotado; aunque todavía se puede apreciar frente a la muralla de la ciudad un arco de grandes dimensiones, por debajo del cual entraban las galeras. También he visto numerosas calles y mezquitas, mansiones de gente de alcurnia, y por ello, en lugares alejados del comercio, y menos frecuentados, por lo que uno se encuentra allí con poca gente. Cuando por fin alcancé las Siete Torres, regresé a casa por un largo trecho de calles y caminos, de modo que al llegar ya había caído la noche. Tras ponerme cómodo, hacia las dos de la madrugada, me fui a mi lecho, y como no conseguía dormir, me entretuve con una buena conversación familiar, que pronto fue interrumpida por la llegada de una persona de la residencia del Señor Embajador de Francia para traerme la noticia, de parte de su Excelencia, de que el Primer Visir Nazuh Pachá, yerno del Gran Señor , había sido ejecutado por orden de éste último esta misma noche, y que ese suceso tan extraño como imprevisto había sido la causa del extraordinario proceder del soberano, al no haber querido salir ese día del palacio. Este luctuoso acontecimiento se desarrolló del siguiente modo…»

I.2.07 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Carta 2 – Intrigas en la Corte del Sultán. Muere un Pachá

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