JUAN MARÍA RENZO: LAMENTACIONES DE UN ESPÍA. DOS CARTAS DE 1565 A LA CORTE ESPAÑOLA DESDE NÁPOLES

Autor del Documento: Equipo CEDCS

Descripción / Resumen:

El espía redux

El espía redux

Cuando al armada turca estaba ya de retirada de Malta, después del gran cerco de ese verano a la fortaleza de Santelmo, Juan  María Renzo de San Remo, desde Nápoles, escribe a Felipe II y a Gonzalo Pérez quejándose de que el virrey de Nápoles, Perafán de Rivera, duque de Alcalá, lo tenía retenido allí en la ciudad, sin dejarle viajar ni a la corte española ni a Estambul, y después de haberle hecho trasladar su casa de Génova a Nápoles; este traslado obligado de residencia había sentado mal a la salud de su esposa y a él, al que el virrey no le había hecho efectivo una parte de la provisión de fondos que le había concedido la corte española en su viaje allá del otoño de 1561, el traslado de la casa familiar le había hecho gastar mucho dinero, hasta 600 ducados, lo que le había supuesto quedar endeudado en unos 300 ducados, mucho dinero para su economía.

Los lamentos de Renzo en estas dos cartas constituyen la mayor parte del texto, con una retórica especial, más dramática en la carta dirigida a Gonzalo Pérez, más contenida en la dirigida al rey; se queja, sobre todo, de haber perdido una gran ocasión para los sabotajes de sus agentes en Estambul, los “conjurados”, dice expresamente, por no haber funcionado bien desde Nápoles el envío y distribución de dinero entre ellos en Estambul, y más aun habiendo muerto los principales coordinadores de la red, a saber, el obispo de Milo, José Agostino Gilli y Ambrosio Corvato, quien, en otros papeles de la red, tiene el nombre turco de Asambali. La muerte de Gilli, que había sido el principal coordinador de la red, y había hecho funciones de secretario de la que él llamó “la conjura de los renegados”, está bien documentada: murió de peste el 10 de abril de 1564, y ya por entonces el mercader veneciano afincado en Estambul, Aurelio Santa Croce, a quien Renzo no cita en estas dos cartas, comienza a hacerse cargo de esa suerte de “secretaría” de los conjurados, como luego sucederá, tanto para los genoveses como para el rey de España.

La queja principal de Renzo va por ahí: necesita viajar a Estambul para poner en orden los asuntos de la red de agentes que, a pesar de las circunstancias, siguen deseando servir al rey católico, y a los que llama “Amigos” preferentemente, a la vez que “Conjurados”, y que en la actualización ponemos con mayúscula; lo mismo que “Ocasión” (“Oportunità”) y “Necesidad”, términos tan cervantinos, que aparecen desde las primeras líneas de la carta a Felipe II como una muestra, sin duda, de solvencia del autor a la hora de analizar la realidad. Las dos cartas de Renzo son retóricas y emocionantes, al mismo tiempo, llenas de protestas de fidelidad o de lealtad, en un mundo en el que, ante esas “naciones” confusas – otro término cervantino y de Antonio de Sosa al referirse a los renegados turcoberberiscos – se suponen como consecuencia lealtades cuestionables o problemáticas. El deseo de Renzo, tanto de viajar a la corte para revisar las instrucciones para la nueva etapa, como de viajar a Estambul para reforzar las promesas y compromisos con los Amigos o Conjurados, que él garantiza que siguen animados y con ganas de captar nuevos adeptos, para lo que pide pólizas firmadas por el rey pero en blanco, para en ellas poner el nombre de los nuevos posibles pensionados, a juicio de los demás conjurados, sus compañeros y garantes. Y sobre todo, pide que se reactive desde Nápoles la transferencia de dinero para Estambul, pues la fórmula actual no ha sido ágil ni eficaz, y ha fallado estrepitosamente ya que el dinero ordenado por la corte española no se hizo efectivo desde Nápoles, o con tanto retraso que los propios agentes principales murieron antes de cobrar el último sueldo anual asignado.

Las reticencias del virrey de Nápoles hacia Renzo, sin duda juzgando que el genovés tiene compromisos en Génova que entorpecen su eficacia como coordinador de agentes para Nápoles, está en la base de ese traslado de su casa de Génova a Nápoles ordenado por el virrey, y que tantos perjuicios económicos le produjera al decir del agente en estas cartas; los retrasos en las pagas, ya que el virrey le llegó a decir que había perdido la carta del rey que los ordenaba, así como los gastos del traslado de su casa, le hicieron endeudarse en 300 escudos, una cifra apreciable, equivalente a un sueldo anual en esa escala. De ahí también esa amenaza velada de Renzo de ponerse al servicio de otro señor para una operación informativa y conspiratoria como la que había puesto en marcha en Estambul, si no fuera porque la fidelidad al rey católico, y a su patrón Gonzalo Pérez, le retiene; pero se muestra, en aras de esa fidelidad y de la eficacia del servicio al rey y a la cristiandad, dispuesto a desobedecer al virrey de Nápoles incluso.

1565-Renzo en Nápoles-traslado de casa y muertes conjurados

Ficha Técnica y Cronológica

  • Personajes: Gio Maria Renzo de San Remo, su esposa, Felipe II, Gonzalo Pérez, Virrey de Nápoles Perafán de Rivera, Juan Agostino Gilli, Ambrogio Corvato, Ambrogio Judice, Obispo de Milo, Lope de Mardones, sobrino del coronel Espínola,
  • Palabras clave: , , , , , , , ,
  • Autor de la fuente: Juan María Renzo de San Remo
  • Título de la fuente:
  • Impresor:
  • Ediciones / Ediciones Críticas:
  • Archivo de procedencia: Archivo General de Simancas / Volumen: - Sección: Estado - Legajo: 1054, - Documentos: 189, 190, 191
  • Tipo de documento: Carta, Relaciones / Estado: Transcripción, Actualización, Completo, Traducción
  • Época: Moderna / Siglo: XVI DC / Año: 1565
  • Zona geográfica: Mediterráneo, Eurasia / Localización: Nápoles, 7 de septiembre de 1565
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