002.- Francesco Caprioli: De reyes a rehenes. Muley Abū ‘Abd Allāh e Ibn Redhuan ante las puertas de Orán en 1536
Autor del Documento: Francesco Caprioli
Descripción / Resumen:

MPD_11_036-Orán
En junio de 1534, el emperador Carlos V nombró a Martín Alfonso de Córdoba y Velasco, conde de Alcaudete, como capitán general de los reinos de Tremecén y Ténès, así como gobernador de las plazas de Orán y Mers el-Kébir, en sustitución del marqués de Comares. Esta designación, oficialmente por motivos de salud del marqués, respondió en realidad a la necesidad de un liderazgo más activo y ambicioso ante el crecimiento del poder otomano en la región, encabezado por Hayreddin Barbarroja, a la sazón señor de Argel y recién nombrado Kapudan Pasha de Solimán el Magnífico. El conde de Alcaudete, miembro de la poderosa casa de los Fernández de Córdoba y yerno del marqués de Comares, asumió entonces el cargo con el objetivo claro de reforzar la autoridad española en el norte de África, una misión que requería no solo poder militar, sino también una fina estrategia diplomática. La zona no era ajena a este tipo de gestiones: desde principios del siglo XVI, los gobernadores españoles en Orán habían cultivado relaciones con diferentes actores del entorno magrebí, aprovechando las luchas internas de las dinastías locales.
De manera particular, durante los dos primeros años de su mandato, Alcaudete enfrentó una compleja situación política en el reino de Tremecén, marcada por una intensa disputa entre los miembros de la dinastía zayaní ocasionada por la muerte del rey ‘Abd Allah eth-Thabti en 1534. Esta desaparición abrió un nuevo periodo de inestabilidad sucesoria, que pronto desembocó en un enfrentamiento entre dos de los hijos de eth-Thabti por la sucesión: Mulay M’ḥammed, quien asumió inicialmente el poder, y su medio hermano Mulay Abū ‘Abd Allāh, apoyado por su abuelo materno Ibn Redhuan, caíd de la tribu de los Beni ‘Amer.
En este contexto, el conde optó por una vía diplomática pragmática: mantener abiertos los canales de diálogo con todas las facciones de la dinastía zayaní, tal como había sido práctica habitual en los años anteriores, cuando incluso otros príncipes zayaníes habían buscado el apoyo español como medio para acceder al poder y derrotar a sus rivales. Estos príncipes aceptaban con frecuencia firmar capitulaciones ofensivo-defensivas que los convertían automáticamente en vasallos del emperador Carlos V. Este tipo de acuerdos no eran excepcionales, sino parte de una estrategia diplomática recurrente en el contexto magrebí de la época, en el que numerosos miembros de las dinastías locales (zayaníes, hafsíes, sa’díes) recurrieron a la Monarquía Hispánica en busca de apoyo político y militar, pactando en condiciones asimétricas con los españoles a cambio de protección, recursos o respaldo en sus pretensiones dinásticas. Desde la perspectiva hispánica, esto se enmarcaba en una política orientada a la creación de estados vasallos que sirvieran de freno al avance otomano y contribuyeran a mantener el statu quo en la región.
Un ejemplo de este patrón de colaboración hispano-magrebí fue la capitulación hispano-zayaní del 24 de junio de 1535, firmada en las cercanías de Orán. Redactada por Joahn Cano, escribano público de Orán, y firmada por Ibn Redhuan y su nieto, la capitulación ratificaba un pacto de lealtad a Carlos V, por el cual se comprometían a servirle y, con ayuda de las tropas españolas, restaurar a Muley Abū ‘Abd Allāh en el trono de Tremecén. De manera específica, se contemplaban una serie de cláusulas que debían respetarse para fundamentar la capitulación y garantizar su validez efectiva: a cambio del respaldo militar, Ibn Redhuan prometía un tributo anual de seis mil doblas, pagaderas en metálico o en trigo y cebada, además de conceder a la Monarquía los derechos de aduana de la ciudad de Tremecén. Se obligaban asimismo a liberar a todos los cautivos cristianos del reino una vez recuperado y a no permitir que ningún cristiano renegado encontrara asilo en la capital del reino zayaní en los años siguientes. Como garantía del cumplimiento, entregaban veintidós rehenes pertenecientes a linajes principales de las tribus magrebíes aliadas, entre ellos los Aulet Muça y los Ben Querxo, junto con algunos familiares del mismo Ibn Redhuan. Más aún, ofrecían en nombre de Abū ‘Abd Allāh el pago de parias por el reino de Ténès, cuya recuperación también solicitaban, y el envío de mil jinetes para apoyar futuras campañas contra la Argel otomana de Barbarroja. El acuerdo se cerraba con el compromiso de sufragar los gastos de la entera expedición militar y con la reiteración de la promesa de lealtad a Carlos V como sus vasallos.
*
*
*
*
Archivos Adjuntos
Ficha Técnica y Cronológica
- Personajes: El conde de Alcaudete, Mulay Abū ‘Abd Allāh, Ibn Redhuan, jeques tribales magrebíes, Rodrigo de Contreras, Gonzalo Hernández, Juan de San Pedro, Juan de Medina, Alonso de Cabra, Juan Díaz Romero, Francisco de Cerezeda, Juan de Heredia, Francisco de Córdoba, don Mendo de Benavides, fray Antonio de Carvajal, Pedro Dávila, Luis de Rueda, Luis Álvarez, Diego de Navarrete, García de Navarrete,
- Palabras clave: antropología, Capitulación, Conde de Alcaudete, dinastía zayaní, diplomacia hispano-magrebí, frontera, intérpretes, Mulay Abū ‘Abd Allāh, Orán, rehenes, Tremecén
- Autor de la fuente: Francisco de Cerezeda
- Título de la fuente:
- Impresor:
- Ediciones / Ediciones Críticas:
- Archivo de procedencia: Archivo General de Simancas / Volumen: - Sección: Estado - Legajo: 463 - Documentos: 49
- Tipo de documento: Manuscrito, Relaciones / Estado: Transcripción, Actualización, Completo
- Época: Moderna / Siglo: XVI DC / Año: 1536
- Zona geográfica: África, Mediterráneo, Eurasia / Localización: Orán, 14 de julio de 1536