Emilio Sola: EL PARAÍSO DE LAS ISLAS-05. INTERSTICIOS DE NOMADEO:DEL SECUESTRO DEL OTOÑO AL TERREMOTO DEL INVIERNO: NUEVAS REDES PARA APUNTALAR AL SISTEMA
Autor del Documento: Emilio Sola
Descripción / Resumen:
I
DEL SECUESTRO DEL OTOÑO…
Todo lo desencadenó, aquel otoño caliente, un secuestro.
Un secuestro algo atípico para lo que se estilaba en el terrorismo internacional,
pues parecía algo así como un simple cobro de peaje de paso
por bandas de tuaregs empobrecidos por la sequía y la crisis general.
Puro clasicismo de desiertos y estepas. Luego fue una huelga de hambre
que movilizó amplio voluntariado, a la vez que generaba redes interneteras,
variopintas y entusiastas, e hizo visibles injustas desgracias ocultas
en esas mismas áreas geográficas saharianas. Más tarde llegó la moda
de las alarmas de pandemias comerciales, y la de desnudar a la gente – a toda
la gente – en los aeropuertos. Y la de encarcelar a los ecologistas
para que convivieran unos días con asesinos y chorizos, como se decía;
tal vez, pensando mal para acertar,
para que adecuasen más sus discursos reivindicativos a la realidad.
La anarquía aparece como la más hermosa de las posibilidades.
Terribles las palabras. La anarquía es, o somos. El misterio.
Luego llegaron grandes nevadas, y lluvias torrenciales a deshora,
y continuos ensayos de suicidas con bombas cada vez más sofisticadas
y a la vez ineficaces… Y a todo eso – y tanto más, insaciabilidades financieras,
infantilismos artísticos, banalidades surrealistas, distorsiones mentales
y estilísticas insoportables, continuas quiebras de bucles –
lo llamaban Sistema, no sólo a defender sino a imponer.
Tal dislate parecía todo, que la gente comenzó a despreocuparse
de lo que llamaban realidad. Y se lo comenzó a montar por redes.
Otra realidad era posible más acorde con el deseo.
Luego vinieron estallidos de racismo en zonas reprimidas, y deprimidas,
y mafiosas, pobres contra pobres más pobres, todos hambrientos de todo,
desde lo más mínimo, y aquellas redes elementales y primerizas
se fueron convirtiendo en pinzas de la ropa para que no se llevara el viento
por delante lo más ligero y leve, delicado y tierno de la humanidad.
Lo importante era el viento. Se fueron convirtiendo en redes de supervivencia
y salida por piernas y con vida de los numerosos laberintos, cada vez más
pura usura desbordada, insaciable, endemoniadamente atornillada
al Sistema, que decían, depredador.
Lo insoportable – la insoportabilidad – de una racionalidad
enferma o emputecida, insoportablemente roma,
roma como estaca para clavar en corazón de vampiro.
***
II
…AL TERREMOTO DEL INVIERNO
Perico Rincón y Cortado Bakalaero ya no se lo pensaron más, y se liaron
la manta a la cabeza de una vez, cosa que ya barruntaban que les iba a suceder
desde semanas, si no meses, atrás.
- Hay que desvirtualizar la red.
Llamaron a la Murrús. Andaba por Siria, en lo de los campamentos de refugiados,
de donde no salía desde la temporada anterior. Quedaron en encontrarse
en Barcelona; los pillaba bastante bien a los tres; en lo de la Nau Coclea,
que era un sitio cómodo y apacible. Para el inicio de la primavera.
Estaban cerrando sus trabajos previstos para el invierno – pobreza
y economía sumergida, en un momento en que se comenzaba a hablar
de cambio de ciclo migratorio –, cuando saltó la noticia del gran terremoto
en el Caribe, con miles de muertos y más miles y miles de heridos irrecuperables,
estropeados para siempre, y más miles y miles de otros sicológicamente
dañados también para siempre, al decir de los entendidos,
futura carne de nomadeo primario sin destino.
***
Perico Rincón anduvo nervioso unos días, y otra vez las obsesiones analíticas
en clave de centripetación versus centrifugación, o al revés, no cesaban de interferir
en sus esfuerzos por cerrar las conclusiones más generales de sus trabajos
de investigación del semestre de otoño, que quería cerrar a fin de llegar al semestre
de primavera libre de cargas para el viaje de conocimiento y de contactos,
de desarrollo e innovación, como decían en el lenguaje burocrático y poco festivo
los políticos, burócratas y gestores infinitos que los atosigaban cada vez más.
El terremoto del Caribe había sido terrible, asolador y movilizador
al mismo tiempo. Las redes de conocimiento, contactos y solidaridad
funcionaron a tope, y Perico Rincón no dormía: su obsesión estallaba
en eslóganes y susurros. Hay que desvirtualizar la red; es el momento de desbordar
a los centripetadores de información, energías y riqueza, centrifugar
todo lo que han centripetado y convencerles de la necesidad de hacerlo
para que no se les tenga que caer la cara de vergüenza.
*
*
05-Un-secuestro-un terremoto-e-intersticios-de-nomadeo-
*
*
Archivos Adjuntos
Ficha Técnica y Cronológica
- Personajes: La Murrús, Perico Rincón, Cortado Bakalaero,
- Palabras clave: El Paraiso de las Islas, EMILIO SOLA, frontera, literatura, novela
- Autor de la fuente: Emilio Sola
- Título de la fuente:
- Impresor:
- Ediciones / Ediciones Críticas:
- Archivo de procedencia: - / Volumen: - Sección: - - Legajo: La biblioteca de don Borondón - Documentos:
- Tipo de documento: Crónica / Estado: Fragmento
- Época: Contemporánea / Siglo: XXI DC / Año: tiempo literario, hacia el año 6 antes de la muerte de JB
- Zona geográfica: África, Asia, América, Eurasia / Localización: