E.Sola: CUENTOS DEL PARAÍSO DE LAS ISLAS, 14-2-5a: Carla Canon visita al sabio Mirallá. Capítulo Va (1 a 15)

Autor del Documento: Emilio Sola

Descripción / Resumen:

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V PARTE: CARLA Y FAUSTO

1

Carla se quedó en Dusseldorf, en la Burbuja del sabio Mirallá,

del 15 al 17 de marzo; tres días escasos; poco tiempo, pero intenso.

Tampoco necesitaban más; era suficiente. Recordó un dicho

sobre la hospitalidad saharaui; tres días era la medida justa, a partir de los cuales

te podían echar sin contemplaciones. La primera noche,

la noche de la presentación del Aisipiai, se le pasó en un suspiro,

siempre el Lucas al lado; salía para Granada con sus colegas de la Bakakai

al día siguiente con las noticias y avisos de la fiesta de la Burbuja.

Aunque les dio penita en la despedida, se lo habían pasado estupendamente

y quedaron en verse para otra Ocasión. El mundo, de verdad, era un pañuelo.

 

Fausto y JR en la pantalla de la fiesta

 

Tras la primera aparición estelar de Fausto Mirallá en la gran pantalla,

con sus incitaciones trastabillantes a la acción – aquel “¡Álzate,

99 por ciento… ¡Salvémonos, independicémonos…!” – la música bailona

mantuvo a la gente casi una hora con gimnasia y charla. Por la pantalla

se sucedían imágenes de turquesas que luego, desde la pantalla misma,

en una nueva conexión que Alexandra presentó, Fausto y JR explicaron

que eran los primeros fondos inaugurales de la Vitrina de los Tesoros,

gran contenedor y banco de contenidos que habían diseñado para respaldar

el lanzamiento de la Aisipiai; contaban para ello con el respaldo, a su vez,

de la biblioteca del Naranjal y del consejo mundial de rectores,

que ya les habían depositado allí algunos fondos concretos,

sobre todo, fotográficos, y patentes.  Estos datos los facilitaba Alessandra

en las presentaciones, pues luego Fausto y JR se limitaban a divagar

sobre las ventajas que tenía una tarjeta única como la Aisipiai

para los desplazamientos de la gente y su encuentro con un lugar adecuado

para instalarse. “Eso es, y también para apalancarse cuando uno lo necesite ya

o lo quiera. Nadie te dirá de dónde vienes sino qué sabes hacer…”,

comentó Mirallá en un momento, dejando perplejo a JR que tardó en encontrar

el hilo de la exposición sobre su “Vitrina Monumental Panóptica

para Albergar un Tesoro”, que era el nombre original completo de su proyecto.

Las primeras mil quinientas turquesas que habían servido de imagen

para las reproducciones del fondo inaugural de la Vitrina de los Tesoros,

serían el amuleto protector de los mil quinientos primeros firmantes

de la declaración individual de independencia personal, los primeros Aisipiai,

que aquella misma noche podían comenzar a formalizar.

 

La indicación de JR, luego puntualizada por Fausto, llenó de júbilo

a los hasta entonces bailones, y muchos aplaudieron. Por sobre los aplausos,

la voz de Fausto Mirallá se dejó oír: “Eso sí, la independencia personal

significa no estar sujeto a ningún tipo de contrato de trabajo

con administraciones o corporaciones lucrativas… Eso es. El Aisipiai

es un nómada libre… Eso es…” Fausto parecía atascarse, dubitativo,

con su sombrero un poco echado para atrás y su barba entrecana de tres días,

y JR le miraba de reojo con sonrisa socarrona y aire de pachá oriental antiguo.

“Fausto quiere decir que hay que evitar, como sea, huir de ellos como de la sarna,

a los agentes de tiburones y vendemotos… ¿No es eso?” “Sí, claro.

Eso es lo más importante. Y no hay que olvidar que los dos campos principales

para categorizar son ‘a dónde quieres ir’ y ‘qué sabes hacer’. Eso es…”

Más euforia y aplausos por la explanada, y Alessandra despidió

a Fausto Mirallá y JR que saludaban desde la gran pantalla.

“Chao, amigos. Buenas noches a todos… A rivederchi…”

 

Carla Canon y Lucas Bakakai se despidieron de los colegas y, antes de pasar

por la cabina plató de la Burbuja en donde Carla se había instalado para la fiesta,

se detuvieron en uno de los puestos informáticos abiertos en la explanada

y solicitaron su Aisipiai, regocijados. Su perfil se adecuaba al de nómada libre,

que decía el Mirallá: todo su tiempo estaba, desde siempre en sus vidas,

por completo dedicado al mantenimiento de intersticios de acogida y protección

de desplazados, refugiados, exiliados o nuevos precarios sin más, que decían,

gente de frontera ellos mismos ya; la gente de ningún sitio únicamente protegida

ella misma por la bandera blanca de la Gran Confederación Centro-Sur,

que parecía querer resurgir de sus cenizas ahora, en los tiempos

trágicos y de desconcierto de la inmediata postguerra financiera que aún coleaba,

la eterna Gran Guerra.

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14-2-5a Carla Canon visita al sabio Mirallá-Va.doc

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Ficha Técnica y Cronológica

  • Personajes: Carla Canon, Fausto Mirallá,
  • Palabras clave: , , , ,
  • Autor de la fuente:
  • Título de la fuente:
  • Impresor:
  • Ediciones / Ediciones Críticas:
  • Archivo de procedencia: - / Volumen: - Sección: - - Legajo: Biblioteca de don Borondón o Biblioteca del Naranjal - Documentos:
  • Tipo de documento: Crónica / Estado: Fragmento
  • Época: Contemporánea / Siglo: XXI DC / Año: Tiempo literario, a partir del siglo I de la GG y muerte de JB.
  • Zona geográfica: Mediterráneo, Eurasia / Localización:
Profesor de Historia Moderna de la Universidad de Alcalá.

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