JAZZ – 00 WC Handy – St. Louis Blues 1922. «La música me empujó a la cuneta…»
Autor del Documento: Esmeralda de Luis
William Christopher Handy (16 de noviembre de 1873–28 de marzo de 1958), más conocido como W. C. Handy, fue un compositor y músico de blues, considerado como «The Father of the Blues» (el padre del blues).
W. C. Handy fue uno de los compositores más influyentes de los Estados Unidos. Aunque es uno de los muchos músicos que tocó el estilo de música que es distintivo del país, el blues, se trata del músico que le confirió su forma contemporánea no solo porque era capaz de escribir su música para ser publicada y, por tanto, para perdurar, sino por sus ritmos sincopados, un estilo único de su música.
Aunque no fue el primero en publicar música bajo la forma de blues, sí fue el primero que lo recogió del Delta siendo un estilo regional no muy conocido y lo convirtió en una de las fuerzas dominantes de la música americana.
Handy fue un músico cultivado que utilizó materiales folclóricos en sus composiciones. Fue escrupuloso a la hora de documentar las fuentes de sus obras, en las que combinaba frecuentemente influencias estilísticas provenientes de distintos intérpretes. (https://es.wikipedia.org/wiki/W._C._Handy – febrero 2020)
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Raj Kuter, en sus investigaciones sobre el jazz que esperemos que pronto conozcamos por extenso, tiene estas notas sobre W.C. Handy:
«La música me empujó a la cuneta —explicaba W. C. Handy, el compositor y director de banda afroamericano considerado el «Padre del Blues»—. Me llevó a dormir en el malecón del río Misisipi, sobre los adoquines, roto y hambriento. Y si alguna vez has dormido sobre adoquines o no has tenido donde dormir, podrás entender por qué empecé [St. Louis Blues] con “No me gusta ver ponerse el sol de la tarde”». Este blues seminal, que en cierta manera abre la veda del estilo jazzeado, era ya una canción con raigambre social, nacida en un clima de segregacionismo y crisis económica que empujaban al vagabundaje. Una de esas noches en que no tenía dónde pegar ojo, mientras esperaba en la estación de tren de un pequeño pueblo, medio adormilado en un banco, Handy escuchó por primera vez a un tipo gimiendo y deslizando un cuello de botella sobre las cuerdas de una guitarra.
El ferrocarril hizo que los blues viajasen mezclándose con las baladas anglo-escocesas conocidas en las ciudades del medio Oeste y con el ragtime, que provenía de Misuri (algunos señalan hacia Sedalia, nudo ferroviario donde existía el Maple Leaf Club, propiedad de Tony Williams; otros hacia San Luis, donde Tom Turpin animaba el cotarro del bar Rosebud, sede por un tiempo del célebre pianista y compositor Scott Joplin), o bien de Kansas City, núcleo de migración campesina sureña y punto de encuentro de músicos y bandas a principios de siglo bajo el influjo de Arthur Pryor y Edward Hiner, cuyas formaciones, especializadas ya en marchas y ragtimes por igual, solían actuar en los parques de atracciones al aire libre.
Debido a su carácter nómada, desplazándose por caminos y vías de ferrocarril, de paso por las grandes ciudades donde, a cambio de unas monedas, las spasm y las jug bands lo tocaban por las esquinas, con parada en los pianos de los guetos urbanos y las granjas agrícolas animados por pequeñas agrupaciones de cuerda, los blues rurales fueron tomando de aquí y de allá sus influencias para desembocar en otra cosa: un estilo novelty (novedoso) animado y refinado por orquestas del tipo de la de Handy, que bluseaban (bluish) y, sacudiéndose el polvo del camino, lo ofrecían con arreglos «selectos»; una sofisticación con la que muchas cantantes femeninas (Gertrude Ma Riney, Mamie Smith, Bessie Smith, Alberta Hunter…) arroparon su forma elegante de interpretar una lírica cruda y sin pelos en la lengua, casi siempre con acompañamiento jazzístico de piano y algún instrumento de viento.
W. C. Handy no hizo otra cosa que adaptar de manera elegante para banda de metal la música popular afroamericana mezcla de blues y ragtime que entonces se conocía como «música caliente» y que escuchaba una audiencia segregada. En su nueva forma respetable podía comercializarse ya para todos los públicos. En 1912 Handy publicó su Memphis Blues, rematando la jugada dos años más tarde con otra composición propia, la archiconocida St. Louis Blues —con marcado bajo de tango en la introducción, para romper aguas en un blues somnoliento—, inmediatamente popular y que terminaría por convertirse en el primer estándar del género. Handy —según escribía Dave Payton en su columna del Chicago Defender, en 1926— fue el hombre que «revolucionó la construcción del blues, erradicó las vulgaridades y lo comercializó». Hasta que Handy no registró estas piezas, las viejas tonadas en las que se inspiraron no fueron propiedad intelectual de ningún compositor o ejecutante, sino música del común, diseminada, anónima, por unos y por otros usada y transformada: escuchada, recordada, aprendida, variada y reinterpretada por el siguiente ejecutante. El propio Handy debió sentir que algo no le pertenecía del todo cuando, vagamente, reconoció así sus influencias: «Cada uno de mis blues se basa en alguna vieja canción negra del Sur, algo que se me pega y que tarareo cuando no estoy pensando en nada. Puede ser una vieja canción que forma parte de los recuerdos de mi infancia y de mi raza. Podría decirles la canción exacta que usé como base para cualquiera de mis blues».
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Ficha Técnica y Cronológica
- Personajes: William Christopher Handy
- Palabras clave: antropología, frontera, Historia del Jazz, jazz, música, William Christopher Handy
- Autor de la fuente: William Christopher Handy
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- Archivo de procedencia: - / Volumen: - Sección: - - Legajo: - Documentos:
- Tipo de documento: Reseña / Estado: Completo
- Época: Contemporánea / Siglo: XX DC / Año: 1923
- Zona geográfica: América / Localización: St. Louis - EE.UU.