II.21.09 – VIAJES DE PIETRO DELLA VALLE EN EL S. XVII – Isfahán – Della Valle va al encuentro del rey de Persia.

25 julio, 2025 Bibliografia, Bibliografia general, Clásicos Mínimos, Galeatus 0

Autor del Documento: Esmeralda de Luis y Martínez

II.21.09 – VIAJES DE PIETRO DELLA VALLE EN EL S. XVII – Isfahán – Della Valle va al encuentro del rey de Persia.

II.21.09 – Abbas I honrado por la embajada persa de 1609-1615_Alegoría de Frans II Francken-1628.

La carta continúa así: «… Pero he aquí que, después de tantas inquietudes, por la gracia de Dios, me veo a punto de salir de aquí y recorrer estas tierras para ir al encuentro del Rey allá donde esté. Ya he comprado unos pabellones, caballos, camellos, y otras cosas necesarias, porque como me veré obligado a seguir al ejército que acompaña a la Corte, tendré que viajar de esta manera, llevando conmigo, no solo la casa, quiero decir, las tiendas de campaña o pabellones, sino todo lo demás que conlleva, como las monturas que a mí me vayan mejor, y las bestias de tiro para los carros; de modo que a cualquier hora del día o de la noche que de pronto suene la corneta, yo pueda estar preparado a tiempo; ya que sería inútil ir a buscar otros transportes pues lo más seguro es que no los encontraría, o si los quisiera alquilar a quienes dispusieran de ellos, es fácil que no quisieran proporcionármelos. Por eso al haber comprado yo todo el equipaje no he tenido que desembolsar el dinero más que una vez, y puedo contar con todo ese material cuando yo quiera. Así que he adquirido también una reata de camellos, así los llaman por aquí; cada reata está formada por siete camellos; pero estoy dudando si me resultarán suficientes, porque tengo mucho equipaje. He escogido los camellos de los de una raza que hay en Persia, porque son infatigables y capaces de resistir los gélidos fríos de Armenia, en donde suele acampar el ejército habitualmente. Estos camellos de Persia son muy diferentes a los de Egipto, Arabia, Turquía o demás camellos que haya visto yo. He podido constatar que son mucho más fuertes, gruesos y con abundante pelo en el cuello y en las patas; casi tan peludos como esos caballos nuestros que llamamos frisones. Solo llevo cuatro camellos aparejados con montura, y creo que serán suficientes para mí y mi gente que considero más importante; porque los caballos de batalla y bien domados que necesitaremos, los mejores los tiene el ejército, y nos costarán mucho menos que si los compro aquí, aparte de que si los llevara desde Isfahán correrían el riesgo de andaduras y caminos muy fatigosos…»

El texto completo se puede leer en el siguiente enlace: