Miguel de Cervantes: LA CASA DE LOS CELOS Y SELVAS DE ARDENIA. Una lectura comentada en el tiempo, 1997-2018

Descripción / Resumen:

Gigante-festival-Imprenta del Quijote-2018

Gigante-festival-Imprenta del Quijote-2018

Nueva edición de esta glosa de la pieza cervantina con motivo de la charla-vermut en la Imprenta del Quijote de la calle Atocha-86 de Madrid, el 11 de noviembre de 2018, en la que intenté orientar el asunto principal, Cervantes libertario, hacia el teatro en honor del grupo de activistas que, con Elena Lombao al frente, están dándole marcha a ese espacio escénico excepcional que es la tal Imprenta del Quijote.

En las piezas de teatro cervantino, tan mal tratadas por nuestra gente de teatro a pesar de ser uno de sus tesoros literarios más raros y hermosos, particularmente en La Gran Sultana doña Catalina de Oviedo y en La casa de los celos y selvas de Ardenia, es donde percibo perfiles libertarios más espectaculares, por el mismo hecho de ser textos pensados para la escena, para ser representados. Ya hace muchos años que vengo insistiendo en ello, particularmente para La casa de los celos…: es necesario tratarla como un guion cinematográfico a ser posible del tipo rompedor de Alex de la Iglesia o de Pedro Almodóvar. Y pensando en ello fue como inicié esta aventura de intentar desglosar la pieza teatral cervantina, ya en 1997, retomada en 2004. Veinte años, con altibajos, de reflexión sobre ella; de momento, sin consecuencias apreciables.

COMEDIA FAMOSA DE LA CASA DE LOS CELOS Y SELVAS DE ARDENIA

 Introducción 2004:

A modo de un guion narrativo de esta “comedia famosa” de Cervantes, intenté hace tiempo una exposición comentada de La casa de los celos…, e incluso me serví de ella para un par de cursos a pesar de su lectura aún provisional. Utilicé la edición de Francisco Yndurain, de la Biblioteca de Autores Españoles Ribadeneira, y tampoco sabía yo mucho de las sagas caballerescas del Ariosto por entonces. Luego cayó en mis manos – además de ediciones más recientes, sobre todo de Jean Canavaggio y de Sevilla Arroyo / Rey Hazas – un libro exquisito de Italo Calvino, Orlando furioso narrado en prosa del poema de Ludovico Ariosto (1979, Barcelona, 1984, Muchnik) y vi confirmada mi intuición de que era posible un “ensayo poemático” o, mejor, un “guion narrativo” – y hasta audiovisualizable –,  y no solo posible sino deseable para hacer llegar un texto difícil a quien lo desease, algunos de mis estudiantes en este caso, los menos por desgracia. Más tarde, en el III Decumano napolitano, al pie del torreón de Santa Chiara, Antonio Pedace, un librero de viejo calabrés originario de la zona de costa de donde era originario Ali Bajá, el magnífico Uchalí el Tiñoso cervantino – sobre quien por entonces trabajaba yo y a quien el amigo calabrés no conocía –, me regaló un “Orlando Furioso” en edición italiana para escolares. Pura nostalgia ya. De todo ello, espero que nazca una lectura más aguda que la primera, pura magia, en la que me apoyo muy literalmente, y a la que hago preceder en el cortejo resultante de una

 INTRODUCCIÓN SOBRE EL ORLANDO DE (Ludovico/Ítalo) ARIOSTO/ CALVINO

 Si Ariosto es como es, la lectura de Ariosto hecha por Ítalo Calvino es la que es, y yo tengo dos dedos de enjundia de cristiano lector viejo, uno de los “corazones del libro”, en este caso del Orlando furioso (1516 y 1532), de Ludovico Ariosto (1474-1533) – uno de sus motores principales – es la boda que impone el destino a Ruggiero, guerrero del rey mahometano de Africa, Agramante, y Bradamante, una bella guerrera cristiana, hija del duque Amone de Montalbano, y hermana de Reinaldo, guerrero cristiano de Carlomagno. Una suerte de matrimonio mixto de gran simbolismo, y del tipo de los que Cervantes echó mano más de una vez en su mundo literario, con su culminación en la Gran Sultana doña Catalina de Oviedo, en la que lleva al límite posible – aunque no por ello admisible, pudiera pensarse, casi hasta hoy mismo – el modelo literario típicamente fronterizo.

 El marco general del Orlando, en el que se puede insertar en un primer nivel La casa de los celos y selvas de Ardenia, es el cerco de París por Agramante, el rey de África, su retirada posterior al campamento de Arlés y su embarque de regreso al sur que terminará en desastre final de los infieles sarracenos en la isla de Lampedusa. Y luego, las bodas de Ruggiero y Bradamante y la muerte del descomunal Rodomonte, el rey de Argel. Una acción mítica: un París como una Troya más occidental simbólicamente cristiana, pero perfectamente anclada en la nueva realidad renacentista mediterránea; y de más allá: no hay que olvidar que la bella Angélica es la hija del rey Galafrone de Catay, una princesa china, y que trae loca, una suerte de peligro amarillo, a toda la caballería francesa en un momento de amenaza sarracena, africana, del sur.

 Una refinada estilización literaria, como la llamada “novela bizantina” lo era de la realidad de una agitada frontera mediterránea, que pretendía abarcar el mundo todo. Ítalo Calvino lo expresa con justeza: “En realidad los ‘moros’ son una entidad fantástica para la que ninguna referencia histórica o geográfica es válida. Pero no una entidad abstracta: al contrario, se diría que en el ‘campo enemigo’ todo fuera más concreto, caracterizado, corpóreo…”

 De esa estilización literaria global del Orlando, en La casa de los celos… Cervantes hace una primera y significativa variación geográfico-temporal, al situar la acción en el tiempo inmediatamente anterior a una batalla que bien podría ser la de Roncesvalles, en donde habían de morir los dos caballeros protagonistas de la acción, aquí Reinaldos y Roldán. La alusión a la batalla viene por boca del Espíritu de Merlín, que le dice a Bernardo de Carpio que deje de buscar por Francia “inútil guerra” y vuelva a su padre “el pensamiento”, “a do te llama / un inmortal renombre y clara fama”; pues “Tiempo vendrá que del francés valiente, / al margen de los montes Pireneos, / bajes la altiva y generosa frente / y goces de honrosísimos trofeos”. Un escenario geográfico-temporal más real que el del cerco de París por el rey de África Agramante, mito literario en principio sin engarce con la realidad histórica recordada.

 Al final de la pieza, un Ángel “en una nube volante” – tan cinematográfico –, anuncia a Carlomagno – “Préstame, Carlo, atento y grato oído…” – la llegada de los ejércitos hispano-africanos con Agramante al frente, que causará la dispersión del ejército cristiano francés:

Presto estos campos con marcial ruido

retumbarán, y con horror y espanto

volverá las espaldas la cristiana

a la gente agarena y africana. (2697-2700).

Lo mismo que el Ángel de la pieza cervantina se corresponde con el Arcángel Miguel que acude en el cerco de París al auxilio de Carlomagno (Ariosto, XIV), el ejército hispano-sarraceno de Agramante, rey de África, es también el clásico, con Ferragut, que queda en Andalucía, Rodomonte, rey de Argelia, el rey Marsilio de Zaragoza y el rey Sobrino, “tan prudente, que casi es adivino”, que en la saga clásica terminará cristiano.

Edición dedicada a Elena Lombao y su equipo

de la Sociedad Cervantina Imprenta del Quijote,

de la calle Atocha de Madrid, en recuerdo del festival Gigante 3,

con nuestra enhorabuena y nuestros mejores deseos.

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