Emilio Sola:La novela secreta. Primera nonovela de la literatura española, pudiera ser…

26 diciembre, 2017 E-libros 0

Descripción / Resumen:

Sola-1996-novela-secreta

Hace veinte años ya – en 1996, más de veinte años por lo tanto – salió esta novela, o no-novela, mejor, para conmemorar los veinte años de la bomba de la Vaquería de la calle Libertad, un aniversario que algunos llevábamos clavado en el corazón como un tatuaje singular. O como un punto de inflexión o un arranque de algo que todavía no sabemos – o no sé – a dónde ha de llevar o llegar. Tiempo mítico ya o geografía – calle de la Libertad de Madrid – sentimental.

La novela secreta fue el título elegido para un texto complejo – plasmar un tiempo real, un tiempo literario y un tiempo histórico era el proyecto, en principio – en el que quería que se pudiera leer y comprender un más allá personal que no había conseguido transmitir en más de un cuarto de siglo de actividad literaria, y que tampoco entonces conseguí transmitir plenamente. Por eso es un mero ensayo literario. Quería, o creía, que era una no-novela erótica, cuando de erotismo tenía, en realidad, bien poco. Creía, o quería, que era la primera no-novela de la literatura española, o de la literatura sin más, cuando tampoco sabía muy bien lo que era una no-novela. Pero sabía que el resultado de aquellos tres ensayos de relato, el primero propiamente novelístico, el segundo en forma de notas al primero, más ensayístico, y el tercero, una narración histórica académica de cómo espiábamos a los turcos en el siglo XVI, que me parecía entonces un relato escandaloso, conformaban, los tres así, al alimón, una suerte de relato total nonovelístico. En la línea de tesis-antítesis-síntesis, o de padre-hijo-espíritu santo, o de padre-madre-hijo… Algo misterioso pero perfectamente claro, nosotros-vosotros-ellos, yo-tú-él o ello…

En fin, queda ahí el texto editado por Voluptae Libris, con portada de Carlos Bloch, hace veinte años largos ahora, y con ese arranque que quise que fuera un conjuro: «El Opus Dei me hizo un hombre…»