Tomás Ibáñez y Miquel Amorós: REFLEXIÓN SOBRE CATALUÑA, Septiembre-2017. LA LUCIDEZ MELANCÓLICA Y MUY BELLA DE DOS ANARQUISTAS
Autor del Documento: Tomás Ibáñez, Miquel Amorós
Descripción / Resumen:
Gracias Miguel,
Como me dijiste una vez,
quizás aún podamos ser útiles para clarificar algunas cosas.
La verdad es que, considerando la confusión existente en tantos aspectos,
no ibas desencaminado.
Un abrazo,
Tomás.
Dos analistas sin intereses personales o políticos inconfesables que condicionen sus razonamientos lúcidos y sinceros, Tomás Ibáñez y Miquel Amorós, intercambian sus opiniones y emocionan con la sencillez y belleza de sus argumentaciones.
«¿Que ha podido ocurrir para que algunos de los sectores más combativos
de la sociedad catalana hayan pasado de “rodear el Parlament”
en el verano del 2011
a querer defender las Instituciones de Catalunya
en septiembre del 2017?»
A esta pregunta de Tomás Ibáñez, va a intentar responderse él mismo y se le une Miquel Amorós a su vez, consiguiendo ambos, al alimón, una reflexión de gran belleza y tino, de esas que hacen falta en estos tiempos desdichados de trampas demagógicas y mentiras criminales camufladas de sensatez para incautos…
«El nacionalismo está manejado por timadores, pero en sí mismo
no es un timo.
Es el reflejo sentimental de una situación frustrante
para una mayoría de subjetividades pulverizadas. No actúa de forma racional,
puesto que no es fruto de la razón;
es más una psicosis que un pálpito de liberación.»
Ánimo y salud en tiempos recios.
2017-AMOROS-CARTA A TOMÁS IBÁÑEZ
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Ficha Técnica y Cronológica
- Personajes:
- Palabras clave: antropología, Cataluña, crítica social, frontera, nacionalismo, pensamiento crítico
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- Ediciones / Ediciones Críticas:
- Archivo de procedencia: - / Volumen: - Sección: - - Legajo: - Documentos:
- Tipo de documento: Discurso, Ensayo / Estado: Completo
- Época: Contemporánea / Siglo: XXI DC / Año: 2017
- Zona geográfica: Mediterráneo, Europa, Eurasia / Localización: Cataluña, septiembre de 2017
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¡La persona real!
UN TEXTO ANALÍTICO IMPORTANTE DE TOMÁS IBÁÑEZ A PROPÓSITO DE CATALUÑA, FECHADO EL 7 DE NOVIEMBRE DE 2017:
En plena deriva libertaria
No soy buen conocedor de la historia del movimiento libertario en Catalunya pero imagino que debió haber alguna buena razón para que en 1934 la CNT, que estaba entonces en la plenitud de su fuerza, rehusara colaborar en el intento de proclamar el “Estado Catalán en forma de República Catalana”. Tan solo lo imagino. Sin embargo, lo que no me limito a imaginar, sino que estoy plenamente convencido de ello, es que no hay ninguna buena razón para que parte del actual movimiento libertario de Catalunya colabore de una forma o de otra con el proceso nacionalindependentista” protagonizado por el Gobierno catalán, por los partidos políticos que lo sostienen, y por las grandes organizaciones populares nacionalistas que lo acompañan.
Lo menos que se puede decir es que esa parte del movimiento libertario está “en plena deriva” ya que después de haber contribuido a “proteger las urnas” durante el Referéndum que el Gobierno había convocado con la expresa finalidad de legitimar la creación de un nuevo Estado en forma de República catalana, se lanzó, además, a convocar una huelga general en la inmediata estela del Referéndum, con el previsible efecto de potenciar sus efectos.
Esa deriva se reafirma ahora al sumarse a otra huelga general para mañana 8 de noviembre en exigencia de la liberación de los “presos políticos” originados por la represión que el Estado español en su componente Judicial ha ejercido contra determinadas actividades encaminadas a promover la independencia de la nación catalana y la creación del nuevo Estado.
Ciertamente, esta vez no es el conjunto de los sindicatos anarcosindicalistas los que se suman a esa huelga, pero sí una parte significativa de los sindicatos de la CGT, y de los libertarios integrados en los CDR “Comités de Defensa de la República”. Si ya había manifestado mi “perplejidad” ante la convocatoria de la huelga general del 3 de octubre, esa perplejidad se incrementa aun más al comprobar que esos sindicatos de la CGT y esos militantes libertarios de los CDR van a respaldar la iniciativa de un minúsculo sindicato radicalmente independentista, la “Intersindical- Confederación Sindical Catalana”, que lanzó la convocatoria y que solo ha recibido el respaldo de las dos grandes organizaciones independentistas catalanas que agrupan de forma transversal sectores populares y sectores burgueses de la población catalana (Ómnium Cultural, y la ANC).
Nadie duda de que hay que rechazar la represión pero quizás quepa sorprenderse de que ese rechazo solo se traduzca en una huelga general cuando los reprimidos son los miembros de un gobierno junto con los dos principales dirigentes del movimiento civil independentista, limitándose a manifestaciones de repulsa y de solidaridad cuando se trata de otras personas.
Por suerte, en el ámbito libertario siempre se ha sabido evaluar las luchas en función de su sentido político y, en el caso de que esas luchas fuesen reprimidas, se ha sabido activar la solidaridad desde esa valoración política. ¿O es que, todo y condenando cualquier tipo de represión, también debemos movilizar nuestras energías cuando se reprime a los “luchadores” de extrema derecha? Desde un punto de vista libertario cualquier represión motiva, sin la menor duda, nuestra repulsa, pero no implica automáticamente nuestra solidaridad. Además, lo que resulta inaceptable es que se evoquen recientes víctimas anarquistas de la represión para declarar que “esa lista” se ha ampliado ahora con nuevos represaliados que no son otros que los gobernantes detenidos. Imagino que algunas de esas compañeras encarceladas se indignarían al verse amalgamadas con esos nuevos “ presos políticos” para justificar de esa forma que ellos también requieren nuestra solidaridad.
La deriva de una parte del movimiento libertario se hace aun más patente cuando se observamos que bastantes de sus elementos se involucran ahora en los “Comités de Defensa de la República”, originariamente promovidos por la CUP. He sido sensible hasta ahora al argumento de que esa participación era una forma de hacer oír nuestra voz, y de plantear nuestras propuestas en el seno de las movilizaciones populares, con la esperanza de “desbordar” el estrecho sentido independentista de sus reivindicaciones, aunque también debo añadir que esa “perspectiva de desbordamiento” siempre me ha parecido totalmente ilusoria.
Sin embargo, cuando, como me ha ocurrido esta misma tarde, se puede leer en las calles de Barcelona carteles firmados por la organización oficial de los CDR que apelan a “parar el país” el 8 de noviembre como respuesta “al encarcelamiento del gobierno legítimo de nuestro país”, la perplejidad ante la incorporación de una parte del movimiento libertario en esos comités no deja de acrecentarse y abre el interrogante acerca de hasta onde llegará “la deriva” de esa parte del movimiento libertario.
El único consuelo que puede quedarnos es que a través de esos comités la politización y la experiencia de lucha adquiridas por sectores de la población, sobre todo juvenil, propicie futuras movilizaciones en otros contextos menos alejados de la autonomía y de la autodeterminación de las luchas que propugnamos desde las prácticas de lucha libertarias.
Tomás Ibáñez
Barcelona 7 de noviembre 2017
¡La persona real!
Interesante, estimulante, necesario para clarificar asuntos. Una tertulia radiofónica, La Contratertuia, en la que Amorós habla de la cuestión catalana: http://www.radioela.org/La-Contratertulia-No-170.html
¡La persona real!
Nuevo análisis de Tomás Ibáñez sobre Cataluña hoy:
Perplejidades nº 2 (y algunas certezas) en vísperas del 1º de Octubre.
Ya ha pasado la hora de disertar sobre los factores que han conducido a la situación
actual, entre los cuales figuran sin duda un justificado cabreo de buena parte de la
población catalana contra el gobierno del PP, una serie de indiscutibles agravios con
sus correspondientes indignaciones, pero, también, la constante y prolongada
excitación de la fibra nacional mediante el férreo control de las televisiones y radios
públicas catalanas, sin olvidar, tampoco, la fuerte voluntad de acceder a un mayor
grado de Poder por parte de unas élites políticas y económicas fascinadas por la
perspectiva de convertirse en Estado.
Lo que requiere el momento actual, desde una perspectiva libertaria, es más bien una
reflexión sobre las estrategias y los planteamientos en los que se ha adentrado una
parte del sector anarquista, y del conglomerado libertario muchísimo más amplio en
el que se encuentra incluido. Y confieso que esa reflexión me provoca una creciente
perplejidad, a la vez que me conduce a reafirmar algunas certezas ancladas en la
memoria libertaria de las luchas.
La perplejidad es inevitable cuando se observa como se transita paulatinamente desde
una obvia simpatía, y hasta una participación, en el multi-referéndum vinculado al
“derecho a decidir sobre todo” (por cierto, reprimido por la policía del Govern en
Mayo del 2014) al apoyo a un uni-referéndum que solo contempla el derecho a
decidir si se expresa en clave nacional.
La perplejidad es inevitable cuando se observa como se produce un imperceptible
desliz desde el hecho de llamar a la movilización, cosa harto positiva, a llamar a
acudir a las urnas y a participar en el referéndum. Perplejidad porque, ¿cual es el
quid de la cuestión, y cual es el objetivo? ¿ Que haya una gran movilización contra el
Gobierno y sus aparatos represivos, o bien que se llenen las urnas? ¿Acaso la fuerza
de la movilización se establecerá en base al numero de papeletas en las urnas, en
lugar de valorarla en función del número de personas en las calles, y, sobre todo en su
grado de determinación para luchar?
Es cierto que el nervio de la protesta popular toma actualmente la forma de la defensa
de las urnas (del “derecho a votar” en este referéndum, y del ejercicio factual de ese
derecho: “votando”). Pero, desde una posición anarquista ¿acaso es necesario llamar
a votar, o incluso integrarse en los Comités de Defensa del Referéndum, afín de
conectar con la protesta popular y procurar radicalizarla? ¿No se puede hacer frente a
la represión, junto a la gente, sin legitimar por ello un referéndum que enfrenta a dos
gobiernos, respaldados ambos por una parte de la población? ¿ Hay que gritar
“Votarem” en lugar de “Resistirem” o de “Vencerem”, para participar legítimamente
en la movilización?
La alternativa no es la de no hacer nada o bien defender las urnas, la alternativa no
se plantea en términos del falso dilema entre tomar partido por quienes defienden el
referéndum, o bien permanecer al margen de la lucha popular. Y, desde luego, luchar
contra el capital y el Estado, incluso en el momento actual, es perfectamente
compatible con negarse a engrosar las filas que se sitúan bajo una bandera nacional, y
que son convocadas al amparo de un Gobierno, de sus parlamentarios y de su policía.
“La legalidad mata”, nos recuerda Santiago López Petit en un interesante escrito
(“Prendre partit en una situacio estranya” http://www.elcritic), claro, pero también lo hace
aquella legalidad en la que se ampara “el actor necesario” y principal artífice del
referéndum, es decir el Govern. Hacer saltar por los aires la legalidad española es
algo que resulta extraordinariamente valioso (…si eso de verdad se consigue, más
allá de las grietas que ya se han producido), sin embargo, ya no resulta tan valioso si
eso se lleva a cabo al amparo de otra legalidad instituida, por mucho que se apueste
por hacerla saltar ella también por los aires después de haberla acatado y confortado
en el momento presente. ¿ No sería más coherente no contribuir a reforzarla en lo
inmediato, y empezar ya a quebrar esa otra legalidad desobedeciendo su exhortación
a acudir a “su” referéndum?
Por supuesto, resulta imposible prever el desenlace del órdago planteado por el
Govern ¿ Que puede pasar el domingo y los días siguientes? ¿Quien puede saberlo?.
Lo que es obvio es que el gobierno del PP ya está ahora mismo notablemente
debilitado tanto en la esfera internacional, como en Catalunya, y en ciertos sectores
de la opinión pública española reacios, por suerte, a todas las manifestaciones
represivas. Lo que también parece probable es que, por muy tensa que sea la
situación la noche del domingo y el día 2 de octubre con eventuales encierros de los
parlamentarios independentistas en sede parlamentaria y ocupaciones de espacios al
estilo de la plaza ucraniana de Maidán (en menos sangriento), se abrirá un espacio
para calmar el juego, rebajar la tensión, “restablecer el orden” y posibilitar un inicio
de negociación entre los dos Gobiernos, a partir de las posiciones de fuerza
alcanzadas por cada uno de ellos.
¿Negociación para atender las demandas de los sindicatos que han convocado la
huelga general del 3 de octubre? No hay condiciones para ello, porque el escenario
principal no es el de una lucha laboral ni el de una lucha de clases y, salvo que se
hayan producido muertes y que la huelga general se haya generalizado, le entrada de
CGT y CNT en esta batalla solo habrá servido la causa independentista, para nada la
de los trabajadores.
Ojalá me equivoque. En lo que no creo equivocarme es en el pronostico de que el
nacionalismo español saldrá reforzado, lo cual no solo podría dar alas a la extrema
derecha sino que también podría asegurar una victoria electoral al PP si se disuelven
las cortes en un plazo breve. No sé si la perspectiva de que también salga reforzado el
nacionalismo catalán puede servir de consuelo a quienes tienen un mínimo de
sensibilidad libertaria. Si ese fuese un pronostico acertado, dicho con todo respecto
por los compañeros que tienen otros análisis, tan legítimos como el que aquí se
expresa, quedaría patente el error cometido por un sector del anarquismo al adoptar
una perspectiva muy, pero que muy cortoplacista.
Tomás Ibáñez
Barcelona 29 de septiembre 2017
¡La persona real!
Una selección que nos llega del sur…
«cuando un movimiento de lucha incluye un importante componente nacionalista, y este es, sin duda alguna, el caso en el presente conflicto, las posibilidades de un cambio de carácter emancipatorio son estrictamente nulas.» (T. Ibañez)
«El pueblo catalán es algo tan abstracto como el pueblo español, un ente que sirve de coartada para una soberanía de casta con su policía notablemente represora.» (M. Amorós)