HOMENAJE A PASOLINI, PREPARANDO EL 40 ANIVERSARIO DE SU MUERTE

Autor del Documento: Emilio Sola

Descripción / Resumen:

dibujo de Ramón RamírezCuando se acerca el 40 aniversario de la muerte de Pasolini, presentamos una versión española de Le ceneri di Gramsci, así como un ensayo poemático con las palabras de Juan Carlos Mestre, una nota de lectura de Cartas luteranas, en donde se recogen, entre otros textos, sus últimos artículos en la prensa italiana, de la primavera y el verano de 1975, y alguna pieza poética más, todo ilustrado con dibujos de Ramón Ramírez de ese mismo año.

Pier Paolo Pasolini, Cartas luteranas, Madrid, 1997, Trotta.

He tenido que esperar un par de días para serenar, tras la lectura de esta serie de artículos/manifiesto periodísticos de Pasolini, las últimas páginas escritas antes de su muerte en un descampado romano a principios de noviembre de 1975.

Muerte espléndida en su simbolismo trágico, literaria y hasta cinematográfica; a manos de quien más amara –un desclasado urbano en la linde de la delincuencia– y había comenzado a odiar precisamente por su pérdida de valores ante los nuevos hábitos de consumo galopante y envilecimiento moral y cultural.

Uno de los asuntos sobre los que estaba escribiendo en ese momento en colaboraciones periodísticas publicadas en Il Corriere della Sera y en el semanario Il Mondo.

En marzo de 1975 había comenzado a aparecer una especie de tratadito pedagógico que dirigía a un napolitano ficticio, Genariello, al que trata con ternura de padre, en el marco de uno de los saltos entre generaciones más terrible que recuerda la historia (p. 35). Y con reflexiones que con el paso del tiempo ganan en hondura y comprensibilidad. Por ejemplo, sobre una de las líneas de fuerza más destacables en este final de milenio, la pérdida de confianza en argumentos de autoridad:

Las palabras de los padres, de los maestros y por último de los profesores
se superponen a lo que las cosas y los actos le han enseñado
a un muchacho cristalizándolo.
Sólo la educación recibida de sus compañeros será muy semejante
a la que le han impartido las cosas y los actos;
o sea, será también puramente pragmática,
en el sentido absoluto y primario de la palabra (p. 34).

La serie venía precedida de un texto –el único inédito, escrito a principios de año, de alguna manera texto insignia del conjunto– titulado Los jóvenes infelices, en el que partía de un lugar común del teatro clásico griego, el hecho de que los hijos estuvieran condenados a pagar las culpas de los padres, para terminar con uno de sus saltos magistrales:

Nuestra culpa de padres consiste en creer que la historia
no es ni puede ser más que la historia burguesa (p. 16).

De dramática actualidad, pues.

Pero en el verano, ya Pasolini andaba enredado con otro ambicioso debate, nada menos, esta vez, que la propuesta de un gran proceso a toda la clase política italiana clásica, a la democracia cristiana. Por el papel de los servicios secretos, por los contactos con la mafia y un largo etcétera de acusaciones terribles.

El 11 de septiembre, en Il Mondo, publicaba una carta abierta al presidente italiano –Giovanni Leone, tras unas declaraciones suyas de agosto–:

Su entrevista confirma que es necesario el proceso,

y concluía con otra rotunda ocurrencia del Pasolini:

Y sólo procesando a los responsables
puede llegar Italia a procesarse a si misma, y hallar su identidad (p. 109).

El 30 de octubre salía la última Carta luterana a Italo Calvino:

Hay un nuevo modo de producción:
cantidades enormes, bienes superfluos, función hedonista.
Generador de nuevas relaciones sociales,
nueva humanidad, nueva cultura,
genocida de modelos y valores destruidos:

Ha modificado antropológicamente al hombre (en especial al italiano).

El drama podía estar ahí:

La cultura de las clases subalternas
ya (casi) no existe:
existe tan sólo la economía de las clases subalternas (p. 137).

Es por ello:

La agresividad criminal de los jóvenes proletarios y subproletarios
se deriva precisamente del desequilibrio entre cultura y condición económica.

El modelo que difunde la escuela pública y la televisión,
vehículos de esa nueva cultura,
los reduce a la condición de espectrales y feroces imitadores.

Pasolini termina su carta luterana a Italo Calvino
con una invitación a responder, discutir o replicar.
A abrir un debate sobre el grave asunto.
Y con una NB o postdata, que comenzaba:

Los políticos son difícilmente recuperables para una operación así.
La suya es una lucha por la pura supervivencia…
Los sindicalistas tampoco son de gran ayuda… (p. 142).

Era un asunto de intelectuales platónicos y de la Economía Política.

Dos días después de la aparición de esta última carta luterana, Pasolini era asesinado. Dos días después de su asesinato, fue leída en Florencia su Intervención en el congreso del partido radical, texto con el que se cierra este volumen.

Comenzaba la transición española hacia la democracia, en la que estamos.
De plena actualidad, pues.

TEXTO ITALIANO DE LE CENERI DI GRAMSCI

HOMENAJE PASOLINI 2015

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Ficha Técnica

  • Temática: poesía, ensayo,
  • Palabras clave: , ,
  • Zona geográfica: Eurasia
  • Cita Bibliográfica: Pier Paolo Pasolini, Cartas luteranas, Madrid, 1997, Trotta. <br />
Profesor de Historia Moderna de la Universidad de Alcalá.

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