Información y espionaje: preparando la Jornada de Túnez en 1535, por Alejandra Mejía y Juan Sánchez.
Autor del Documento: Alejandra Mejía y Juan Sánchez
La presencia otomana en el Mediterráneo era un asunto de suma importancia para el emperador. La amenaza que representaba el Imperio Otomano fue uno de los temas principales durante el encuentro entre el Papa y Carlos V en Bolonia (24 de febrero de 1533). La presencia otomana era una amenaza para la prosperidad económica del Mediterráneo. El Gran Turco era considerado un grave peligro para la Cristiandad, por tanto, las guerras emprendidas contra él eran justificables ya que se entendían como defensivas y justas. Durante estas negociaciones se decidió que el papado colaborase de manera directa en la defensa frente a los turco-berberiscos. Carlos buscaba también presionar a Francia para que respetase los acuerdos de Madrid (1526) y Cambrai (1529). A esta alianza defensiva antiturca se adhirieron Florencia, Milán, Ferrara, Génova, Siena y Lucca. La Liga fue apoyada por los Caballeros de San Juan de Malta y los Estados del Imperio. Sin embargo, Venecia, debido a sus intereses comerciales, no participó en este “frente común”.
A pesar del logro que suponía para Carlos V la pacificación del área italiana, la incertidumbre sobre Francia seguía presente. Se conocían los contactos entre el monarca francés y el sultán, los cuales se daban en un momento en el que los turcos y berberiscos saqueaban las costas mediterráneas. El emperador temía una nueva intervención francesa en la península italiana y recelaba de la política de Francisco I en el Mediterráneo, sobre todo a raíz de la cooperación con Jayr al-Din Barbarroja. El afamado corsario controlaba Argel y Tlemecén, y colaboraba estrechamente con Solimán. Era por tanto una de las principales amenazas para los intereses hispanos en el Mediterráneo.
Las dudas sobre la alianza franco-otomana parecían ya despejadas en el momento en el que se redactaron estos documentos. En uno de ellos se puede leer lo siguiente: «Refiere que los turcos quieren bien a franceses y los llaman hermanos». Por tanto, los miedos del Emperador eran fundados. El tiempo acabó confirmando los temores de Carlos V ya que, en 1536, Francisco I y el Sultán, firmaron un acuerdo comercial y emprendieron la primera de sus grandes expediciones conjuntas en el Mediterráneo, en esta ocasión contra las islas Baleares. Cuatro años más tarde Francisco I permitió a Barbarroja y a su flota pasar el invierno en Toulon, lo cual escandalizó y desconcertó a la Cristiandad.
La política de los Habsburgo en el Mediterráneo se veía influida por la mentalidad patrimonialista que empujaba al emperador a intentar conservar de forma íntegra los territorios que había heredado. La estrategia de Carlos, combinada con la política expansionista llevada a cabo por Solimán, convirtió el Mediterráneo en un lugar inseguro marcado por la tensión bélica mantenida por los dos imperios.
A comienzos de 1534 Jayr al-Din Barbarroja fue nombrado en Estambul “Kapudan pasha”. A lo largo de ese año tomó Corón, recientemente abandonada por las tropas imperiales ante la dificultad que presentaba su defensa, y realizó una serie de incursiones en la Península Italiana, sobre todo en las costas napolitanas. En agosto de este mismo año la tensión se recrudeció – más si cabe – cuando Barbarroja tomó Túnez y desplazó del poder al emir de la dinastía hafsí, Muley Hasan. La réplica de Carlos no se hizo esperar. En junio de 1535 se desplazó a Barcelona para llevar a cabo una ofensiva en el norte de África que contrarrestase la amenaza que representaba la ocupación de Túnez. En julio de ese mismo año el emperador cercó y conquistó La Goleta. Logró capturar la mayor parte de la flota berberisca y provocó la huida de Jayr al- Din Barbarroja de Túnez. Este hecho desencadenó la sublevación de los cautivos cristianos, la cual facilitó la derrota del corsario. Esta sublevación no debe extrañarnos, los tunecinos no veían con buenos ojos a Barbarroja y esto aparece bien reflejado en uno de los documentos: «los moros deseaban a su Rey y por ser libres de Barbarroja decían deseaban ser del emperador por el mal tratamiento que los turcos les hacen». Tras la toma de Túnez, Carlos V acordó con Hasan el restablecimiento del emirato hafsí con la condición de situarse bajo el control de los Habsburgo. En La Goleta se constituyó un presidio imperial.
El notable éxito del emperador se magnificó a través de la propaganda y de su marcha triunfal por la península italiana. Sin embargo, Barbarroja no fue aplastado, y aunque se vio obligado a refugiarse en Argel tras la toma de Bona por Andrea Doria (septiembre de 1535) el almirante otomano saqueó Mahón, en Menorca. Esta impactante acción dio fuerza a la voz de los consejeros del emperador que abogaban por la toma de Argel. Hasta el otoño de 1541, Carlos V no llevó a cabo un intento de tomar Argel, pero sus aspiraciones se vieron truncadas debido a que una fuerte tormenta causó graves pérdidas en su flota y obligó a levantar el sitio a la ciudad. El emperador tuvo que refugiarse en Bujía hasta que en noviembre pudo regresar a la Península Ibérica.
A raíz de la gesta tunecina de Carlos V, Solimán volvió a Constantinopla y decidió concentrar sus esfuerzos contra el Emperador. Los dos años anteriores el Sultán se había vuelto inmerso en una guerra con Persia, lo que suponía distraer recursos de los asuntos mediterráneos para focalizarlos en las provincias orientales del Imperio Otomano. Sin embargo, el fin de esta guerra, sumado a la muerte del visir Ibrahim Bajá, el principal defensor del “abandono” del Oeste, hizo que el Sultán cambiase su política mediterránea.
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Ficha Técnica y Cronológica
- Personajes: Juan San Fiore, Jeireddin Barbarroja, Nicolao Fibuli, Cacha Diablo, El Judío.
- Palabras clave: Barbarroja, espionaje, información, Mediterráneo, Nápoles, Túnez
- Autor de la fuente: Desconocido
- Título de la fuente:
- Impresor:
- Ediciones / Ediciones Críticas:
- Archivo de procedencia: Archivo General de Simancas / Volumen: - Sección: Estado - Legajo: 1021 - Documentos: Ff. 35 y 36.
- Tipo de documento: Manuscrito / Estado: Actualización
- Época: Moderna / Siglo: XVI DC / Año: 1535
- Zona geográfica: Mediterráneo / Localización: Mar Mediterráneo
comentarios
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¡La persona real!
Estupendo arranque. Muy interesante la ampliación de los comentarios que hace Alejandra en la actualización del documento, que sirven para entender mejor el texto y pueden sustituir a una introducción general, a la vez que hace más fácil su lectura. El tuyo, Juan, al incorporar el original – aunque en una copia de trabajo algo informal – es más completo. Ánimo, pues, y felicitaciones.
¡La persona real!
Alejandra, Juan, Dani: Excelentes los trabajos que habéis hecho, Felicidades y ¡adelante!
Saludos, Esmeralda