El individuo moderno

Descripción / Resumen

El tema que se pretende tratar en este ensayo reflexiona sobre ciertos aspectos de base de la estructura: “INDIVIDUO MODERNO”, para intentar trazar un cierto esbozo de lo que podría ser o suponer éste.

Partiendo del extracto del libro de Erich Fromm, “El Miedo a la Libertad”, podemos comenzar con su planteamiento. El miedo a la libertad es una consecuencia directa de ese cambio de mentalidad que se produce ligeramente en el Renacimiento, por una parte, y que trasciende y se ve inicialmente materializado en las ideas y teorías existenciales y morales del luteranismo y el calvinismo. La libertad como desestabilizador de la vida preindividual y que necesita de una serie de atributos para rescatarse a sí misma.El masoquismo al que hace referencia Erich Fromm, parte del aspecto martirizante que el propio individuo practica sobre su propio organismo y existencia, a través de prácticas relacionadas con el sentimiento de culpa, la autohumillación, el sentimiento de insignificancia… Esta situación provoca la desintegración de la comunidad y del ente comunitario, así  como la idea de pertenencia a la comunidad humana. La separación total del individuo, su atomización, posiblemente, a raíz de la generación de riqueza crea ese sentimiento de ser solitario y que retroalimenta la sensación hostil de la masa receptiva a estas ideas protestantes, provocando el concepto DESCONFIANZA. La desconfianza aparece como atributo casi necesario de la permanencia del nuevo sistema y de la nueva mentalidad. La desconfianza en el de al lado. Esa desconfianza alimenta el miedo a la libertad; un tipo de libertad que en teoría y práctica no disfrutaban anteriormente.

Continuando con la introducción estableceremos que la estructura de esta tipología de individuo se encuentra materializada en el concepto “CUERPO”, reflejo de los procesos mentales; esto es, sensibilidad y/o sensitividad, expresividad…

Antiguamente se decía que “el cuerpo es el espejo del alma”, y nada más lejos de la realidad si por alma entendemos mente, pensamientos…

Por tanto, aquellas personas que añaden que el poder o sus estructuras controlan nuestro cuerpo o que el poder utiliza el dominio del cuerpo para controlarnos, están sentenciando que a través de procesoscomunicativos y sensitivos el poder ha controlado nuestra mente y a través de ella nuestro cuerpo.

El cuerpo parece entonces, únicamente, una fachada –en el doble significado del término-; una superficie de algo más profundo y de donde proviene realmente el control social que ejercerían los aparatos de poder; y por otra parte el aspecto estético y de apariencia que resultan del cuidado del mismo.  Así, se podría señalar que el cuerpo nos indica como es, superficialmente, ese individuo moderno que nos aventuraremos a describir y analizar en este ensayo.

Siendo el cuerpo una cáscara y sus movimientos reflejo del control mental, debemos intentar entender a este sujeto, pues, desde sus cambios de mentalidad. Podríamos definir esto como los cambios procesales de la mente o el cómo la mente analiza su entorno. En el momento en el que esos cambios procesales mutan, cambian, analizan su entorno de forma distinta y buscan una solución de una diferencia importante con lo anterior, podemos establecer un corte entre tipologías de individuo. Aceptando, pues, que las hubiera.

El ser humano europeo del siglo XVI sufre un cambio mental y procesal en un aspecto concreto de su vida: LA RELIGIÓN. Un tipo de religión que en sí, envolvía la vida de las personas en un aura de divinidad. Un aura, en cierta medida, inalcanzable para la mayor parte de las capas sociales, hasta que se produce esa reflexión mutadora. Es decir, se contempla que el ser humano europeo pasa a denominarse Individuo Moderno a causa de un cambio dentro de la religión oficial, la católica, protagonizada por Martín Lutero en lo que hoy conocemos como Alemania. Además, hay que partir del concepto humano del Renacimiento y sus aspiraciones.

Aun así, este cambio no se produce en toda Europa. Únicamente una parte de los habitantes de Europa se convierte al protestantismo. En gran parte del continente impera todavía el poder de la Iglesia Católica, por no hablar de su influencia en nuevos territorios.

Sin embargo, el espíritu de ese Individuo Moderno, parece vagar por distintos cauces; podríamos decir que aspectos concretos del Individuo Moderno fluyen por aleatorios aparatos de poder y calan, a veces de una manera sutil, en el interior de los distintos seres humanos. Arriesgándonos bastante, diremos que la conjugación de aspectos propios, básicos y fundamentales del Individuo Moderno con las antiguas tradiciones de carácter católico, configuran la CULTURA/MENTALIDAD llamada Occidental y que a día de hoy es la más influyente de todo el mundo.

El Individuo Moderno, pues, se nutre de ese cambio de mentalidad; pero no se trata de pensar que son las reflexiones protestantes, únicamente, las que configuran el nuevo individuo… sino, al parecer, se trataría del mantenimiento de antiguas estructuras de control fusionadas con la nueva mentalidad.

Los máximos reflejos de canalización del espíritu, llamémoslo moderno, serían la economía y la psicología y su posterior evolución a ámbitos políticos. En el caso de la economía, podríamos decir la economización de la política, entendiendo política, en este caso, en el sentido griego del término. En el caso de la psicología, y referente a la política, diremos que aparece una psicologización de las actividades políticas y un uso político de la psicologización. Esa psicologización aparece, no sólo en las múltiples terapias de aspecto clínico, sino también, en procesos educativos, jurídico-judiciales, laborales y añadiría en los procesos comunicativos. La publicidad, la propaganda, el discurso… están llenos de estudios continuamente psicológicos. Pero no se hacen los discursos según la “psicología” del populum, sino que se  construye la mentalidad de ese populum para ser receptiva al discurso; y esto ocurre en todo proceso comunicativo oficial. Claro es el ejemplo del Instituto Coca-Cola de la Felicidad. La psicología se ha convertido en una disciplina, denominada científica, que se encarga no de estudiar la mente humana, sino de construirla según su propio interés.

Así, a través de estas disciplinas de poder; disciplinas por convertirse en ciencias; en disciplina teórico-científica; en una profesionalización de la labor económica o psicológica; del nacimiento del economista profesional y del psicólogo profesional; del científico de la economía y de la psicología… esos principios y valores, adaptándose a nuevos aspectos de la vida comunitaria, han ido calando en el resto de mentalidades.

Entonces parece que sería válido decir que el Individuo Moderno es aquél que se ha ido forjando desde la aparición de Lutero –con previo surgimiento o cierta “receptividad” en el Renacimiento-, hasta el día de hoy… pero con ciertas dudas que intentaré ir abordando a lo largo del ensayo.

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