HISTORIA 12, Özlem Kumrular

HISTORIA 12, Özlem Kumrular

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MAGREB VISTO POR LOS OJOS DE LOS OTOMANOS: UN ANÁLISIS A TRAVÉS DE LA DOCUMENTACIÓN EN LOS ARCHIVOS OTOMANOS Y LA POESIA TURCA DEL SIGLO DE LA ÉPOCA CLÁSICA

Özlem Kumrular

 

       Magreb siempre fue una “frontera flotante” entre los dos imperios gigantescos de la Edad Moderna, healing -los Otomanos y los Habsburgos-, search y una tierra donde las ambiciones de estos dos imperios se cruzaban. Indudablemente el entendimiento habsburgico de Magreb era obviamente diferente al entendimiento y visión otomanos de estas tierras conflictivas. El Magreb visto por los ojos de otomanos fue representato en los versos de los poetas otomanos que reflejaban sus sentimientos sobre la tierra magrebina y la gaza (guerra santa) contra los “infieles” en el Mediterráneo. Del modo análogo, doctor los firmanes (cartas imperiales) de los sultanes otomanos referentes a esta geografía sacan a la luz la imagen política y social de estas tierrar en la mente otomana.[1]

       ¿Cómo veían los otomanos esta parte de su imperio gigantesco? ¿Cómo era la concepción y visión de la Sublime Puerta de estas provincias? ¿Garp Ocaklar? (las provincias de Magreb) se consideraban como la periferia del Imperio? ¿Cómo servían al estado otomano y qué tipo de protección recibían en cambio? ¿Se consideraban como periferias del imperio al más oeste del imperio o como una parte del imperio que debería estar constantemente supervisada, controlada y protegida escrupulosamente?

      Entre todas la fuentes que tenemos en la mano, los registros de decretos del Diván imperial (Mühimme Defterleri) de la segunda mitad del siglo XVI tienen un papel especial a la hora de descifrar la visión otomana de Magreb en esta época. Los documentos en general atestiguan que el estado otomano era en un contacto cercano con Garp Ocaklar? y la comunicación entre la capital y las provincias era notablemente frecuente. Esto no era simplemente una intervención, sino una protección bilateral.

    Las fuerzas navales de Garp Ocaklar? eran un componente importante de la Armada Otomana. Apoyaban la flota del Sultán, y tenían la obligación de armar las fuerzas subordinadas y esperar las órdenes que venían de Estambul.[2] Las fuerzas navales de las Provincias de Magreb jugaron un papel significativo en los ataques mayores y batallas. Por ejemplo, después del asedio de Malta en 1565 Solimán envió una carta imperial al Beylerbeyi de Argel  (Cezâyir-i Garb Beylerbeyi) informándole que sus servicios fueron agradecidos sumamente por la Sublime Puerta y ya él tendría que actuar con el Beylerbeyi de Trípoli Ali Bajá en la misión de proteger estos confines del imperio de los ataques de enemigos. [3]  En las vísperas de la Guerra de Chipre en 1570-71, el papel de las Provincias de Magreb llegó a ser crucial. La frecuencia de las cartas de Selim II dirigidas a los beylerbeyis en las que ordenó que organizaran y armaran las naves contra los ataques futuros verifica este rol vital.

     Sin dudas el papel principal de estas provincias era proteger las periferias del Imperio Otomano, sobre todo de los ataques españoles. El papel de los beylerbeyis de estas provincias era parecido al rol que jugaba Fernando I, el archiduque de Austria. Fernando se encargaba de proteger el imperio de los ataques otomanos que amenazaban las fronteras remotas del este, y Garp Ocaklar? eran los protectores de los territorios otomanos contra el peligro español que podía venir del mar. Uno de los ejemplos más notables de esta política era la carta imperial del sultán otomano fechada 9 de febrero de 1566 dirigida al Beylerbeyi de Argel. Solimán le ordenó que uniese sus fuerzas con las de Piyale Bajá que comandaría la armada otomana en primavera.[4] Sin embargo, si hubiese la posibilidad de que las fuerzas navales españolas volviesen a atacar, él tendría que guardar sus fuerzas para la protección de este territorio. Además, se le fue ordenado atacar las costas españolas en cambio. En otras palabras, él tenía la obligación de proteger estos territorios no sólo en modo defensivo, sino también ofensivo.

      Cuando las cartas imperiales del sultán dirigidas a los beylerbeyis de Magreb se analizan, se puede percibir abiertamente que el apoyo que la Sublime Puerta pedía se legitimaba y justificaba con las nociones de “cihâd ü gazâ”. Los sultanes dejaban muy claro que la nueva campaña de la armada otomana se hacía en el nombre de la guerra santa. Por ejemplo, cuando el sultán ordenó al Beylerbeyi de Argel que organizase los gönüllü reis (capitanes voluntarios) que tenían barcos de por lo menos 18 bancos y convencerles a aliarse con la flota otomana enfatizó su ambición y subrayó que su meta era “cihâd and gazâ”.[5] Del mismo modo, en las vísperas de la campaña de Malta, en su carta dirigida al Beylerbeyi de Argel Hasan Bajá en la que le pidió que organizase los gönüllü reis para la campaña, justificó su propósito detalladamente. Enfatizó que Malta era la fortaleza de los “infieles desmelenados” (küffâr-? hâksâr), refiriéndose a los caballeros de Malta que atacaban a los mercaderes en su ruta hacia Egipto. [6]

      El rol protector de Magreb Otomano requería también una cierta suma de medios de defensa. El estado otomano proveía estos territorios con los equipos necesarios de defensa. Por ejemplo, en la carta fechada el 7 de marzo de 1566, la Sublime Puerta ordenó al Bey de Trípoli que guardasen 150 kantar[7] de pólvora que vino de Bagdad y Aleppo para la fortaleza de Trípoli y entregase el resto a la armada otomana. [8] Del mismo modo, el estado otomano previó las Provincias de Magreb con los medios necesarios, como era el caso con la falta de provisiones que Beylerbeyi de Argel Ali Bajá  demandó en Abril de 1569. [9]

   En algunos casos el estado otomano pidió medios de defensa a estas provincias. El 24 de marzo de 1566, el sultán envió una carta al Bey de Trípoli y al almirante Piyale Bajá para informarles que había recibido información acerca del exceso de cañones y pidió que estas se trasladasen a Estambul, si no había ninguna necesidad para ellas en Trípoli. [10]  En otra carta suya fechada 15 de junio de 1568, Selim II pidió al beylerbeyi de Argel que trasladasen la madera que se usaría para la construcción de las naves armadas contra los portugueses en Suez. [11]

      Había casos en los cuales a los beylerbeyis se les pedía que dirigiesen las naves que el estado otomano armaba, como era el caso del Beylerbeyi de Argel, Piyale Bajá a quien se le encargó de capitanear una parte de la armada otomana hacia Prevesa y esperar el resto de la armada allí. Además se le ordenó que protegiese las costas de los peligros posibles que podían venir de la parte de los enemigos. [12]

     El Estado otomano prestó una atención especial a la alianza franco-turca y al papel de Magreb era considerablemente importante en este equilibrio. La Sublime Puerta evitó cualquier tipo de fricción que podía perjudicar esta alianza que mantuvo el equilibro otomano-habsbúrgico en control. En varias cartas enviadas a Garp Ocaklar?, el Sultán advirtió las autoridades que no dejasen a nadie actuar contra los tratados firmados entre los dos estados. Por ejemplo, en su hüküm fechado 13 de diciembre de 1565 Solimán informó el Beylerbeyi de Argel que el rey de Francia le envió la lista de los ciudadanos franceses que fueron esclavizados por los levents de esta región  y le ordenó que buscase estos esclavos y les entregase a las autoridades francesas en estos territorios. [13] Cartas del mismo género con el mismo contenido se repitieron  en los años siguientes. [14]

     En el siglo XVI, sobre todo en la segunda mitad del cinquecento, un tráfico notable de gente “con misión secreta” se testiguó dentro de /fuera de las fronteras del imperio otomano, mayormente en las metrópolis y en las fronteras del imperio y indudablemente en el Mediterráneo. La “populación flotante”,  -“los que van y vienen” con palabras de Emilio Sola-, en la tierra y en el mar se consistía en un rango amplio de  “wanderers on mission” como agentes, espías, espías dobles, -en algunos casos tiples-, informantes, mercaderes, renegados, viajeros, arraezes, figuras religiosas de varias sectas y la gente desterrada como los judíos. La mayoría de esta populación flotante jugó un papel importante en el mundo de información de Su Majestad y del Sultán. En este mundo complicado de información, el sistema “inconsistentemente consistente” del traslado de información fue construido sobre el tráfico de la “gente de fronteras”.

       En este mundo de informantes los beylerbeyis de las provincias de Magreb jugaron un papel importante. Como Venecia y Ragusa, estas provincias no cesaron de enviar al sultán toda la información que recogían. La gran cantidad de las cartas dirigidas a los beylerbeyis informándoles que la información que enviaron al Sultán fue recibida y, agradeciéndoles sus servicios, demuestra la frecuencia de reparto de información. Una carta fechada 17 de Enero de 1568 en que el Sultán declara su agradecimiento por el servicio que hizo el beylerbeyi de Trípoli es significante. “Todo lo que dijiste en este asunto fue recibido. Has hecho muy bien. Lo que se esperaba de tu coraje elegante y inteligencia madura era este hecho, y tú los has cumplido.”[15]

    Los beylerbeyis no sólo sirvieron al Sultán como informantes, sino como asesores, sobre todo bajo circunstancias delicadas y casos de peligro. No dudaban de compartir su punto de vista y la strategia que se debía seguir. Los sultanes declaraban abiertamente su agredecimiento y gratitud a los beyes de Magreb.

      El estado otomano no sólo vio estas provincias como una extensión de los territorios principales, sino tambien como una parte ligada al centro. Los sultanes no dejaban de intervenir en los problemas sociales de Garp Ocaklar?, sobre todo cuando el problema en cuestión tenía algún aspecto criminal. Cuando emergían figuras que disturbían la vida social y la paz, el Sultán interfería para resolver el problema.[16] Incluso en casos de menor importancia, como era en el caso de un mentiroso llamado Mercan que perturbó la vida pública en Trípoli. [17] Unos meses después, el Sultán envió una carta nueva al Bey de Trípoli y le ordenó que investigase el caso en detalles. [18]

     Otro caso similar era el del traductor del sancakbeyi de Trípoli, Nâs?ruddin es-Sayrafi que tenía la mala fama de maltratar al público. El Sultán ordenó que se confirmase si el caso no era simplemente un rumor y ordenó que se despidiese si todo lo que se decía de él tenía fondo.[19] El kad? y sancakbeyi de estas provincias y el Sultán eran en contacto con él para el bienestar del los súbditos del imperio. Había casos de mayor importancia, como el rebelión en Kostantin y la confrontación entre los genízaros y azebs en Cezâyir-i Garb.[20] El soborno, abuso de cargos estatales, robo eran de los problemas sociales más comunes.

     La distancia que separó estas provincias de la capital otomana, -del centro del poder-, a veces provocó el estado otomano para usar estas tierras lejanas del centro como lugares de exilio.[21]  Un tal Bak?ro?lu Hüseyin fue desterrado por abuso de cargo estatal y falsificación y llegó a Argel. (15 de junio de 1568).

        Los versos que nos dejaron los poetas y los bardos turcos del siglo XVI y XVII, nativos de Garp Ocaklar? nos dejaron una documentación considerablemente estimable para descifrar la visión otomana de la piratería en el Mediterráneo. Un vistazo a este género de versos nos da detalles y pistas no sólo sobre el lenguaje, sino también sobre la ideología. Más allá de la personalidad artística individual del bardo y de las variaciones estilísticas, hay un modo distintivo en los poetas de retratar aquel ambiente pirata y la vida de guerra constante en estas provincias. Sin hacer uso de heteroglossia, con un lenguaje sumamente simple y sin juegos de palabras perfilan la tradición de la vida marítima y razzias constantes en el mar.

Aç arslanlar?y?z Tunus ?ehrünün

Baharda ç?kar ?ikâr kasd?na

Yarar kullar?y?z Osmano?lu’nun

Dü?man?na dü?man dostuz dostuna[22].

 

     Esta estrofa de Dervi?, un bardo turco del Túnez del siglo XVI, usa una metáfora llamativa para los piratas de Túnez: leones hambrientos. Sin embargo, la parte más llamativa de su verso es la presentación del papel de la población de Garp Ocaklar? en la dominación otomana como hemos referido. Este tipo de referencias al apoyo del Estado otomano son abundantísimas. En cierto modo, los poetas no sólo reflejan el orgullo que sienten de estar al servicio de un imperio tan poderoso y titánico a pesar de estar tan lejos del centro, sino también gracias a este contacto administrativo, legitiman sus actividades piratas. La referencia repetitiva sobre defender la dinastía otomana, estar en el servicio de los otomanos y ser el escudo del imperio, en el fondo es un modo de legitimación del poder pirata turco en el Norte de África.

   En todo el hábeas de estos versos el énfasis que se pone sobre España como el enemigo número uno nos llama la atención. En muchos casos, el término español llega a ser sinónimo de algo muy peyorativo. Otro bardo, Gedâ Musli, nos proporciona el orgullo de un asalto victorioso contra los españoles y la posesión de sus bienes.

Yine bükdün ?sbanyan?n belini

On dört be?zâde ile ald?k mal?n?

Ho? e?lenir idin M?s?r yolun?

Hele itdiklerin bulmu? ol senin[23].

 

   Otro tema que se convirtió en cliché en este género poético es la población heterogénea de Argel y Kara Hamza es uno más del nutrido grupo de bardos que describen esta Torre de Babel:

Nesin medhideyim ?u Arabistan’un

Cezâyir ah ile zâr olan yerdir

Denizden küfar? karadan Arab

Her saatda bir cenk kurulan yerdir.

 

Urumlu Acemli hep bir yerde olur

Sorar dört kö?enüng haberin alur

Yetmi? iki dilde sadâ verilir

?öyle bir mahlûkat derilen yerdir[24].

 

   El retrato hecho de rimas por este bardo nos lleva a un Argel que no sólo es una base de ataque y un arsenal donde las galeras se construían y reparaban constantemente, sino una colorida mezcla de gente. La representación de este lugar de Berbería nos pone delante de una ciudad no sólo famosa por sus baños, sino también por sus colores y su población heterogénea. Argel, como la capital del mundo pirata de todo el Mediterráneo, se presenta como un punto donde todas las noticias de este mar inmenso desembocan en una piscina de colores. Sin embargo, lo que más llama la atención es el perfil de la ciudad donde la guerra nunca acababa

   A??k Halil, del siglo XVII, en su verso titulado Türk-i Cezâyir nos aporta otra visión para este análisis.

Yürütmeziz Akdeniz’de gemini

Hakk’? koyup puta verdin dinini

Gel ?eytana virme sen imân?n?

Bâri müslüman olmu? olsun ol kâfir[25].

 

   Este concepto de la invitación a la conversión al Islam es uno de los temas que se repiten incansablemente en este género de versos. Son estereotipos con pocas variantes. Ante todo, deberíamos subrayar que hay otros puntos significativos detrás de esta mentalidad islámica. En general es una literatura que pone el énfasis sobre los valores religiosos. Infinidad de ejemplos de este estilo se podrían enumerar, donde las nociones como guerra santa, guerreros de guerra santa, Islam ocupan un lugar de relieve en la escena. Una comparación de estos versos con las primeras crónicas otomanas del siglo XIV nos deja muy patente la legitimación de la razzia. El uso intercambiable de ak?n, razzia, con gaza, guerra santa, demuestra perfectamente esta justificación y el motivo escondido detrás de esta terminología. En estos versos, como en las primeras crónicas otomanas, el cuadro más repetido es el de “gaza”, guerra santa, en realidad no es otra cosa que razzia. Los otomanos que queman todo a su paso, saquean, demuelen iglesias, destruyen campanarios, las convierten en mezquitas y leen hutbes llegan a ser el cliché dominante de estos textos. Similarmente, en los versos de los bardos turcos la razzia en el mar sustituye a la razzia en la tierra. Doyumluk, una de las palabras que se repiten en estos textos de una manera constante, sufrió una desviación etimológica. Doyumluk, literalmente “una cantidad suficiente para llenar el estómago”, casi nunca llega a significar dicha cantidad, irónicamente se refiere al botín conseguido vía razias, que siempre es mucho más de lo que cabe en el estómago[26]. Como se puede ver en la siguiente estrofa de Dal??man, la yuxtaposición de los términos “yolda?”, camaradas, o compañeros que se juntan bajo una ideología sagrada  y “asaltar las galeras” nos lo explican todo:

Avante deyip çektirir gemiler

Kürekçisin dövüp karn? gümüler

Toplar at?ld?kça deniz iniler

Çatal?m yolda?lar kad?rgalara[27].

 

    Por otra parte, estas obras tienen un carácter mitificador. No hay duda de que el bardo junta la realidad con los deseos. Esta espada de dos filos acaba en una “idealización” y “exaltación” de la realidad, y muy frecuentemente en la exageración. La subjetividad aliada con elementos épicos nos lleva a un sobredimensionamiento del “ideal”. El ensimismamiento en la subjetividad también sirve para construir un perfil afilado entre la alegoría del vicio y de la virtud. El “infiel” es siempre sinónimo del “enemigo”. La mayor parte de las veces el “español” es presentado como un cobarde. Mientras el ideal otomano es mitificado[28].

       Multiples versos se han escrito con tono heroico sobre los hechos de estos corsarios y la vida en Berbería. Discúlpesenos por habernos detenido en ellas, pero nos parece que denotan un odio terrible contra los “infieles”, aunque desde luego nos proporcionan la visión turca y musulmana sobre estos asuntos.

       A principios del siglo XIX, cuando la piratería dentro del Mediterráneo daba sus últimos pasos, un fraile que cayó en manos de un corsario turco le preguntó cómo seguía ejerciendo la piratería a pesar de que la religión musulmana se lo prohibía taxativamente. La sencilla respuesta que le dio el corsario musulmán resumía toda la historia de la piratería; dijo: “Por la tradición del mar”[29]. Es decir, que en el siglo XVI, el triángulo formado por el mar, la guerra y la vida constituía un lugar común, siempre presente entre la población ribereña del Mediterráneo, siempre rodeado de un halo de misterios desagradables. Este ambiente de robo y picaresca marcó el ritmo de este mar en todos sus ámbitos: social, económico, político y religioso. De hecho, en esta misma época entró también el tema turco a formar parte del folklore de estas tierras mediterráneas, con gran cantidad de representaciones de turcofobia en letrillas y canciones; así lo vemos en el caso de una canción folklórica siciliana que ejemplifica el pavor que los turcos generaban en esta isla:

“All’armi, all’armi, la campana sona

Li turchi sunu junti a la marina!

Cu’havi scarpi rutti si li sola

Ca eu mi li sulavi stamattina

Pigghiati l’armi, curríti, picciotti,

Ci voli forza e curagg?u di tutti…”[30]

La canción inmortaliza el ataque de los turcos a estas costas, durante el cual los habitantes intentaron salvar la vida escapándose de allí con la mayor celeridad posible: Se habla incluso de que en tales carreras se les rompían los zapatos, y por la mañana tenían que repararlos cosiéndolos, antes de continuar el proceso de huida. El hecho de que podamos encontrar estas mismas canciones, cantadas en dialectos diferentes a lo largo de las costas del sur de Italia y de las islas italianas, demuestra claramente las dimensiones geográficas y mentales que adquirió el miedo a los turcos en dicho ámbito geográfico.

         El 6 de Febrero de 1552, el virrey de Sicilia Juan de Vega escribió estas palabras en su carta dirigida a su Majestad desde Catania: “Los enemigos son totalmente señores de la mar”.[31]

 

 

 



[1] Vid. Soucek, Svat:  “The rise of the Barbarossas in North Africa”, en Archivum Ottomanicum, vol III, 1971, p. 238-250; Cresti, Federico: “La popolazione di Algeri e la sua evoluzione nell’età ottomana: status quæstionis”, en Studi Magrebini, Nuova serie, a cura di Agostino Cilardo, Università degli studi di Napoli L’Orientale Dipartimento di Studi, Ricerche Africa e Paesi arabi, Centro di Studi Magrebini, Vol II, Napoli, 2000, pp 89-120; Enrico de Leone, La Colonizzazioni dell’Africa del Nord (Algeria, Tunisia, Marocco, Libia), Tomo primero, Padova, 1957, p. 45; Bostan, ?dris: “Barbaros Hayreddin Pa?a: ?lk deniz beylerbeyi (1534)”, en Türk Denizcilik Tarihi, tomo I, ed. ?dris Bostan, Salih Özbaran, ?stanbul, 2009, p. 145;  ?dris Bostan, “Akdeniz’de korsanl?k: Osmanl? Deniz Gücü”, Türk Denizcilik Tarihi, op. cit,  p. 231.

[2] 5 Numaral? Mühimme Defteri, T.C. Ba?bakanl?k Devlet Ar?ivleri Genel Müdürlü?ü, Osmanl? Ar?ivi Daire Ba?kanl???, T.C. Ba?bakanl?k Devlet Ar?ivleri Genel Müdürlü?ü, Osmanl? Ar?ivi Daire Ba?kanl???, Yay?n No: 21,  Ankara, 1994, p. 177.

[3] 5 Numaral? Mühimme Defteri, op. cit,  p. 142.

[4] 5 Numaral? Mühimme Defteri, op. cit.  p. 162

[5] 6 Numaral? Mühimme Defteri, T.C. Ba?bakanl?k Devlet Ar?ivleri Genel Müdürlü?ü, Osmanl? Ar?ivi Daire Ba?kanl???, T.C. Ba?bakanl?k Devlet Ar?ivleri Genel Müdürlü?ü, Osmanl? Ar?ivi Daire Ba?kanl???, Yay?n No: 28,  tomo I, Ankara, 1995, p. 249.

[6] Ibídem, p. 310.

[7]  Un kantar equivale a 56,452 kg.

[8] 5 Numaral? Mühimme Defteri, op. cit,  p. 194.

[9] 7 Numaral? Mühimme Defteri, T.C. Ba?bakanl?k Devlet Ar?ivleri Genel Müdürlü?ü, Osmanl? Ar?ivi Daire Ba?kanl???, T.C. Ba?bakanl?k Devlet Ar?ivleri Genel Müdürlü?ü, Osmanl? Ar?ivi Daire Ba?kanl???, Yay?n No: 37,  tomo I, Ankara, 1998, tomo I, p. 227.

[10] Ibídem,  p. 210.

[11] Ibídem, p.187.

[12] 5 Numaral? Mühimme Defteri, op. cit, p. 60.

[13] Ibídem, op. cit,  p. 177.

[14]  7 Numaral? Mühimme Defteri, op. cit,  p.180.

[15] Ibídem, p. 359.

[16] 6 Numaral? Mühimme Defteri, op. cit, p. 45-46.

[17] Ibídem, p. 119.

[18] Ibídem, p. 210-211.

[19] Ibídem, p. 125

[20] 7 Numaral? Mühimme Defteri,  op. cit., p. 321.

[21] Ibídem,  p. 186.

[22] Somos los leones hambrientos de Túnez / Vamos de razzia en la primavera / Somos los súbditos útiles de la dinastía otomana / Su enemigo es nuestro enemigo, su amigo es nuestro amigo. En ELÇ?N, ?ükrü: Akdenizde ve Cezayir’de Türk halk ?airleri (Los bardos turcos en el Mediterráneo y Argel) Ankara: T.K.A.E., 1988, p. 9.

[23] Ibídem, p. 11.

[24] ¿Cómo puedo elogiar esta Arabia? / Argel es el lugar que se llena de pena / Los infieles por la mar, los árabes por la tierra / Es el lugar donde se halla una guerra cada hora. / Los romanos, persas se encuentran en el mismo lugar / Allí llegan las noticias de mil rincones / Se dan rimbombancias en setenta y dos lenguas / Es el lugar donde hay mil humanos. Ibídem, p. 123

[25] No te dejamos llevar las naves / dejaste el Dios y te dedicaste al pagano / Ven, no dejes tu alma al Diablo / que seas musulmán, tú infiel. Ibídem, p. 141.

[26] Este extracto de un aviso nos trasmite una descripción de los asaltos turcos en las costas españolas: “Esa misma tarde los turcos fueron a villa Loyosa que está cerca de la mar y los vecinos de la dicha villa no los aviendo dado socorro el virrey de Valencia y siendo avisados como los turcos la entraron y saqueron, duróles el saco tres días, llevaron 1500 cargos de arina, y mucho aceyte, pasa, higo y almendra de tramarín más de 20 cantaras de vino y destruyeron todas las cosas que pudieron llebar y de ay se tornaron a la Formentera hicieron quarta muestra la mitad de las galeras en Guardamar y la otra mitad en los Alambres de Almaranón y en todas estas muestras que an hecho no an mostrado yntención de tomar ninguna fuerza, sino buscar de comer e hacer daño los que fueron a Guardamar salieron a hacer daño hasta 100 turcos.” Colección de Documentos de Fernández de Navarrete, Tomo IV, doc. 4, Relación de lo que hicieron los turcos en las costas de España en el año 1543.

[27] Reman gritando “avante” / Los remeros reman, sus vientres zumban. /El mar gime con las cañonazos / !Compañeros! Asaltemos las galeras. ELÇ?N, ?ükrü: Akdenizde ve Cezayir’de Türk halk ?airleri (Los bardos turcos en el Mediterráneo y Algería), op. cit., p. 8.

[28] La subjetividad tiene una considerable cantidad de figuras de discurso. A los turcos se le dan los títulos majestuosos de “los guerreros de la fe”. Por otra parte las metáforas se usan en el modo más bienhechor. Por ejemplo, en la Historia de Ne?ri, atestiguamos que las caras de los musulmanes se comparan a la luna llena, castillo, un jardín de tulipanes, mientras el “infiel” es un antagonista que “se fuga metiendo su cola entre las piernas.” Vista literalmente, sin la melodía, en una sucesión regular y abocada de tonos, estos versos producen un efecto harmonioso con rimas, aliteraciones, onomatopeyas, repeticiones, asonancia y eufonía.

[29] Caronni, F.: Ragguaglio del viaggio compendioso. Milano, 1805, p. 30.

[30] Panetta, Rinaldo: Pirati e Corsari: turchi e barbareschi nel Mare Nostrum, Milano, 1981,  p. 272.

[31] AGS (Archivo General de Simancas),  Estado, leg. 1120, fol. 11. 6 de febrero de 1552. Catania.