El joven Sam Beckett, Nadador

NADADORES’s Docs El joven Sam Beckett, Nadador

Sam Beckett, Nadador.

 

Enrique Vila-Matas, en la novela Dublinesca, Barcelona, 2010, Seix Barral, realiza un homenaje a James Joyce y a un entorno literario próximo al dublinés, en el que se enmarca el protagonista mismo de la novela de Vila-Matas, el editor barcelonés Samuel Riba. Y es en un momento particularmente dramático e intenso de la historia, en una taberna en la que el editor alcohólico vuelve a encontrarse con la maldición de la bebida, cuando irrumpe la evocación de un joven Beckett nadador, en el mar de Irlanda.

Dos franceses, Verdier y Fournier, son los compañeros de barra de taberna del editor literario retirado de la edición, recién sesentón y a punto de ser abandonado por su esposa Celia.

“Poco después del tercer whisky, Riba interrumpió algo nervioso a Vernier,

justo cuando éste se hallaba en el momento más álgido de sus pronósticos

para las carreras del sábado. Verdier se quedó con la cara traspuesta,

como si apenas acertara a comprender por qué le habían interrumpido de aquel modo. Aprovechando el desconcierto, Riba preguntó, y parecía que lo preguntara al barrio entero,

si habían visto algún día por Dublín a un tipo que se parecía mucho

al escritor Beckett cuando era joven.

 

Fue entonces cuando Verdier y Fournier, casi al unísono,

le dijeron que conocían a alguien de ese estilo.

En Dublín era relativamente famoso ese doble de Beckett, dijo Fournier.

Y la conversación entró en una fase muy animada y, en un momento de la misma,

Verdier hasta tuvo un bello recuerdo para Forty Fot, un lugar beckettiano

que se encuentra en Sandycove, justo enfrente de la Torre Martello

y que de hecho aparece en Ulysses.

Es el paraje con escaleras esculpidas sobre las escolleras

desde el que los dublineses, desde tiempo inmemorial,

disfrutan zambulléndose en todas las épocas del año.

Ahí fue donde el padre de Beckett enseñó a sus hijos, Sam y Frank, a nadar.

Antes de que hubieran aprendido, el padre los arrojó al agua con masculina crueldad,

y ambos se mantuvieron a flote y se aficionaron férreamente a la natación.

De hecho, cuando regresaba a Irlanda, Beckett siempre iba a Forty Foot,

aunque adonde con más frecuencia iba a nadar, su lugar favorito

entre todos los lugares de la tierra natal, era a un maravilloso brazo de mar

que hay bajo la colina de Howth.

 

–          Un lugar verdaderamente beckettiano. Ventoso, radical, drástico, desértico – dijo Verdier.

 

–          Meta de gaviotas y de rudos marineros, un escenario de fin de mundo – añadió Fournier. “

 

***

 

La evocación de un joven Sam Beckett nadador en un escenario de fin del mundo, cuando el editor Samuel Riba se enfrentaba a sus fantasmas y evocaciones más paranoicas en un final dramático de una vida.

Una edición en La Vakería de la Ciudad Lineal en:

http://vinculos.carlosmiragaya.name/index.php?id=1099&vaqueria=1&pasador=45