I.2.08 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Carta 2 – A visir muerto-visir puesto_Muhammed Pachá

I.2.08 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Carta 2 – A visir muerto-visir puesto: Muhammed Pachá

I.2.08 - La Mezquita Azul (Cuadro de Jean-Baptiste van Mour-primera mitad del siglo XVIII)

I.2.08 – La Mezquita Azul (Cuadro de Jean-Baptiste van Mour-primera mitad del siglo XVIII)

En la entrega anterior (I.2.07), el Señor della Valle comenta extensamente el desarrollo de los sucesos y desmanes llevados a cabo por el primer Gran Visir, el Pachá Nazúh, junto a la sospecha de alta traición y espionaje a favor de los persas, que el Gran Señor llevaba tiempo vigilando y que, finalmente, lo llevaron a determinar su ejecución, a pesar de estar casado Nazúh con una de las hijas del Sultán. Concluye esta entrega con la forma en que las sultanas tratan a sus esposos: “… En cuanto a la joven esposa del difunto, no es de extrañar que al Gran Señor no le importara lo más mínimo dar este Golpe de Estado, porque estas princesas bárbaras pretenden, actuando de esta suerte, que obtendrán mayor beneficio para sus hijas, puesto que con esta maniobra las convierten en herederas, si no del total, al menos de una buena parte de los bienes confiscados a sus maridos ejecutados; casándolas rápidamente con otros, de modo que ellas no tienen mucho de qué afligirse; otra cosa bien distinta es que las sultanas traten a sus maridos como a sirvientes, mostrándose ante todos como sus señoras, y buena prueba de ello es el puñal guarnecido de joyas que llevan siempre en el cinturón, considerado un símbolo de su autoridad, y no permitiendo, al igual que algunas otras, que sus maridos tengan relación en sus apartamentos con ninguna concubina, ni siquiera con cualquier mujer esclava, a menos que sean informadas de ello…”

(I.2.08) La carta 2ª desde Constantinopla concluye de este modo.- “… Al día siguiente de la muerte de Nazúh, Muhammed Pachá fue honrado con el cargo de Primer Visir, el mismo que poseía el difunto. Este nuevo visir también es yerno del Gran Señor, pues está casado con su hija mayor, hermana del Príncipe por parte de madre, e hija mayor de Su Alteza, y este mismo Pachá ya formaba parte de los visires comunes desde hacía tiempo. Es turco de nacimiento, aunque bien es cierto que me han dicho que tan solo es hijo de un herrero de Gálata, pero que, por un favor muy especial, que sobrepasaba a las costumbres establecidas, fue introducido desde su infancia en el serrallo con los niños de los cristianos que llevan allí como tributos. Después, tras pasar varios años escalando puestos en diversos cargos altos e importantes, se le envió primero a El Cairo como Pachá; allí se hizo rico en el poco tiempo que estuvo gobernando. Poco después fue nombrado Pachá de la Mar, en donde no cosechó éxitos, porque se imputaba a su negligencia la pérdida de las galeras que fueron capturadas por las de Sicilia; pero la causa principal no era otra que su enemistad con Nazúh, a pesar de la cual en este momento se vio elevado al puesto que ocupaba el difunto, un cargo muchísimo más alto e importante que el anterior. Éste es un hombre prudente, y más amante de la paz que de la guerra, y aunque no es alguien a quien se pueda persuadir fácilmente, no deja de ser una persona de buen trato y agradable conversación y, sobre todo, es un gran amigo del Mufti y de Monseñor de Sansy, Embajador de Francia, lo que nos coloca en una buena posición. Se ha realizado una exacta y cuidadosa investigación acerca de todo lo que poseía Nazúh; este nuevo Gran Visir ha hecho saber a los criados del muerto, a sus servidores y a todos los que dependían de él, que si tenían alguna cosa que hubiera pertenecido al difunto, debían declararlo de inmediato, so pena de muerte, de modo que nadie de esa gente pudiera tomarse la libertad de ir y venir adonde quisiera sin exponerse a represalias, lo que aún se puede observar que les afecta, incluso al hijo del difunto Nazúh y a otros niños que viven allí.
Al parecer el nuevo Gran Visir ha enviado una orden para, si es posible, capturar al hijo mayor de Nazúh, al que éste había dejado en la Fortaleza de Mardín, en Mesopotamia; una de las grandes posesiones del Estado del Turco; fortaleza de la que se había apoderado Nazúh como si fuera propiedad suya, así como de la ciudad de la que dependía, y que, en consecuencia, al estar en la frontera con Persia, Nazúh había convencido al Gran Señor de que esa era una plaza sin importancia; aunque se cree que en ella acumulaba grandes tesoros para servirse de los mismos en toda ocasión, o bien para fomentar alguna rebelión, o quizá para buscarse allí un retiro…”

I.2.08 – EL VIAJE DE PIETRO DELLA VALLE A ORIENTE EN EL S XVII – Carta 2 – A visir muerto-visir puesto_Muhammed Pachá

 

I.2.08 - Mausoleo y enterramientos de los sultanes otomanos - Estambul.

I.2.08 – Mausoleo y enterramientos de los sultanes otomanos – Estambul.

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