I.11.00 – Pietro della Valle abandona Constantinopla y pone rumbo a Egipto (CARTA 11)

I.11.00 – Pietro della Valle abandona Constantinopla y pone rumbo a Egipto.

Pietro della Valle. Examen de momias en Dashur

Pietro della Valle. Examen de momias en Dashur

“Señor [Schipano]: Ya es tiempo de que os informe sobre el feliz resultado de mi viaje desde Constantinopla a estos lugares, y os refiera varios acontecimientos que espero sean de vuestro agrado.

Creo que ya sabéis que el 25 de septiembre del pasado año (1615), coincidente con el primer día de Ramadán, o la Gran Cuaresma de los turcos, partí de Constantinopla a las tres de la madrugada, en el galeón más grande de todos los navíos de la armada turca; una nave que pertenece al georgiano Muhammed Bajá, Caimacán, o lo que es lo mismo, Lugarteniente del Primer Visir en Constantinopla.

Llevé conmigo tan solo a nueve personas: siete cristianos y dos turcos; a saber: el Padre Fray Giulio da Monterubbiano, Superior General de los Franciscanos que, tras haber concluido su mandato y obligaciones en el cargo, deseaba, como buen devoto, visitar Tierra Santa; mi Fray Andrea, religioso de San Agustín, al que me llevé de Italia; el Señor de Vernyes, de origen flamenco, joven dotado de excelentes cualidades, que había residido durante cierto tiempo en casa del Señor Embajador de Francia, y que ahora, aunque en extremo abatido por la fiebre, no cesaba de rogarme que no le abandonara, y en contra de la opinión de los médicos y de mí mismo, se empeñó en venir, arguyendo que no le importaba morir estando a mi lado; así que no pude negarle ese consuelo; Giovanni, mi pintor, también flamenco, y del que le mostraré cuando vuelva a Nápoles algunas de sus obras; Paolo Greco, mi trujimán, de muy buen carácter, pero asimismo muy enfermo a causa de una fiebre ética, y que a pesar de su estado y de la opinión de muchos, al final me dejé convencer por sus súplicas y las de su madre de llevarle conmigo; Tomasetto, al que vos conocéis, y al que he añadido en el viaje a título de intendente de mi casa, quasi dicat, superintendente;  Lorenzo, con el que V.S. quizá hayáis coincidido, y luego, los dos turcos: un Capigi, o Portero del Gran Señor, llamado Hussein Beig, y Ali, su asistente. Había previsto que también nos acompañara un hebreo, médico competente y buen amigo mío, pero el pobre hombre cayó enfermo de malaria, y muy a pesar mío y con gran disgusto, no hubo más remedio que dejarlo en tierra…” (Fragmento de la primera entrega de la CARTA N.º 11, fechada el 25 de enero de 1616, que escribe Della Valle desde Alejandría).

El texto completo en este enlace:

I.11.00 – Pietro della Valle abandona Constantinopla y pone rumbo a Egipto

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