Carlos V y Bugía-08: Luis de Peralta y Enrique de Toledo. NECESIDAD, COMERCIO Y CABALGADAS EN LA BUGÍA DE 1543

Descripción / Resumen:

Bugía-Kuko

Bugía-Kuko

El final del otoño de 1542 y el inicio del invierno de 1543 fue un tiempo difícil para la plaza de Bugía. En el verano el alcaide Peralta había recibido la orden de volver allá tras noticias alarmantes de que Azanaga y Salah Arráez preparaban una expedición por mar y por tierra desde Argel; aunque luego se desmintió y el peligro disminuyó, Peralta volvió a Bugía y a pesar de los abastecimientos que se le enviaron de Barcelona y que en parte llevó consigo en su bergantín, a finales de año casi no tenían trigo para toda la guarnición. Las 600 arrobas de harina que les quedaban, las repartió entre todos los moradores de la plaza para que se administrasen lo mejor que pudieran para el tiempo de espera del próximo socorro y en esas circunstancias de Necesidad – una vez más esa fuerza divina clave para la vida de los hombres que recordara Cervantes – un accidente afortunado para ellos les permitió, junto con una cabalgada el día de San Sebastián, el 20 de enero, salir del apuro por un tiempo.

 

A primeros de enero llegaron a vista de Bugía dos naves, una francesa de Marsella y otra turca, esta última un galeón cargado de trigo que habían apresado con anterioridad, dos meses atrás, y que tuvo que ser auxiliado por la nave francesa pues hacía agua; un calafate de la nave francesa los ayudó en la solución de la avería, y para ello hubieron de traspasar parte del trigo de la nave turca a la francesa, antes de que la tormenta amainase y decidieran dirigirse las dos naves a Argel. Cuando las vieron desde Bugía pensaron que se dirigían a esa plaza y que sus problemas de abastecimientos podrían terminar, pero no fue así; mientras la nave turca se dirigió “hacia Gigar”, muy posiblemente la actual Djidjel o Yiyel argelina, una tempestad dejó a la nave francesa a la altura de Bugía y con problemas para seguir su navegación. Luis de Peralta les envió una barca para interesarse por quiénes eran, “y ellos dijeron que eran de Marsella, y que les enviase un seguro y me vendrían a hablar. “

 

Peralta decidió aprovechar la ocasión que se le brindaba para solucionar su problema de abastecimiento y les envió ese seguro, con la intención de luego negociar la compra de trigo que pudieran transportar los franceses. Curiosamente, tres turcos, uno de ellos de nombre Agi Memi, le sirvieron de garante ante los franceses, pues debieron conocerle de tratos anteriores y les dijeron que su seguro “él sabía que lo guardaría”.  Así las cosas, Peralta los invitó a comer el día de Reyes, 6 de enero, y tras la comida y el buen trato les solicitó que le vendieran trigo “por mis dineros para mis caballos”; tras la disculpa inicial diciendo que el trigo era del rey de Argel, accedieron a ello finalmente, agradecidos por aquella deferencia del alcaide Peralta que les había dado acogida en momentos de peligro. Con ello solucionaba, en parte, la mala situación de la plaza, y Peralta se lo cuenta con detalle a Enrique de Toledo, a quien considera su patrón y valedor – brocker – en la corte, insistiéndole en que había sido una buena ocasión de la que se sentía orgulloso y para que lo explicara bien y a su favor en la corte en el caso en que saliera a relucir aquel incidente y para que no se interpretara en su contra. Más aún, Luis de Peralta llega a considerar como providencial “que Su Majestad me hubiese mandado venir aquí, sin ir a mi casa, por ayudar a pasar este trabajo y hacer lo que debo”.

 

Ese énfasis del alcaide de Bugía en lo acertado de su acción y decisión en la carta a quien considera su patrón y mentor cortesano, Enrique de Toledo, tal vez esté relacionado con su inseguridad ante una acción fronteriza como la narrada, en la que entran enemigos de los imperiales como franceses y turcos y, sobre todo, ese comportamiento típicamente fronterizo que permite las buenas formas con contrarios y enemigos basadas en un objetivo superior como podía ser una negociación de rescate de cautivos o, como en este caso, una posibilidad de compra de trigo en un momento de necesidad general como era la que sufrían en Bugía. Y esta petición de apoyo a su actuación, que está latente en algunos párrafos de esta carta, es posible en la correspondencia con alguien al que considera su protector o mentor, su patrón en fin, y sería impensable en carta directa al emperador, por ejemplo, y tal como se ve en otros casos similares entre personajes secundarios de la corte, entre quienes se permiten confidencias y licencias expresivas que nunca se admitirían en cartas directamente al rey.

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08-1543-01-BUGIA-NECESIDAD Y CABALGADAS

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Ficha Técnica y Cronológica

  • Personajes: Carlos V, Luis de Peralta, Enrique de Toledo, Francisco Duarte, contador Bañuelos, Agi Memi, Azanaga, cautivo Lasarte,
  • Palabras clave: , , , , , , , , , , ,
  • Autor de la fuente: Luis de Peralta, Enrique de Toledo,
  • Título de la fuente:
  • Impresor:
  • Ediciones / Ediciones Críticas:
  • Archivo de procedencia: Archivo General de Simancas / Volumen: - Sección: Estado - Legajo: 470 - Documentos: 107, 108, 111,
  • Tipo de documento:Carta,Manuscrito / Estado: Transcripción,Actualización,Completo
  • Época: Moderna / Siglo: XVI DC / Año: 1543
  • Zona geográfica: África,Mediterráneo,Eurasia / Localización: Bugía, 8 y 21 de enero de 1543. Barcelona, 12 de febrero de 1543.
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