AURELIO SANTA CROCE, alias BATISTA FERRARO: Tres cartas de avisos de Estambul del otoño de 1568. Breve presentación de Álvaro Casillas

Descripción / Resumen:

Aurelio Santa Croce-carta de aviso a Génova

Aurelio Santa Croce-carta de aviso a Génova

La conjura de los renegados, creada en 1562, supuso para la Monarquía hispánica una oportunidad informativa única. Por primera vez, pudo contar con una red de espías que trabajaba al interno de Constantinopla, logrando con ello adentrarse en el centro mismo de la creación de la noticia, en el centro mismo de decisión del Imperio otomano. La oportunidad para su creación nació como consecuencia de una derrota, la que sufrieron las fuerzas de Felipe II en la isla tunecina de los Gelves. Con una situación favorable en el continente europeo —apenas se había firmado un año antes la paz de Cateau-Cambresis, que neutralizaba la posible oposición francesa—y con un Imperio otomano inmerso en una situación inestable y empeñado en otros frentes, el Prudente vio la oportunidad de mejorar su posición en el Mediterráneo central y restringir los movimientos turco-berberiscos en la zona. Sin embargo, los otomanos lograron responder con rapidez al ataque y ganarle la partida a los hispánicos, haciendo con su acción numerosos cautivos, entre ellos, a personajes de primera línea en la política filipina como Álvaro de Sande, Berenguer de Requesens, Juan de Cardona, Sancho de Leyva o Gastón de la Cerda, hijo del virrey de Sicilia.

            Su rescate vino a movilizar necesariamente a una multitud de personajes —diplomáticos, pero también mercaderes y personas de dudosa lealtad. Fue en este ir y venir de personajes de distinta condición, y en las conversaciones que se establecieron entre los distintos actores —asentados o no en Levante—donde se halla el germen de esta operación. Por otro lado, cuanto menos, la derrota supuso un cambio de paradigma en la Monarquía hispánica con respecto a su sistema de espionaje: hasta entonces, este había radicado sus núcleos en lugares próximos a la capital otomana, pero no contaban con un puesto en su interior, como sí tenían los venecianos, cuyo sistema demostraba ser mucho más efectivo.

Este cambio vendrá propuesto en primera instancia por Rodrigo Zapata, un militar  excautivo que realizó varios viajes a Levante en 1561 y, a su muerte, continuado por el propio Felipe II quien lo encargó a Giovanni Maria Renzo, un mercader genovés, de San Remo. En Constantinopla, se reunió con varios de los miembros que formarían parte de la conjura de los renegados , especialmente, con los tres que constituirían su núcleo central, a saber: Adam de Franchi, Aurelio Santa Croce y el propio Giovanni Agostino Gilli. De Franchi ya había mandado avisos desde la Sublime Puerta con anterioridad a ser contactado por Renzo: mercader genovés de Quíos, pero residente en la ciudad del Bósforo, debió de ayudar en el rescate de cautivos gracias a sus buenas relaciones con la administración otomana y con los medios diplomáticos. Santa Croce era otro comerciante, veneciano en este caso, pero asentado también en la ciudad. Su papel en la red pasó a ser el de coordinador de los occulti —como el mismo denominó al grupo— enviando sus avisos con el alias de Battista Ferraro. Fueron ellos dos quienes habitualmente dirigieron sus cartas a las autoridades hispánicas.

Por último, Giovanni Agostino Gilli, fue un renegado de origen napolitano y residente en Constantinopla, desde donde remitió también sus noticias secretas y presentó a eventuales integrantes de la red bajo el seudónimo de Urban de Mengrelia. Su figura habría reseñada por el propio Sancho de Leyva, almirante de la flota napolitana, a quien debió de conocer durante su cautiverio. Fueron sus palabras quienes dieron detalles biográficos sobre su figura y respaldaron su pertinencia para formar parte de la red de espías, mientras que avisaron, por el contrario, de la mala disposición de Renzo para este oficio.

Fuere como fuere, Giovanni Maria Renzo consiguió articular una red conformada por hombres “pláticos” en los asuntos de Levante, los “occulti” o “la conjura de los renegados” para llevar a cabo la doble misión de enviar información periódica, veraz y secreta sobre los proyectos militares del Turco, y de entorpecerlos en la medida de sus posibilidades. Aun cuando no siempre cumplieron este último propósito, lo cierto es que las autoridades hispánicas comenzaron a recibir una considerable cantidad de noticias que ayudaron a conocer y a prever los movimientos del enemigo. A través de su trabajo, y desde ese momento, la corte hispánica pudo estar al corriente de las decisiones políticas tomadas por la Sublime Puerta en todos sus ámbitos, pero en especial, en el Mediterráneo. Aunque no brillaron por sus acciones de sabotaje, con sus noticias pudieron informarse de los preparativos y posibles escenarios planteados por el diwan en acontecimientos tan importantes como el sitio de Malta (1565), la batalla de Lepanto (1571) o la conquista otomana de Túnez (1574).

Ya a mediados de los setenta, tanto la Monarquía hispánica como el Imperio otomano estaban igual de exhaustas para continuar un conflicto estancado a todas luces desde hacía años. A finales del siglo XVI, una crisis económica afectó por igual al rey Católico y al sultán de Constantinopla, al mismo tiempo que ambos soberanos comenzaron a considerar más conveniente consolidar sus posiciones políticas en otras áreas de influencia. Los hispánicos volvieron sus ojos hacia el Atlánticas, mientras los otomanos empezaron a privilegiar en sus actuación política las fronteras oriental y húngara. Los corsarios tomaron aún más protagonismo que antes en este periodo, aunque no por ello se frenó el intercambio comercial, con nuevos agentes en juego como los ingleses y los holandeses. El Mediterráneo entraba así en una coyuntura distinta que se prolongó durante el siglo XVII. Fue este el momento en que el Imperio otomano y la Monarquía hispánica iniciaron conversaciones para concretar una tregua en la que, si bien los occulti tuvieron un protagonismo decisivo en un comienzo, pronto fueron apartados. De este modo, su misión informativa dejó de ser tan necesaria como en el periodo anterior, y ello les condenó a su definitiva disolución hacia el final de la década.

Durante todo este periodo, el rey Prudente no fue el único que se benefició de esta red de espías. Los documentos que hoy presentamos en esta entrada del Archivo de la Frontera son la base que respalda la conexión de la “conjura de los renegados” con la república de Génova. Con su viaje, Giovanni Maria Renzo habría puesto en contacto a este grupo también con la república ligur, fruto, parece, de una casualidad, pues los occulti creyeron que el mercader era, en verdad, uno de sus enviados. Aprovechando la oportunidad, el de San Remo terminó por ofrecerles los servicios informativos del grupo, con unas condiciones similares a las del rey Católico, a condición de que este último no supiera de su colaboración. Como había realizado para la Monarquía hispánica fue Giovanni Agostino Gilli el encargado de establecer un sistema de cifras para que el mensaje pudiera llegar con éxito hacia la otra orilla del Mediterráneo, que también se presenta en este dossier, empleando nombres ocultos, transmisores seguros y tintas especiales que ocultaban la escritura.

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La estructura de estas cartas de avisos, planeada por Gilli en el inicio del funcionamiento de la red, se repitió a lo largo de los años, hasta iniciados los años setenta. Las tres cartas de octubre de 1568 que aquí recogemos son un ejemplo elocuente de esta correspondencia; semana a semana, y a veces día a día, se recogen los hechos más significativos de la vida política y militar de Estambul, los movimientos y actividad del sultán, los cambios en el gobierno de la Puerta, los movimientos de las naves y los preparativos de la armada, uno de los principales argumentos de estos avisos.

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1568-OCTUBRE-AVISOS FERRARO desde Estambul

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CON ESTA TERCERA ENTREGA CERRAMOS UN MINIREPERTORIO SOBRE ESTE TIPO DE AVISOS SECRETOS ENVIADOS DESDE ESTAMBUL A GÉNOVA, QUE INCLUIRÍA LOS SIGUIENTES CONTENIDOS:

1.- GIO AGOSTINO GILLI O URBANO DE MENGRELIA: 1562: NORMATIVA PARA LEER LAS CARTAS SECRETAS ENVIADAS A GÉNOVA

2.- GIO AGOSTINO GILLI O URBANO DE MENGRELIA: 1563, CARTAS DOBLES DE UN GRAN ESPÍA…

3.- AURELIO SANTA CROCE, alias BATISTA FERRARO: Tres cartas de avisos de Estambul del otoño de 1568. Breve presentación de Álvaro Casillas

Ficha Técnica y Cronológica

  • Personajes: Aurelio Santa Croce, Batista Ferraro, Simón Massa, Gregorio Bregante, Selim II, Mustafá Bajá, Ibrahim Bei, Chiaus de El Cairo, Bailo de Venecia, Memet Bei, Uchalí, Catania Arráez,
  • Palabras clave: , , , , , , ,
  • Autor de la fuente: AURELIO SANTA CROCE, alias BATISTA FERRARO
  • Título de la fuente:
  • Impresor:
  • Ediciones / Ediciones Críticas:
  • Archivo de procedencia: - / Volumen: - Sección: - - Legajo: Archivo de Estado de Génova. Archivo Secreto, Constantinopoli, legajo 2170, doc. 141, 142, 143 - Documentos:
  • Tipo de documento:Aviso,Carta / Estado: Transcripción,Actualización,Completo,Traducción
  • Época: Moderna / Siglo: XVI DC / Año: 1568
  • Zona geográfica: Mediterráneo,Eurasia / Localización: Pera, octubre de 1568
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