Akutagawa Ryunosuke: El tabaco y el diablo y otros relatos cristianos. Traducción e introducción de Hidehito Higashitani y Javier Rubiera. Gijón, 2021. Satori

Descripción / Resumen:

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Akutagawa Ryunosuke-Tabaco y diablo

El contacto de japoneses y europeos en el siglo XVI puede ser visto en la historia cultural, a los ojos de hoy, en este mundo global y complejísimo, como uno de sus espectáculos dramáticos más destacados y representativos, tal una ópera de belleza atroz y refinada sobre libreto de tragedia romántica o tragedia sin más. El encuentro del cristianismo católico fundamentalista de portugueses y españoles, sobre todo jesuitas al principio, y la pasión compulsiva japonesa generó simas y cumbres expresivas difíciles de igualar, en nada diferentes al  encuentro entre cristianos y paganos en la Roma imperial y los martirologios clásicos. Constituye uno de los límites más reconocibles de la expansión colonial europea clásica y uno de los ejemplos más notables de la llamada diplomacia intercultural: más que encuentro aquello fue un desencuentro, pero con ello de alguna manera los japoneses evitaron un hundimiento cultural total, como en México y Perú, por ejemplo, o en Norteamérica, en donde el encuentro cultural significó la anulación del otro, a la larga también trágico desencuentro.

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Akutagawa Ryunosuke

Se puede hablar, una vez más, de otra frontera de Europa, esta vez frontera extremo-oriental, con sus mestizajes e intercambios culturales clásicos; el legado nanban – de “los bárbaros del sur” – es una muestra más de un sincretismo japonés que pronto cumplirá medio milenio. Y en ese legado, junto a las reliquias religiosas y más espirituales, está también el tabaco o las armas de fuego. Los relatos literarios fruto de ese encuentro con desencuentro consiguiente, además de la rica literatura de la época misma – literatura de la información, literatura de la frontera – y de los variopintos relatos históricos, tuvieron en Susaku Endo (1923-1996) un refinado expositor, tal vez el más conocido en Europa y en España, en particular, con su trilogía de El samurái, Silencio y Escándalo; pero era demasiado lineal y occidentalizada, al mismo tiempo, tal vez por su condición personal de escritor japonés cristiano, con su tortuosa visión del pecado, al lado de esta pequeña serie de relatos de Akutagawa Ryunosuke (1892-1927), más hondamente japonesa y por ello más significativa para un lector occidental, español en este caso. Sobre todo a la hora de calibrar ese hondón misterioso del contacto de un extremo oriente budista o sintoísta con un occidente cristiano en el que nociones como un dios todopoderoso y único personal, un cristo redentor, su santa madre virgen intercesora, un cielo y un infierno como premio o castigo en el más allá de la vida o de la muerte, los demonios expulsados del cielo o los santos y espíritus intercesores y protectores debieron constituir un fantástico batiburrillo cultural y mitológico difícil de calibrar.

Akutagawa Ryunosuke-Tabavo y diablo y otros relatos

Ficha Técnica

  • Temática: Una serie de relatos del autor japonés Akutagawa Ryunosuke (1892-1927) sobre los cristianos japoneses históricos desde el siglo XVI, con especial énfasis en los martirios y la extrañeza cultural.
  • Palabras clave: , , , , ,
  • Zona geográfica: Pacífico
  • Cita Bibliográfica: Akutagawa Ryunosuke: El tabaco y el diablo y otros relatos cristianos. Traducción e introducción de Hidehito Higashitani y Javier Rubiera. Gijón, 2021. Satori
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1 comentario

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    Emilio Sola - 18 mayo, 2021, 20:04 Report user

    UNA NOTA CRÍTICA APARECIDA DEL LIBRO EN EL IMPARCIAL DEL 16 DE MAYO DE 2021

    https://www.elimparcial.es/noticia/225735/los-lunes-de-el-imparcial/akutagawa-ryunosuke:-el-tabaco-y-el-diablo.html

    Akutagawa Ryunosuke: El tabaco y el diablo
    Domingo 16 de mayo de 2021, 21:53h
    Traducción de Hidehito Higashitani y Javier Rubiera. Satori. Gijón, 2021. 268 páginas. 22 €.
    Por José Pazó Espinosa

    De vez en cuando se publican libros que reúnen características inusuales. El tabaco y el diablo y otros relatos cristianos, del escritor japonés Ryunosuke Akutagawa es uno de ellos. Akutagawa da nombre a uno de los premios literarios más importantes de Japón, pero además es un autor irreductible al tiempo, cuya obra no solo se enseña en los colegios e institutos nipones como lectura obligatoria, sino que además no deja de interesar a lectores adultos. Forma sin duda parte del canon literario japonés moderno, y casi diría que no se llega a ser japonés si no se conoce a Akutagawa. Tal es el poder de este escritor que nació en 1892, y se suicidó a los 35 años, con una sobredosis de veronal. Su existencia siempre fue frágil, a pesar de su éxito, y vivió muchos años atormentado por la sombra de la locura de su madre, y su posible caída en esa misma locura. De alguna manera, Akutagawa se sentía como esas flores de primavera a punto de caer al suelo tras su apogeo, como las hojas de otoño que esperan ya solo la ráfaga de viento que las separe de la rama. Lo expresó cuando le preguntaron cómo se encontraba poco antes de morir con la expresión Bonyari shita fuan, que viene a significar que se encontraba con una vaga ansiedad, palabras que se han hecho célebres.
    Akutagawa era un escritor de la distancia corta de relatos, no de novelas. Ha escrito algunos de los cuentos japoneses más célebres de todos los tiempos: Rashomon (llevado al cine por Kurosawa), La nariz, Kappa o La vida de un idiota. El especialista en Japón Antonio Cabezas dijo de él, con su humor andaluz, que era “uno que escribió muchos cuentos con más suavidad que un gato y más intenciones que un miura”. Pero en verdad algo así es Akutagawa: un escritor que se lee, se disfruta y no se olvida. Aúna simplicidad, elegancia, inteligencia, ironía y una mirada que, siendo profundamente japonesa, traspasa fronteras.
    El tabaco y el diablo y otros relatos cristianos es una recopilación de doce cuentos de tema cristiano escritos por Akutagawa entre 1916 y 1924. Es decir, es una rareza propia solo de alguien dado a las rarezas. La recopilación, la traducción y el estudio introductorio ha sido llevado a cabo por Hidehito Higashitani y Javier Rubiera, que ya nos habían regalado hace años con la traducción de Fushikaden de Zeami, el tratado canónico del teatro Noh. Esta vez, en una espléndida edición de Satori, han conseguido realzar y dar sentido a la recopilación de estos cuentos divertidos, oblicuos, iluminadores de la naturaleza humana y sus entresijos casi sin quererlo.
    Nuestro autor, sintió en su juventud una atracción por lo cristiano. Hay que recordar que el cristianismo fue introducido en Japón en el siglo XVI, en 1543, por portugueses y españoles fundamentalmente, para ser prohibido poco después, en 1630. Esos casi cien años de contacto dejaron una huella visible e invisible: muchas palabras tomadas del portugués y del castellano, algunas comidas y costumbres. Entre ellas, quizá el tabaco. El libro se abre con el cuento que da título a la recopilación, “El tabaco y el diablo”. Se trata de un cuento divertido, jocoso, con algo de enxiempla medieval, y prepara al lector para lo que vendrá después, una explosión de sincretismo, de tratamiento de lo católico por los japoneses, de juegos literarios y conceptuales del más alto nivel. Y, como decía antes, divertidos. Este cuento, se abre con un poema jocoso del periodo Edo que marca el tono de lo que vendrá después: “Lo que no produce efecto: / el decreto de prohibición de la compraventa de tabaco, / el uso de moneda no oficial, / la voz del emperador / y la receta del antipático médico de renombre”. Aunque, como decimos, no solo el humor impregna estos relatos, sino el verdadero interés humano, con esa ambigüedad que tanto gustaba al autor de Rashomon.
    Akutagawa usa abundantes recursos narrativos: alterna la primera y la tercera persona, emplea a veces el registro de la crónica, otras el texto es introducido por un narrador ficticio, y en ocasiones se inventa fuentes y datos. El resultado es siempre brillante, realista y propio de alguien que sabía mucho más de cristianismo de lo que a veces afirmaba. En este sentido el libro es una delicia para quien le gusta la literatura y sus formas. Es un libro escrito por un escritor, si es que esto tiene sentido hoy en día. Además, la inclusión de muchos términos japoneses para designar a los nanban (salvajes occidentales) y a los kirishitan, o cristianos en terminología japonesa, sirve para dar fondo y escenario lingüístico a estas historias de santones chuscos, de fe nebulosa y campesinos que burlan al diablo. Hay en ellos a veces ecos de anécdota gallega de un Cunqueiro budista, otras regusto de un Fernández Flórez sintoísta.
    Es un libro sugerente, que sorprende porque uno no espera estas consecuencias de unos cuentos de tema muy occidental escritos por un japonés, por muy gato y miura que sea. Para comprenderlo o saborearlo mejor, el libro incluye un glosario de esos términos japoneses relacionados con el kirishitan mono, las cosas cristianas, que se completan con unas notas que en ese caso aportan información relevante para quien quiera remansarse en ellas.
    Es difícil destacar un cuento en particular, y el lector debe decidirlo por su cuenta y riesgo. No le va a ser fácil, ya que se va a encontrar con una recua de personajes y trucos literarios que querrán llevarlo cada uno a su huerto: diablos, mártires, sacerdotes, viudas de samuráis, criminales, mujeres que se hacen pasar por hombres, sirvientas descaradas, apóstatas, apariciones de ensoñación, objetos que se animan a hablar y narradores emboscados tras voces, textos y datos, muchas veces inventados. Si a alguien esto no le suena cervantino, que tire la primera piedra. En definitiva, unas extraordinarias novelas ejemplares de un autor que siempre creyó en algo que hoy a menudo se olvida: que la primera y más importante globalización es la del espíritu, no la del comercio o las máquinas, y que la literatura siempre ha sido en ese sentido un recurso insustituible. Como comentamos, Akutagawa se suicidó a los 35 años. Antes de morir, afirmó también que “la vida es unos juegos olímpicos organizados por un grupo de lunáticos.” Ahí quedan las palabras de este gato con las intenciones de un miura.

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