Análisis artículo: CERVANTES Y TURQUÍA

Análisis artículo: CERVANTES Y TURQUÍA

Análisis artículo: CERVANTES Y TURQUÍA

La vida y obra de Cervantes se enmarca en un contexto histórico muy concreto que se circunscribe al enfrentamiento que se produce entre la casa de de los Habsburgo y el Imperio Otomano. Ambas potencias imperiales poseían vastos territorios que, en muchos casos quedaban divididos por frágiles elementos fronterizos que hacían que los conflictos entre ambas se extendiesen durante este periodo. Con la llegada al trono de Felipe, la dirección política de la monarquía hispánica se radicaliza debido a la exarcevada defensa de la religión católica que ejerció el rey durante su mandato. Esta defensa de la verdadera fe supuso la toma de medidas represivas muy importantes y que se justificaban en la necesidad de mantener unidos sus territorios basándose en la creencia en una misma fe, hay que entender que no solo el enemigo hereje se encontraba a las puertas del sur de Europa por el estrecho de Gibraltar, sino que dentro de los territorios gobernados por el monarca comenzaban las primeras revueltas en torno a la aparición de los primeros movimientos reformistas.
La frontera, ese elemento abstracto que se fija según criterios geográficos, étnicos, etc. se convierte en un territorio de comercio, trasvase cultural e ideológico que dificulta la creencia en una realidad marcada por las exigencias morales y culturales de los gobernantes. El mercantilismo, la génesis de nuestro actual sistema capitalista, se asienta en este periodo alrededor de estas fronteras culturales que favorecen los intercambios de mercancías, personas y bienes. Cervantes supo recoger con maestría en sus obras estas relaciones fronterizas, valga como ejemplo «La española Inglesa» o «El amante liberal», donde aparecen situaciones que muestran a las claras esta nueva realidad con personajes de toda condición que representan este mundo limítrofe Mediterráneo. En este sentido Cervantes, gracias a sus propias vivencias personales, nos muestra una visión más realista del mundo turco-berberisco alejada de la versión oficialista que desde las altas instancias monacales y eclesiásticas se quería representar. Dos visiones irreales se habían ido fraguando a lo largo de la historia de la convivencia entre religiones en el territorio europeo, dos leyendas negras marcadas por la negación del «otro» y su afirmación como enemigo hereje, histérico y violento, en el caso de los musulmanes, y de valentón, promiscuo, machista, sucio, violento, en el caso de los cristianos. Quién superó los límites de la frontera pudo entender que la maquinaria propagandística funcionaba a pleno rendimiento y que la realidad estaba muy alejada y sesgada por los poderes dominantes. Estos personajes que decidieron o por obligación entraron en contacto con la realidad eran tachados de sospechosos, Cervantes no sería una excepción a este hecho pues vivió de primera mano esta realidad durante su cautiverio en Argel. Sin embargo Cervantes, a pesar de su defensa personal como hombre de regios principios y fiel a las normas y costumbres del imperio, supo mostrar esta realidad en todas sus obras, incluida su obra maestra el Quijote, en el que Cidete Hamete Benengelli, según diversos analistas de la obra, es introducido para explicar y justificar que con la fe no se combate a la fe, y que debe ser la ley natural la que actúe por encima de las creencias, la ciencia debe estar por encima de la fe. Cervantes da muestras de un pensamiento que va más allá de los dogmas y las doctrinas, concibiendo la realidad con grandes el personaje de Ricote, o Jadraque Jarife, a los que Cervantes utiliza para dar un discurso ambiguo, que contenta a los críticos de la época, peo que trasluce una crítica severa a la forma de actuar contra los moriscos. Hay que entender que los moriscos no son agentes extraños de la sociedad de los reinos peninsulares de la época. Eran ciudadanos cuya patria, hacienda, familias pertenecían durante generaciones a estos territorios y su expulsión suponía marchar a zonas que les eran ajenas, a pesar de que compartieran una misma fe. Otro elemento que desnuda el talante modernista de Cervantes es la introducción de los matrimonios mixtos en sus obras, con Ana Félix y Gaspar Gregorio como claro ejemplo de convivencia cultural, más allá de creencias distintas.
Pero si hay una obra en la que se muestre con mayor rotundidad las vivencias del mundo de frontera, esa es « La gran sultana» donde, Catalina de Oviedo, comparte lecho con el Sultán y se convierte en su favorita pudiendo conservar sus atuendos, fe y cultura. Es una muestra de que la unión amorosa se puede extrapolar al respeto mutuo entre creencias. En resumen lo que podemos observar en la gran obra de Cervantes es la realidad objetiva del mundo fronterizo, una realidad alejada de las filias y las fobias entre sectas, y que muestra unos rasgos de verosimilitud muy novedosos en la época.

Etiquetas: Cervantes, Frontera, Turquía

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