Valparaíso. Sección Viajes.

Valparaíso. Sección Viajes.

discount d.d2k&psig=AFQjCNGYd9O0KHoB8wU3vR0qKhtqbuBUqA&ust=1382158101654750″>

Valparaíso es un trozo de mar que se fue a vivir sobre los cerros. Un puerto de aquellos, rx viajero, de aquellos que siempre hemos tenido la necesidad evocar en nuestro paisaje circundante. Un puerto de esos que se adivina en el futuro distante, en la fotografía que habrás de hacer algún día en que aparezcamos los dos frente a la inmensidad americana. Valparaíso, viajero, es un amasijo incoherente de colores sucios y desconchados, bulliciosos y desordenados: una pared con un calamar danzante sobre el vientre desnudo de una mujer, una gran iglesia con un cristo verde, conchasmarinas pegadas en una farola, adoquines azulados, un enano cantando, autobuses frenéticos, las colinas laberínticas, un calcetín sobre la arena, un gran mercado de chifladuras y cachivaches engañosos, la gente porteña que no calla, “hueón” “la cagaste culeao”… ¿Cuántos siglos llevarán sus voces solapándose con la melodía de las olas?.

Valparaíso es una ciudad bastarda, sin padre o madre conocidos, sin un linaje de respeto o un bautismo de gloria, aún hoy sigue siendo parida una y otra y otra vez por el gentío que se va y se viene, por los barcos, las mentiras y alguna que otra verdad como la hermosura, el sabor de los mariscos, la vista del océano y su música, que por un momento penetra en el acordeón de un arlequín de máscara naranja…

Así hubo de formarse este cuerpo mastodóntico y colorido, pienso yo, así nacería esta ciudad, no premeditada, nunca calculada en el venir de los velámenes, de los viajeros y de toda esa estirpe humana que vino a emborracharse, a enamorarse, a sobrevivir… Todos juntos a cada paso inconsciente se constituyen en un latido de vientos perpetuos que un día se aliaron para arrastrar hasta los cerros desnudos a los hombres… esta ciudad es un accidente de belleza.

Tú, viajero, serás la sinrazón que se entregue a los cantares portuarios y tú, seas quien seas,  serás Valparaíso, y el océano, y  el viento, y  yo mismo… preñado quedarás de infinitos mundos y te formarás y crecerás en un frenesí de contradicciones y de incoherencias. Camina esta ciudad viajero, se un vagabundo de este firmamento terrestre, de esta joya pacífica, de este delirio de espuma.