Proceso Inquisitorial contra Beltrán Campana

Proceso Inquisitorial contra Beltrán Campana

EL PROCESO INQUISITORIAL CONTRA BELTRÁN CAMPANA
Información procedente del libro “Médicos e Inquisición en el siglo XVII” de Adelina Sarrión Mora. Concretamente el Documento XV.
20 de Abril de 1651
El Regidor de la villa de Cuenca denuncia en el Santo Tribunal a un hombre de unos 36 años, buy viagra no muy alto con una capa negra y descalzo que se encontró la noche anterior mientras hacia su visita diaria al hospital de la villa, siendo esta su labor como regidor de la villa.
Habla con este hombre y le pregunta por su nacionalidad, diciéndole este que es francés, después le pregunta por el tiempo que lleva en España, a lo que contesta que no lo sabe y por último le pregunta si cumple con la iglesia, respondiéndole que no sabe lo que es cumplir con la iglesia a lo que el regidor le explica que dentro de poco es Semana Santa y lo que se debe hacer es confesar y comulgar. A todo esto la actitud es de indiferencia, y por lo tanto el regidor decide instalarlo en la cárcel por la sospecha de que no era católico,
Ante la negativa de la confesión se le preguntan los motivos y él decía que sólo se confesaría con Dios, y que esto bastaría para salvarse. Le avisaron de que esta opinión era herética y que si seguía ratificando sería quemado vivo. Pero a él esto le daba igual, ya que su opinión era la que era y que lo único que quería era comer y beber.
2 de mayo de 1651
Se produjeron audiencias, y debido al lenguaje francés se hizo necesario llevar a un intérprete.
30 de mayo de 1651
Alega que interiormente se arrepentía de sus pecados y se confesaba con Dios. Cuando era joven y sus padres le dijeron que debía confesarse con un sacerdote y comulgar, así lo estuvo haciendo hasta que se hizo mayor y desde entonces tomó la decisión de sólo confesarse con Dios. Cuando le preguntan quién le ha metido estas ideas en la cabeza el dice que una voz interior.
1 de Junio de 1651
Le preguntan si sigue a Lutero y si es luterano y dice que es cristiano católico apostólico romano y pide que le expliquen esta religión para saber si está en el camino cierto, y la explican que la religión cristiana consiste en creer y obrar todo aquello que nuestra Santa Madre Iglesia Católica Romana, gobernada por el Espíritu Santo manda y el queda de acuerdo estableciendo que sus creencias han ido en esa dirección.
2 de junio de 1651
En este caso se habla sobre el misterio de la Santísima Trinidad y el acusado dice que no cree en esos discursos, que el padre siempre está por encima del hijo y que el hijo no puede tener la capacidad de juzgar. Tras esto pide que se den prisa, que comienza a desesperar, que si quieren matarle le maten, y sino que le dejen volver a sus tierras.
10 de junio de 1651
Quiere marcharse de la audiencia, jurando que lo que ha dicho anteriormente es cierto y que necesita volver a sus tierras.
12 de junio de 1651
Se nombra a un letrado defensor de Beltrán Campana. Este dice que creerá lo que le enseñaren pero que le enseñaron la religión reformada en diferentes partes de Francia. Después el letrado le amonesta y le dice que debe confesar sus pecados al confesor, y Beltrán lo acepta. Además le dice que respecto a la Santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo son iguales y dice que así lo cree y que cree en el resto de artículos y que morirá en esta creencia. (Además, en esta audiencia se muestra humilde y pide perdón de rodillas varias veces).
14 de junio de 1651
En este caso, le preguntan sobre los lugares, el tiempo y las personas que le han enseñado la religión reformada en Francia. Él dijo que no se había tratado de particulares, sino que lo había aprendido en los templos, pero que él estaba de acuerdo con la Santa Iglesia Católica y Apostólica y creía en la pureza de la vírgen. Empieza a llorar sin hablar palabra y es mandado de nuevo a la cárcel.
23 de octubre de 1651
Vuelve a reincidir en que sólo se confesará ante Dios.
30 de octubre de 1651
“Comer, beber y fornicar es el camino del cielo”: esto se lo ha dicho la voz santa. Pero esto son palabras del demonio. Son pecados mortales y acciones del propio demonio.
Hablan sobre la estancia con una mujer y él dice que mientras se haga con voluntad de la mujer no es ningún pecado, se esté en matrimonio o no y sea con la mujer que sea. Le advierten de que de nuevo está incurriendo en herejías, pero él niega que esto sea ninguna herejía.
21 de marzo de 1652
El inquisidor llama a los calificadores del Santo Oficio para que procuren reducir los errores del susodicho.
11 de enero de 1653
Tras esto, el inquisidor explica a los calificadores la situación de Beltrán Campana, pero él continua persistiendo y dice otros disparates como que Jesucristo es un ladrón pero asesino, que los pontífices y sacerdotes no son necesarios porque quieren quitar la libertad de los hombres y hacen cosas inhumanas y que la libertad de conciencia es lo único que vale.
Así los padres, fueron conscientes de que era imposible reducirle.
13 de enero de 1653
Le preguntan si cree en Jesucristo, y dice que este no es más que un hombre que murió por sus culpas y no por las culpas de la humanidad. Y estando presente su letrado que le había dicho lo que necesitaba para su salvación y defensa y viéndole un hereje pertinaz dijo que lo desamparaba por ser un hereje.
24 de octubre de 1653
Dice que espera salvarse en la religión de los calvinistas que no le oprimían con armas ni con otras cosas. Dice que no cree en la penitencia ni en las acciones de las monjas y los monjes.
12 de noviembre de 1653
Le preguntan porque sigue a los calvinistas y no a la Iglesia romana, respondiendo que él no es italiano, es francés.
Dice que la religión de los calvinistas, de los romanos, de los luteranos, toda es buena y excelentísima cosa.
Se le pide que abandone su religión y siga la buena religión, pero dice que él no ha errado y que cada uno se podía salvar en su ley, como el moro, el turco en la suya, el hebreo según la ley, el inglés en la suya, el español en la suya y todos los demás del mundo en su ley; y la liberad de conciencia es lo bueno, como lo tiene dicho.
Entran padres de la Compañía de Jesús, para procurar reducirle y quitarle de los errores en los que se encuentra y durante dos horas estuvieron intentarle convencerle y que si seguía con las mismas ideas sería quemado vivo, pero estuvo tan protervo y pertinaz y dijo que derramaría su sangre para que todos los presentes siguieran su religión.
Le juzgan como hereje protervo y pertinaz al que es imposible reducir.
SENTENCIA Y FINAL DEL PROCESO
Se asume la confiscación de bienes y habiendo cometido el delito de herejía y apostasía como hereje consumado de más de quince años a esta parte.
Los inquisidores bajaron a la cárcel donde avisaron a Beltrán Campana de que al día siguiente moriría (29 de junio de 1654) y el dijo que era luterano y que en su tierra había libertad de conciencia.
NOTA CRÍTICA:
Vemos en este caso una causa inquisitorial fundamental, ya que vemos toda una evolución entre las actitudes del acusado, que comienza defendiendo la idea de que él únicamente se confesará con Dios sin necesidad de intermediarios, para después, tras el trato con su defensor decide pedir perdón y asegurar que no piensa todo lo que dijo con anterioridad y de nuevo tras la presión que supone su estancia en la cárcel, se desencadena de nuevo una especie de estado de locura que le lleva a negar la Santísima Trinidad y a insultar a Jesucristo y a la Virgen.
Es uno de los procesos más largos en los que también podemos ver el hincapié de los padres de la Compañía de Jesús en llevarle a la buena religión. Beltrán se acabará negando y hay que recalcar que en sus comentarios en los juicios siempre deja claro que lo que quiere es salir de la cárcel, ya sea vivo o muerto, pero no quiere seguir ahí. Al final incluso dice que derramaría su sangre para que todos los presentes siguiesen su religión, pero de nuevo vemos como se proclama luterano, habiéndose declarado previamente calvinista.
Lo que no vemos en estos documentos es el trato que se le dio a Beltrán Campana en los años de estancia en la cárcel, ya que seguramente estuvo sometido a duros interrogatorios y torturas y en este caso, simplemente podemos ver lo que ocurre en los juicios, lo que nos hace formarnos una idea de la locura de este personaje sin tener en cuenta el contexto en el que se encuentra y las cosas a las que podría haber estado sometido.
Vemos por tanto un nuevo caso de microhistoria, estudiando la evolución de las actitudes de una persona, que, curiosamente se va a meter en este embrollo simplemente por su apariencia física, ya que lo que produce el inicio de las preguntas del regidor es verle con una capa negra y descalzo.
BEATRIZ RINCÓN VILAR