8 Fernando de Vega, toledano de 40 años

Información de Argel de 1580: testimonios’s Docs 8 Fernando de Vega, toledano de 40 años

(DECLARACIÓN DE FERNANDO DE VEGA).

 

Testigo.

En este dicho día, rx mes y año susodicho (13-10-1580)

el dicho Miguel de Cervantes,

ante mí –el dicho escribano y notario apostólico–,

trajo y presentó por testigo para la dicha información

 

a Fernando de Vega,

natural y vecino de la ciudad de Toledo

–donde es casado y tiene a sus padres–,

del cual se tomó y recibió juramento en forma debida de derecho.

 

Y, así, siendo presentado por el susodicho

y habiendo jurado, y siendo preguntado

por el dicho pedimiento e interrogatorio,

dijo lo siguiente:

 

I.

A la primera pregunta, dijo que este testigo

conoce al dicho Miguel de Cervantes que la pregunta dice

habrá tiempo y espacio de dos años, poco más o menos,

que será todo lo que este testigo fue cautivo y traído para Argel.

 

Generales.

Fue preguntado por las preguntas generales.

 

Dijo que este testigo es de edad de cuarenta años, poco más o menos,

y que no es pariente ni enemigo del dicho Miguel de Cervantes,

que lo presenta por testigo, y que no le tocan las demás generales.

 

II.

A la segunda pregunta, dijo que este testigo,

después que está en Argel –que es el tiempo que tiene dicho

en las preguntas antes de ésta–,

halló en el dicho Argel cautivo al dicho Miguel de Cervantes,

y que de atrás había estado.

 

Lo demás que la pregunta dice, que público lo ha oído decir

este testigo.

 

Y esto responde a la pregunta.

 

III.

A la tercera pregunta, dijo que este testigo

por tal persona como la pregunta dice

tiene al dicho Miguel de Cervantes,

porque así es público y notorio en este Argel.

 

Y por esta razón este testigo lo tiene

por lo de la calidad contenida en la dicha pregunta.

 

Y si otra cosa fuera,

este testigo lo supiera y no pudiera ser menos.

 

Y esto responde a la pregunta.

 

IV.

A la cuarta pregunta, dijo que todo lo en ella contenido

este testigo lo ha oído decir públicamente,

(a)demás de que este testigo parte del dicho tiempo

lo ha visto ser y pasar así como la pregunta lo dice, a la cual se refiere.

 

Y esto responde.

 

V.

A la quinta pregunta, dijo que lo que en la pregunta se contiene

–al tiempo y sazón que sucedió lo susodicho– este testigo

aún no había venido para Argel.

 

Pero después que está en él, ha sabido por cosa

que lo en la dicha pregunta contenido es la verdad

porque personas honradas que se hallaron en el dicho efecto

se lo dijeron y publicaron a este dicho testigo,

(a)demás de saberse por otros muchos por Argel públicamente.

 

Y esto responde a la dicha pregunta.

 

VI.

A la sexta pregunta, dijo que todo lo en ella contenido

este testigo lo ha oído decir por Argel a muchas personas,

por donde este dicho testigo lo creyó y tuvo por cierto.

 

Y esto responde a la dicha pregunta.

 

VII.

A la séptima pregunta, dijo lo propio

que en la pregunta antes de ésta,

y esto responde.

 

VIII.

A la octava pregunta, dijo que este testigo

ha oído decir por Argel que el dicho Dorador

–que fue el mal cristiano que la pregunta dice

que después se tornó moro–

descubrió lo que la pregunta dice al rey de Argel,

por donde no se efectuó el negocio.

 

Y que todo esto lo oyó decir este testigo a muchas gentes,

en especial al sargento Yepez y a Martínez,

que eran cautivos viejos que ahora están en libertad.

Que, aún, el dicho Martínez era del amo de este testigo.

 

Y esto responde a la dicha pregunta.

 

IX.

A la novena pregunta, dijo que este testigo

ha oído decir todo lo en ella se contenido, y esto responde.

 

X.

A la décima pregunta, dijo que este testigo

lo en ella contenido lo ha oído decir públicamente por Argel,

por lo cual este testigo lo creyó y tiene por cierto.

 

Porque si otra cosa fuera, pasaran mucho trabajo los cristianos

si dicho Miguel de Cervantes confesara.

 

Y esto responde a la dicha pregunta.

 

XI.

A las once preguntas, dijo que este testigo

lo ha oído decir muchas veces lo que la pregunta dice.

 

XII.

A las doce preguntas, dijo que este testigo lo ha oído decir

que pasó así como en ella se contiene.

 

XIII.

A las trece preguntas, dijo este testigo que lo que pasa de ella

es que de lo contenido en la dicha pregunta este testigo

tiene mucha noticia de ello,

porque personas principales que se hallaban en este negocio

dieron cuenta de este caso.

 

Y así él como los demás anduvieron muchos días

con gran contento esperando por momentos su libertad.

 

Y, así, esto que la pregunta dice pasa así como en ella se contiene,

porque es verdad todo lo en ella contenido.

 

Y esto responde a esta pregunta.

 

XIV.

A las catorce preguntas, dijo que la sabe como en ella se contiene

porque este testigo lo que vio y pasa es:

 

que estando un día en el baño del rey,

donde habitaba y estaba el dicho Juan Blanco de ordinario,

estando allí este dicho testigo,

–que lo metió dentro su patrón unos días por cierto enojo–,

vio que en el dicho baño reñían unos dos frailes

que estaban allí con el dicho Juan Blanco.

 

Y le llamaron al susodicho de trasleño (sic),

diciendo que él había hecho perder la libertad

a tanto número de cristianos principales.

 

Por lo cual este testigo, (a)demás de lo que dicho tiene,

cree y sabe, por haberse hallado presente

y visto por sus ojos lo que dicho tiene.

 

Y en lo demás se remite a lo que la pregunta dice.

 

XV.

A las quince preguntas, dijo

que lo en ella contenido es la verdad, público y notorio,

y así la sabe este testigo como en ella se contiene,

a la que se refiere.

 

XVI.

A las diez y seis preguntas, dijo que este testigo

sabe lo en ella contenido porque es así la verdad,

público y notorio en Argel, así por cristianos

como por moros (y) turcos.

 

Y este testigo, como consorte en el negocio, se escondió.

 

Y esto responde a la pregunta, a la cual se refiere.

 

XVII.

A las diez y siete preguntas, dijo que este testigo

la sabe como en ella se contiene porque lo que pasa de este caso es que:

 

el dicho Miguel de Cervantes,

después que estuvo en manos y en poder del rey por este negocio,

vio este testigo cómo el susodicho envió a decir

a muchas personas que estaban fuera escondidos sobre este negocio

que no tuviesen temor ninguno ni pesadumbre,

que él descargaría a todos y se haría sólo a él el daño,

echándose la carga y culpa.

 

Y que todos, uno por uno, de mano en mano,

se avisasen que si los prendiesen por el negocio

que todos estuviesen advertidos de echarle a él la carga

como autor del negocio. Y así muchos lo divulgaban.

 

Y esto dice y responde a esta pregunta, a la que se refiere.

 

XVIII.

A las diez y ocho preguntas, dijo que lo que sabe de ella

es que por tal persona como la pregunta dice

este testigo tiene al dicho Miguel de Cervantes,

 

por ser, como es, de buen trato y conversación,

(a)demás de ser de las calidades que dicho tiene.

 

Y esto responde a la pregunta, a la cual se refiere.

 

XIX.

A las diez y nueve preguntas, dijo que este testigo

sabe la dicha pregunta como en ella se contiene

por las causas y razones en la pregunta contenidas.

 

Y esto responde a la dicha pregunta, a la cual se refiere.

 

XX.

A las veinte preguntas, dijo que este testigo dice lo que dicho tiene

en las preguntas antes de ésta.

 

Y que en el tiempo que ha que conoce al dicho Miguel de Cervantes,

nunca le ha visto hacer cosa fea

ni oído que haya cometido contra la fe de Jesucristo,

antes le ve este testigo vivir, proceder, tratar

y comunicar cosas cristianas, limpias, honestas y virtuosas.

 

Y esto responde y dice a la pregunta, a la cual se refiere.

 

XXI.

A las veintiuna preguntas, dijo que lo que en ella se contiene

este testigo lo cree y tiene por cierto

por las causas dichas contra el dicho Juan Blanco.

 

Que todos los que se hallaban en este negocio de la fragata

se quejaban del susodicho,

en especial el dicho Miguel de Cervantes

como autor más principal del dicho negocio.

 

Y, así, el susodicho Juan Blanco procuró de hacerle

todo el mal y daño que ha podido,

haciendo informaciones contra el dicho Miguel de Cervantes.

 

Y esto responde a la dicha pregunta.

 

XXII.

A las veintidós preguntas, dijo este testigo

que lo que pasa y sabe es que oyó decir por Argel a muchas personas

que se hacía comisario del Santo Oficio el dicho Juan Blanco.

 

Y que sobre ello había requerido que le diesen obediencia

a los padres de Castilla y de Portugal que estaban allí,

en el dicho Argel, rescatando.

 

Y siendo requerido el dicho Juan Blanco

que mostrase la comisión que tenía

para usar de comisario de la Inquisición,

había respondido que no los tenía, ni mostró.

 

Y esto responde a la dicha pregunta.

 

XXIII.

A las veintitrés preguntas, dijo que este testigo

dice lo que dicho tiene en las preguntas antes de ésta.

 

Y que ha sabido por cosa cierta que el dicho Juan Blanco de Paz

ha tomado ciertas informaciones contra personas particulares,

en especial contra el dicho Miguel de Cervantes.

 

Y esto responde y sabe de esta pregunta.

 

XXIV.

A las veinticuatro preguntas, dijo que este testigo lo que sabe y pasa

es que el dicho Juan Blanco andaba procurando testigos,

prometiéndoles dineros y sobornos.

 

Y que tomó información contra el dicho Miguel de Cervantes,

todo a fin de estorbar e impedir sus pretentos (sic) con su majestad.

 

Y esto responde a la dicha pregunta.

 

XXV.

A las veinticinco preguntas, dijo que la sabe como en ella se contiene,

respecto de que este testigo estuvo ciertos días

en el baño con el dicho Juan Blanco de Paz –como tiene dicho

en otra pregunta–, donde los cristianos tienen su iglesia

donde de ordinario se dice misa y se celebran los oficios divino.

 

Y en todo aquel tiempo, nunca este testigo

vio decir misa al dicho Juan Blanco,

ni rezar sus horas acostumbradas

que son obligados a decir los sacerdotes, como el susodicho.

 

Antes, vio este testigo cómo el dicho Juan Blanco

tuvo allí dentro, en el dicho baño, cuestiones y diferencias.

 

En especial, tuvo cuestión con los dos religiosos que la pregunta dice,

y se murmuró allí lo mal que el dicho Juan Blanco lo había hecho

en haber dado y puesto manos en dos sacerdotes,

en que al uno de ellos dio un bofetón  y al otro dio de coces.

 

Por lo cual el susodicho dio mala cuenta de sí

y puso escándalo y mal ejemplo.

Y este testigo, desde entonces, le tiene en mala cuenta y reputación.

 

Y esto dice y responde a esta pregunta, y es verdad

todo lo que en este su dicho tiene dicho, público y notorio,

para el juramento que hizo.

 

Y firmólo de su nombre, Hernando de Vega.

 

Pasó ante mí, Pedro de Ribera, notario apostólico.