13 Cervantes solicita una copia, y certificación de Juan Gil

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(CERVANTES SOLICITA UNA COPIA DE LA INFORMACIÓN).

 

 

Y así, diagnosis hecha y acabada la dicha información y probanza

en la manera que dicha es, hospital

el dicho Miguel de Cervantes (fue)

ante su paternidad del muy reverendo padre fray Juan Gil,

redentor de España por su majestad,

 

y le pidió y suplicó –y si necesario fuese

le requería y requirió— mande a Pero de Ribera,

notario apostólico susodicho –ante quien se ha hecho

la dicha probanza– le mande

dar un traslado de la dicha porbanza

autorizado en pública forma y en manera que haga fe

 

para lo presentar ante su majestad y ante quien más le convenga.

Y pidió justicia.

 

(JUAN GIL MANDA A PEDRO DE RIBERA QUE DE A CERVANTES UNA COPIA DE LA INFORMACIÓN)

 

Y, luego, por su parternidad visto lo pedido

por parte del dicho Miguel de Cervantes,

dijo que mandaba, y mandó, a mí, el dicho Pedro de Ribera

–notario ante quien ha pasado la dicha probanza

que pide el susodicho Miguel de Cervantes—

le dé un traslado como lo pide, autorizado en manera que haga fe.

 

En la cual dijo que interponía, e interpuso,

su autoridad y decreto judicial

–tanto cuanto puede y con derecho debe—

para que valga y haga fe donde quiera que pareciere,

 

y firmolo fray Juan Gil.

 

Yo, Pedro de Ribera, notario apostólico

que a todo lo que dicho es presente fui

con los testigos arriba declarados.

Y se escribió de mano ajena,

y la si(g)né y suscribí de mis acostumbrados si(g)no(s)

en testimonio de verdad rogado y requerido.

 

(Signo) Pedro de Ribera, notario apostólico.

 

 

(TESTIMONIO Y CERTIFICACIÓN DE FRAY JUAN GIL)

 

 

Yo, fray Juan Gil,

de la orden de la Santísima Trinidad

y redentor de los cautivos de España,

 

estante en este Argel

por mandado de su majestad y su Real Consejo,

 

por ésta, firmada de mi nombre,

 

doy fe y verdadero testimonio

a todos los que leyeren o vieren

o les fueren preseados estos testigos y testimonios arriba escritos

 

–sacados del propio original fiel y verdaderamente

y firmados al cabo y aprobados por Pedro de Ribera,

escribano y notario entre cistianos en este Argel–,

 

que yo conozco a todos los testigos

que en esta información han hecho su deposición

y dado sus testimonios, firmados de sus nombres.

 

Los cuales son de los principales y más calificados

cristianos que hay en este Argel,

personas de honra y de verdad,

y por lates tenidos y habidos de todos.

 

Y que sus testimonios no dirían si no la verdad

en todo lo que han dicho y jutado.

 

Item más,

doy también fe y testimonio de que Pedro de Ribera,

estante en este Argel,

es ordinario escribano entre los cristianos,

así mercaderes como otros libres y cautivos,

y ha muchos años que usa del dicho oficio

de escribano público y notario apostólico.

 

Y en sus actos y escrituras –aquí y en tierra de cristianos—

se da entera fe y se tienen por firmes y valiosos.

Y, así, la misma fe se debe dar

a este traslado y copia de testimonios

que él sacó o mandó sacar del propio original,

y que van autenticados y firmados de su firma

y señal de público escribano, que es la que está arriba.

 

Y el propio original que yo mismo he visto y leído,

que conforma en todo a este traslado y copia.

Queda en poder del mismo Pedro de Ribera, escribano.

 

Item, de la misma manera doy fe y testimonio

que dende el tiempo que estoy en este Argel

haciendo la redención por mandado de su majestad,

que son seis meses,

he tratado y conversado y comunicado

particular y familiarmente

al dicho Miguel de Cervantes,

en cuyo favor se hizo esta información,

y le conozco por muy honrado,

que ha servido muchos años a su majestad,

y particularmente en este su cautiverio

ha hecho cosas por donde merece

que su majestad le haga merced,

como más largamente consta por los testigos arriba escritos.

Y en (roto) y verdad que no dirían mentira.

 

Y si tal en sus obras y costumbres no fuera,

ni fuera por tal tenido  reputado de todos,

yo no le admitiera en mi conversación y familiaridad.

 

Y porque todo lo arriba dicho pasa así y de verdad,

firmé de mi mano, en Argel, a 22 de octubre 1580.

Y va sellado del sello de que usa en las cosas de la redención.

 

Fray Juan Gil, redentor de cautivos (rúbrica).