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Corsarios o reyes 4-1: leyenda negra africana clásica

4.- La Berbería cervantina, de Euch Ali a Hasán Veneciano, aproximación final a la figura del converso/renegado y la “leyenda negra” –sexo y violencia– berberisca.    4.1.- África infame e inquietante, bestial y ponzoñosa.        A la hora de ordenar este libro de maravillas, que tiende demasiado naturalmente al desborde y a la desmesura, he dejado para el final los capítulos más arriesgados, dentro de un todo ya de por sí bastante azaroso, que girarán en torno a tres asuntos troncales; un telón de fondo morisco, que creo que hay que resaltar en especial, y una aproximación a la “leyenda negra” sobre Berbería en la que se abordarán las dos cuestiones más desencajadas de ella: la crueldad y la “libertad” sexual; el tabú de la homosexualidad o bujarronería, mejor, ante todo. En el conjunto, la figura del “renegado/converso”, verdadero “hombre de frontera”, aparecerá con especial nitidez. Espero.        Si hasta aquí la figura de Antonio de Sosa había sido importante, a partir de ahora se convierte en imprescindible y casi única. Un Antonio de Sosa que, como Cervantes con sus múltiples discursos, parece ser al menos dos: el taimado y objetivo del “Epítome de los reyes de Argel” y el enloquecido o enloquecedor del diálogo de la cautividad. Entre ambos, el Antonio de Sosa del diálogo de los mártires, esos treinta relatos cortos de ambiente berberisco sobre los que hemos de volver muchas veces, pequeña obra maestra de la narrativa española del Siglo de Oro (1).        La recreación de acciones sádicas que se da en los textos de Sosa no ha sido igualada en la literatura española –si se prescinde de los martirologios al uso, con los que está emparentado alguno de sus textos–, y la enumeración inacabable de horrores y reiteraciones obsesivas consigue un climax difícil de superar. El solo, con este libro que alcanzó bastante difusión dentro y fuera de España, hubiera bastado para apuntalar la leyenda de una Berbería enfermizamente cruel y entregada a todos los vicios y demasías. En sus relatos enfebrecidos, en los que cuenta y vuelve a contar un mismo suplicio repetidas veces, Sosa llega a afirmar que aquella densidad de mal allí concentrada y que él capta y transmite con fruición puede ser debida a la misma esencia profunda Áfricana.        “En todos los tiempos pasados fue muy notada de infame esta tercera parte del mundo llamada África… Y la causa desto es porque la misma propiedad del cielo de toda esta parte del mundo, y la naturaleza y calidad della, fue siempre de tal suerte que parece no tener otra virtud ni ser para más que para producir espantosos monstruos, fieros animales, pestilentes serpientes y mortíferos venenos. Y, por tanto, ser un aire y suelo tan nocivo y tan  malo, de la misma naturaleza condenado –como decía Lucano–, y que la misma naturaleza quería que estuviesen los hombres ausentes y muy apartado de tal tierra.        “Aquí se crían los soñolientos áspides, las escamosas emorrois, la inconstante quersidros, que habita unas veces en el agua y otras en la tierra. Los quelydros que corriendo levantan el polvo; la ceneris de muchos y varios colores; la anmodites arenosa; la cerastes desconjuntada y que a todas partes se revuelve; la seytala, que en el invierno se despoja; la seca dipfas, la pesada anfisibena de dos cabezas, la natrix, gran nadadora; los iaculos, grandes bogadores, las foreas de la cola levantada, el goloso prester, la ponzoñosa seps, el basilisco, matador con sola vista, y, finalmente, dos grandes y muy dañosos dragones y otras infinitas ponzoñas y pestilencias, que no son para otra cosa que para daño y ruina de la naturaleza humana…        “Por ser esta parte del mundo tan fértil para criar muertes, fingieron los poetas que volviendo Perseo, hermano de Palas, de la muerte de Medusa –que mató con la espada corva de Mercurio, llamada Harpen, y con el favor del escudo reluciente de metal de la misma Palas–, y trayendo colgada de la mano la cabeza de la dicha Medusa –cuyos cabellos eran muy ponzoñosas culebras y cuya corrupción que della goteaba todo lo que tocaba volvía en muy terrible ponzoña–, por ninguna otra parte del mundo quiso pasar sino por África, que era tierra arenosa y adonde menos sería el daño que aquella cabeza haría. Pero que fue tanta la ponzoña que, goteando de aquella sucia cabeza, recibió esta tierra, y el rocío de la sangre cruel de Medusa fue de tanta fuerza, que –recocido después por el calor de la región— produjo infinitas y venenosas serpientes.        “Y, sin duda ninguna, de la constelación, naturaleza y propiedad tan mala del aire y tierra de África todas las regiones y partes della fueron siempre, y son hoy día, muy abundantes de monstruos y fieros animales. En tal manera que por proverbio muy común se dijo siempre: `África produce algún monstruo’. Por tanto, los romanos, cuando querían hacer algún grande y maravilloso espectáculo en las fiestas que celebraban con grandísimo aparato y costa, en las cuales era costumbre, entre otras cosas, mostrar al pueblo en público algunos animales espantosos y nunca vistos –como era en los juegos circenses,  locubres (o lúgubres) memorias fúnebres y otros extraordinarios–, de África los procuraban haber –como dice Estrabón– y de allí llevaban las panteras, las onzas, los leopardos, las lyenaes, los camelopardos, los rinocerontes, las cebras y otros animales de extraña naturaleza y figura…        “Hasta los hombres nacidos en esta tierra y debajo (de) sus constelaciones participan de su calidad y propiedades naturales. Porque siempre fueron gente monstruosa, mal proporcionadas, bárbaros, rudos, incultos, agrestes, ferinos, inhumanos. Y siendo las otras dos partes del mundo, Asia y Europa, pobladas casi todas de gentes, ciudades y pueblos que viven en toda buen orden, gobierno y policía, sola África, al contrario, por la mayor parte siempre tuvo habitadores que en su vida no fueron ni son menos que animales, bestiales y sin razón. Buen testigo desto fueron los numedios, los marmaridos, los mazas, los nasamones, los garamantas, los andróginas, los asbestas, los trogloditas, los erembos, los macrobios, los espibos, los bracobios, los antomelos y otras infinitas y muy bárbaras naciones, de las cuales los autores hacen mención como de gentes que no tenían más que el nombre” (2).        La tradición antigua, llena de fabulaciones, de una África misteriosa y llena de peligros, habría atravesado la Edad Media y, con indudables matices medievales, llegaba hasta finales del siglo XVI. Mármol Carvajal, aunque con menor virulencia que Sosa, también se hacía eco de estas tradiciones: “Otros dicen que cuando los romanos conquistaron la África llamaron a esta parte de la tierra Berbería porque hallaron la gente de ella tan bestial que aún en la palabra no formaban más acento que animales” (3). El amplio “bestiario” africano de Mármol, sin duda con innumerables deudas –sobre todo sigue a  León el Africano en todo su texto–, habría hecho las delicias de Borges, por ejemplo (4).        Pero es el libro V de Los seis libros de la república de Jean Bodin el que mejor puede acercarnos a la idea que en el momento un europeo podía tener de África, y en concreto su capítulo 1, “Procedimientos para adaptar la forma de república a la diversidad de los hombres y el modo de conocer el natural de los pueblos”. “Uno de los mayores, y quizá el principal, fundamento de las repúblicas consiste en adaptar el estado al natural de los ciudadanos, así como los edictos y ordenanzas a las naturaleza de lugar, tiempo y persona”; con esta base, establece la división “entre los pueblos del norte y del sur” y los clasifica en tres grupos, el de “las regiones ardientes y…  los pueblos meridionales”, el de “los pueblos centrales y regiones templadas” y el de “los pueblos septentrionales y… las regiones frías” (5). Y es con este esquema con el que intenta elaborar una teoría sobre la influencia de los climas en el temperamento de los pueblos que llegará hasta el mismo Montesquieu, con afirmaciones de alguna manera proverbiales. “Los pueblos nórdicos son superiores en fuerza y los del mediodía en astucia, los habitantes  de las regiones centrales participan de ambas cualidades”. “Los meridionales… son más ingeniosos que los pueblos centrales” y otras del mismo tenor, en las que los españoles son presentados como pueblo meridional y con frecuencia  comparados a los franceses. De Galeno toma las teorías sobre temperamentos –“la flema hace al hombre pesado y torpe; la sangre, alegre y robusto; la cólera, activo y dispuesto; la melancolía, constante y reposado”–, y así los más norteños “son flemáticos y los meridionales melancólicos”, los norteños “son más sanguíneos y los que están más cerca de la región central son sanguíneos y coléricos. Hacia el mediodía son más coléricos y melancólicos, según son más negros o amarillos, que son los colores de la melancolía y la cólera”.          Con ese bagaje teórico determinista, movedizo y globalizador, Bodino intenta dar firmeza a sus reflexiones. “Cada uno de estos tres pueblos usa para el gobierno de los recursos que les son propios.  El pueblo de septentrión de la fuerza, el pueblo central de la justicia, el meridional de la religión”. “Los pueblos nórdicos se valen de la fuerza para todo, como los leones. Los pueblos centrales, de las leyes y de la razón. Los pueblos del mediodía se valen de engaños y astucias, como los zorros, o bien de la religión”. “No debe asombrarnos que los pueblos meridionales sean mejor gobernados mediante la religión que mediante la fuerza o la razón… cuanto más se desciende hacia el mediodía, los hombres son más devotos, más firmes y constantes en su religión, como en España y aún más en África”.        Su análisis se detiene en las dos cuestiones que habrán de ser de particular importancia en la “leyenda negra” sobre Berbería –y sobre España también para otros europeos–, la crueldad y la lujuria. “Los antiguos atribuyen a los pueblos nórdicos crueldad y barbarie… Por el contrario, el pueblo meridional es cruel y vengativo por su natural melancólico… Se trata, pues, de dos crueldades diferentes; la de los   pueblos septentrionales consiste en un ímpetu brutal, propio de animales; los meridionales son como zorros que aplican todo su ingenio a satisfacer su venganza”. Si era “pérfida y cruel” la guerra narrada por Polibio entre “espandianos y cartagineses”, “parece cosa de juego si se compara a las carnicerías descritas por León el Africano”; otros actos de crueldad –en Indias, Persia o Egipto– relata Bodino antes de concluir que “los pueblos de las regiones centrales no podrían ver ni siquiera oír tales crueldades sin horrorizarse”. El temperamento melancólico hace que haya “mayor número de locos furiosos en las regiones meridionales que en las septentrionales” y que “aunque por doquier hay locos de todas clases, sin embargo los de la región meridional suelen tener visiones terribles, predican, hablan muchas lenguas sin haberlas aprendido y, a veces, son poseídos por espíritus malignos”.        “Otra diferencia notable entre el pueblo meridional y el septentrional es que éste es más casto y púdico y el meridional más lujurioso,  lo que se debe a la melancolía espumosa. Por ello, los monstruos proceden ordinariamente de África, a la que Ptolomeo coloca bajo Escorpión y Venus, añadiendo que toda África adoraba a Venus… También sabemos que los reyes de África y Persia tenían siempre harenes de mujeres, hecho que no se puede imputar a costumbres depravadas… A escitas y alemanes les basta y les sobra con una sola mujer y César, en sus Comentarios, dice que los ingleses en su tiempo compartían una mujer entre diez o doce. Muchos septentrionales, conocedores de su impotencia, se castraban cortándose las venas parótidas debajo de las orejas, como dice Hipócrates, quien atribuye la causa de la impotencia a la frialdad del vientre y a montar mucho a caballo… Por eso los pueblos nórdicos son tan poco celosos que, según Altomer de Alemania e Irenicus que escriben elogios de su país, hombres y mujeres se bañan juntos… Por el contrario, los meridionales son tan apasionados que, a veces, mueren de celos… Los romanos condenaron, sin distinción de razas, a pena de infamia a quien tuviese más de una mujer; después, en este reino, la pena de infamia se transformó en pena capital. Esta ley romana no ha perdurado en África por los inconvenientes a que daba lugar… De lo dicho puede deducirse que el pueblo meridional está sujeto, en cuanto al cuerpo, a las mayores enfermedades y, en cuanto al espíritu, a los mayores vicios…” (6).        Aunque Bodino advierte que no hay temperamentos puros sino tantos como “mezclas” de los cuatro humores, y que en cuanto “a las inclinaciones naturales de los pueblos debe advertirse que no tienen carácter necesario”, sus apreciaciones son valiosas para intentar una aproximación a esa manera de juzgar del hombre de la época, del contemporáneo de Sosa y Cervantes. En concreto, en lo referente a África, a Berbería. Si el esfuerzo de ecuanimidad y análisis frío de Bodino permite exposiciones que hoy nos parecerían hasta ingenuas en su desmesura, las de Sosa se nos aparecerán mucho más comprensibles; sus duras circunstancias personales de humillante cautiverio y en un ambiente popular y orientalizado tan provocador para su condición de clérigo post-tridentino debieron conducirle casi a la locura; eso es lo que aparece en tantos fragmentos de su obra literaria, como el citado sobre África con esa enumeración enfermiza de serpientes ponzoñosas, una de las imágenes clásicas del demonio. Eso podía suceder en mentes –como la de Sosa– disciplinadas de alguna manera. Más complejo sería acercarse a lo que pudiera suceder en medios más populares de “vértigos colectivos”, “delirios mentales” y “trances masivos” o “sueños hiperbólicos” de “sociedad visionaria” (7).       —————-   NOTAS:   (1).- Una aproximación al Antonio de Sosa narrador, E. Sola, “Miguel de Cervantes, Antonio de Sosa y África”, en Actas del I encuentro de historiadores del valle del Henares, Guadalajara, 1988, y “Antonio de Sosa, un clásico inédito amigo de Cervantes”, en el I coloquio internacional de la Asociación de Cervantistas, Alcalá de Henares, 1988, así como la introducción de J.M. Parreño y E. Sola a la edición del Diálogo de los mártires de Argel, Madrid, 1989, Hiperión. (2).- Haedo, II, pp. 127-130. (3).- Mármol, I, III, fol. 2. (4).- Ib., I, XXII, fol. 22 vto. y ss. (5).- Bodino, V, I, pp.  213 ss.  de la edic. citada de Tecnos. “Ya he explicado estas divisiones en mi libro Método de la historia y aquí no me detendré en ellas” (p. 215), dice Bodino al referirse a las clasificaciones climáticas. (6).- Todos los textos de Bodino citados son del mismo libro V, capítulo I. (7).- Son todas expresiones de P. Camporesi, op.  cit., c. 12, p. 8 y c. 13.      

Emilio Sola 25 enero, 2012 25 enero, 2012 barbarie, Berbería, Bodino, climas, crueldad, determinismos, Leyenda Negra, Perseo y la Gorgona, sexualidad, Sosa, temperamentos
La Leyenda Negra Antiespañola. Daniel Montalvo Mena

Creo que al colgarlo aquí se han cambiado las fuentes y tal, me he encontrado con que se cambian tamaños y esas cosas, lo cambiaré cuando tenga algo más de tiempo, así que lo siento!     La Leyenda Negra Antiespañola DANIEL MONTALVO MENA 1. Introducción al término. Argumentaciones y oposiciones a la Leyenda Negra. “ La Leyenda Negra “ es un tópico sobre España debido a sus actuaciones a lo largo de la historia, el término fue acuñado por Julián Juderías en su libro La Leyenda Negra y la verdad histórica en la cual se reivindicaban una serie de valores hispánicos frente a las duras críticas recibidas desde el extranjero. En cuanto a las acciones que llevaron a este tópico sobre España existen dos puntos de vista claramente diferenciados: Por un lado, la visión negativa de España tanto por sus actuaciones en Europa en época imperial como sus actuaciones con los indígenas americanos. Sin embargo, esta negatividad hacia España tiene sus orígenes en momentos mucho anteriores a estas acciones pues según algunos autores el origen de la Leyenda Negra se remonta a la invasión de Italia en el siglo XIII por la Corona de Aragón y, si se realiza una visión más exhaustiva puede entreverse como la gran expansión de esta idea sobre España se debe a una serie de críticos de finales del siglo XVI, normalmente del mundo protestante, los cuales buscaban desprestigiar las acciones de la corona española, en ese momento regentada por Felipe II, entre las principales figuras a destacar de esta tendencia crítica hacia España se encuentran Reinaldo González y su Exposición de algunas mañas de la Inquisición Española, John Foxe y su Apología y Guillermo de Orange y sus Relaciones; sin embargo, las duras críticas que recibió España y que expandieron esta idea no llegaron sólo desde el extranjero ( Pues Reinaldo González era español, pero escribió desde el exilio en Francia por ser protestante ) sino que algunos autores criticaron a España desde dentro destacando la Brevísimo memorial de la destrucción de las Indias de Bartolomé de las Casas o Antonio Pérez. Sin embargo, la Leyenda Negra pasó de convertirse en una crítica de la sociedad española a convertirse en una crítica de las costumbres y de sus instituciones entre las cuales la más criticada fue la Inquisición, como curiosidad algunos autores incluso criticaron a los españoles desde un punto de vista biológico-racista como el francés Joly el cual escribe ciertas afirmaciones como “son también débiles e indigestos“, “a ser sordos están sometidos“ o “tienen la mayor parte de los dientes careados“.1 A pesar de esta dura crítica hacia los españoles por parte de Europa y de muchos españoles también ( Tanto desde dentro de España como fuera de ella ) hubo también una postura defensiva frente a las acusaciones, esta postura será la denominada Leyenda Rosa o Leyenda Blanca española, en la cual se intentó ensalzar los aspectos positivos e idealizados de la sociedad española, esta tendencia se proyectó principalmente en defender la cultura española al mismo tiempo que defendía las actuaciones políticas que había llevado a cabo España. Algunos de los principales representantes de esta tendencia defensiva fueron Alfonso García de Matamoros ( S. XVI ) con su Apología de Adserenda hispanorum eruditione ser de viris hispaniae doctis enarratio, Damasio de Frías con su defensa de la lengua española frente a las europeas o Pedro de Medina con Libro sobre las grandezas y cosas memorables de España. Sin embargo, las quizás las mayores consecuencias que tuvo la expansión de la Leyenda Negra fue su uso como arma política contra la monarquía hispánica de Felipe II, así pues los nobles flamencos rebeldes la usaron como método de desprestigiar al monarca, entre ellos destaca Guillermo de Orange, el cual en su obra Apología dice “los españoles han causado una muerte miserable a veinte millones de personas“, también fue usada por los nobles alemanes rebeldes luteranos, los cuales buscaban desprestigiar la corona para favorecer su independencia. De estas obras tan críticas con la monarquía española beben ahora otros autores como el protestante flamenco Jacques de Miggrode, quien hizo la primera traducción al francés de la Brevísima y que hizo un llamamiento a la resistencia de los holandeses contra España y sus formas de ocupación, el italiano Benzoni, el cual recogió las obras de diferentes cronistas españoles y escribió La historia del Mondo Novo en la cual resaltó todos los aspectos más crueles de la ocupación española de las indias. En el mismo momento que hubo tantos autores críticos con la monarquía hubo algunos autores que intentaron llevar a cabo obras objetivas como Gómara el cual en su Historia General de las Indias intentó explicar de una manera objetiva los sucesos en las Indias de tal manera que, al mismo tiempo que afirmó los asesinatos indiscriminados de indígenas también afirmó que fueron en defensa de los derechos humanos y a favor de la expansión del Evangelio, sin embardo, esta obra fue usada por los críticos de España por ser otra muestra de un español afirmando que esos asesinatos existieron. Frente a estos críticos hubo una serie de defensores de España entre los que destacaron Quevedo con su España defendida, Saavedra Fajardo o Antonio Herrera. A pesar de los intentos de este grupo su expansión en Europa no existió pues la expansión de la idea de los grandes asesinatos en las indias por los españoles estaba muy arraigada en Europa. A mediados del siglo XVIII, es decir, más de un siglo más tarde, comenzaron a darse cuenta los extranjeros de la exageración de los asesinatos debido a los intereses políticos de la época, destacan las críticas de Voltaire en su Ensayo sobre las costumbres en el cual califica a B. de las Casas como exagerado en más de una ocasión y Marmontel, quien en su obra Les Inces defendió la defensa de los indios por parte de los Reyes Católicos, de Carlos I y V y de Cisneros por lo que los culpables de las atrocidades no serían otros que aquellos que las realizaron y no toda la sociedad española. Por tanto, puede decirse que hemos hecho una pequeña aclaración sobre que es el término de la Leyenda Negra, su origen, su desarrollo y sus apoyos y objeciones con la llamada Leyenda Rosa, tras ésto nos centraremos en el origen de la Leyenda Negra debido a los acontecimientos dados en América y el trato dado a los indígenas, además de los conflictos ideológicos que surgieron entre diferentes filósofos-pensadores-eclesiásticos debido a este tema, es decir, trataremos de manera más detalladas las obras de algunos autores citados anteriormente e incluso de algunos que quedaron sin citar.               2. Origen de la Leyenda Negra, autores a favor y en contra de la explotación de los indios. Entre aquellos que defendieron los derechos naturales de los Indios y que, por tanto, contribuyeron al nacimiento de la Leyenda Negra destacan Fray Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria, Montesinos…. Bartolomé de las Casas fue un fraile dominico que buscó acabar con la explotación y exterminio que sufrieron los indígenas en la isla de la Española, sin embargo, no siempre fue un acérrimo defensor de los indios sino que, hasta 1512 Las Casas era un noble encomendero que explotaba a los indios tanto como los demás pero, a diferencia de muchos otros, el discurso y la excomulgación de Montesinos calaron muy hondo en él lo cual le llevó a convertirse en uno de los mayores defensores de los derechos indianos de su época. En su obra Brevísima relación sobre la destruición de las Indias, comenzó la legendaria Leyenda Negra antiespañola, sin embargo, esta obra no fue redactada con el objetivo de desacreditar o traicionar a la corona española sino que su objetivo era informar a los más altos cargos para que detuvieran el mal trato hacia los indios. Uno de los rasgos más importantes de la obra es su veracidad, en muchas ocasiones se ha cuestionado su veracidad debido a las grandes exageraciones que aparecen en el libro en cuanto a las cifras de muertos por las armas ( Actualmente se sabe que la mayor cantidad de muertos se debieron a las enfermedades ), a pesar de estas exageraciones, cuya única función era atraer la atención de los altos cargos, la mayoría de los datos que aporta Las Casas son de primera mano, es decir, vividos por él o de segunda mano, con lo cual se debería pensar que esta información es suficientemente veraz en la situación que él vivió, pues recordemos que Las Casas fue fraile en la zona insular de América, donde las poblaciones indígenas acabaron prácticamente extintas en su totalidad, sin embargo, el mismo autor nos dice que la zona de México “está algo menos mal“ por lo que la exageración que defienden muchos autores contrarios a Las Casas pudiera ser que no fuera una exageración tan grande. Las Casas nos muestra a lo largo de la obra, por tanto, una fuerte crítica hacia los españoles formando curiosamente una antítesis entre los “bárbaros” españoles y los “pobres” indios, es decir, Las Casas ve que el único problema que tenían los indios era su creencia hacia otros dioses, lo cual podía ser corregido con la predicación del cristianismo mientras que los españoles conquistadores fueron los verdaderos bárbaros al asesinar y violar a los indígenas, tanto durante la conquista como durante la explotación, pues critica el método en el que se explotaba a los indígenas tanto en las plantaciones como en las minas de plata mexicanas. La larga crítica e que realiza Las Casas sobre los conquistadores acaba relacionándose con una defensa de la acción de la Iglesia frente a la forma de actuar de los conquistadores así pues compara los “desórdenes” de las conquistas llevadas a cabo por unos “idolatras más fieros que las mismas fieras” frente a la actuación “excepcional” de la Iglesia en cuanto a la evangelización y defensa de los indios, encabezada por las “paternales órdenes que mantienen el Nuevo Mundo en justicia, paz y religión”. Por tanto, tras todo lo mencionado podemos decir que la obra de Las Casas no puede ser considerada como una obra histórica en la que se relaten unos hechos de manera completamente verídica pues se trata de una obra en la que exagera los datos que le interesa para hacer más incapié en la mala situación de los indios para intentar conseguir que los altos cargos españoles reaccionen y los ayuden. Puede decirse, tras todo ésto, que “La Brevísima” no fue un libro de crítica a la sociedad española, tal y como sería usada después por otros autores como los flamencos durante las guerras de religión, sino que se trata de una acusación hacia los conquistadores y de una apología directa hacia los indios. Sin embargo, la repercusión de la obra de Las Casas fue mucho mayor fuera de España que dentro de ella pues muchos autores la tomarían como base para formular la Leyenda Negra, la cual es atribuida a Las Casas, con lo cual discrepo pues el autor en ningún momento crítica a los peninsulares ni a su sociedad, sino a los conquistadores. Es decir, Las Casas escribe “La Brevísima” como un testimonio privado y personal con el cual intenta que el rey y el príncipe intervengan en América para que reformaran la política colonial a favor de los Indios, por lo que el autor se fija únicamente en aspectos negativos y, por tanto, es una visión incompleta de la verdadera realidad de las Indias. Por tanto, puede decirse que, aunque la función de la obra de Las Casas era defender a los indios explotados se convirtió en un arma política aprovechada por los flamencos protestantes durante las guerras de religión hispano flamencas los cuales, encabezados por Guillermo de Orange usaron esta Leyenda antiespañola como arma política para instar a más poblaciones a la revuelta. A pesar de que Las Casas se ha convertido a lo largo de los siglos como el “apóstol de los indios” éste fue influido por una corriente de intelectuales defensores de los derechos de los indios entre los que destacan figuras como Montesiones, Fco. de Vitoria, Antonio Pérez y el cardenal Cisneros. Fray Antonio de Montesinos era un dominico que se encargaba de la isla de La Española, se convirtió en una de las figuras más importantes en cuanto a la defensa de los indios tras su famoso discurso ( Redactado por los demás dominicos, él fue el encargado de exponerlo ) frente a los encomenderos españoles, entre los que se encontraba Bartolomé de las Casas, en este discurso Montesiones excomulgó a todos aquellos encomenderos que mantuvieran esclavos a sus indios y no pidieran perdón lo cual creó una gran polémica en la que tuvieron que intervenir incluso los RRCC. Los dominicos, a pesar de ser amenazados por su propia orden y por varios nobles continuaron predicando sus valores y su defensa a los indios de manera que en 1512 el rey Fernando se vio obligado a convocar la famosa Junta de Burgos, por lo que puede considerarse a Montesinos y a los dominicos de La Española como los primeros defensores directos de los derechos humanos y como los iniciadores de los conflictos políticos provocados por el trato hacia los indios. Otra figura que, a pesar de ser mucho menos mediática que los otros dos anteriores fue Fco. de Vitoria pues, desde su puesto dentro de la Universidad de Salamanca defendió a los indios de manera teórica, es decir, mediante el estudio de los grandes de la Iglesia y de la Biblia buscó argumentos teóricos teológicos para defender los derechos de los indios americanos, los cuales serían usados posteriormente por otros autores para defenderlos, entre los principales argumentos que usó destacan la negación de los derechos universales del Papa y del Emperador al mismo tiempo que niega la subordinación de aquellos pueblos paganos a la cristiandad pues Fco, de Vitoria creía en la igualdad jurídica de los pueblos. Tras haber expuesto algunos de los defensores de los derechos indianos y, por tanto, primeros autores de la Leyenda Negra aparecen también una serie de autores que negaron estos derechos de los indios, normalmente los autores que negaron esos derechos estaban muy relaciones con la nobleza terrateniente indiana o con grandes mercaderes de esclavos por lo que esta corriente es una corriente elitista y con un mayor interés político-económico que la anterior. Entre estos críticos contra los defensores de los indios destaca la figura de Sepúlveda, un famoso historiador y jurista español y cronista del emperador Carlos I y V. Sepúlveda destacó por ser contrario a las ideas de Vitoria y Bartolomé de las Casas en cuanto al trato que se merecían los indígenas americanos, en su De la justa causa de la guerra contra los indios se ve como, debido a la gran influencia que tuvo en su pensamiento Aristóteles defiende la conquista de los pueblos menores o “bárbaros” por los pueblos superiores y que, éstos últimos, al ser superiores técnica y culturalmente deben esclavizarlos e imponer su cultura, destaca uno de los fragmentos del libro antes citado “¿Qué cosa pudo suceder a estos bárbaros más conveniente ni más saludable que el quedar sometidos al imperio de aquellos cuya prudencia, virtud y religión los han de convertir de bárbaros….” en el cual se ve claramente cual es su actitud ante la ocupación de los indígenas. Otro defensor de las teorías de ocupación de los indios por la fuerza era Don Antonio Ramírez, obispo de Segovia, el cual publicó la Apología del libro sobre las causas justas de la guerra en el cual se recogían argumentos a favor de la obra y el pensamiento de Sepúlveda en apoyo contra Bartolomé de las Casas. Tanto en la obra de Sepúlveda como en la de Antonio Ramírez se busca una justificación a la guerra usando teorías de origen aristotélico como la superioridad de las civilizaciones con mayor cultura y técnica frente a las demás y su capacidad para esclavizar a aquellos inferiores a ellos y también argumentan la ocupación como la necesidad de expandir el cristianismo de manera rápida ara acabar con comportamientos paganos como el canibalismo. Este conflicto entre ambas corrientes de pensamiento fue el más difundido y el que expandió la idea negativa sobre la ocupación española de América, sobretodo durante la reunión en Valladolid en la que se enfrentaron Bartolomé de las Casas y Sepúlveda directamente para determinar ante un tribunal cual era el punto de vista correcto 3. Expansión de la Leyenda Negra a Europa, cambio de significado y arma política. Estos conflictos internos en la sociedad española fueron los que formaron la que ahora se conoce como Leyenda Negra antiespañola, sin embargo, lo que en España comenzó a solucionarse y olvidarse debido a la gran atención que tuvo la monarquía sobre el trato a los indios y a su gran cantidad de intervenciones pues, tras las Leyes Nuevas de Indias (1552) se acabó con las encomiendas vitalicias, sustituidas por las encomiendas temporales por dos vidas, además de regularse el tiempo que trabajaban y la cantidad de indios que debían trabajar. En definitiva, puede decirse que la situación en España tendió a relajar la tensión que hubo anteriormente a pesar de algunas revueltas llevadas a cabo por los encomenderos españoles en América. Sin embargo, la Leyenda Negra surgió con mucha más fuerza que antes en 1568 pues los flamencos rebelados en los Países Bajo encabezados por Guillermo de Orange llevaron a cabo una revuelta en la que se usó la Leyenda Negra como un arma política con el que minar el prestigio internacional de la monarquía católica de Felipe II y como método de mantener la alianza política con Inglaterra contra la Iglesia Católica por los intereses de ésta en América2. Los panfletos propagandísticos se convirtieron en algo diario en esta época, en ellos aparecían fragmentos de “La Brevísima” y se afirmaba que la predicación y la expansión del catolicismo en América o fue más que una excusa de la corona española para someter y explotar a los indios, entre algunos autores de esta propagan antiespañola destacan Miggrode y Chauveton quienes propusieron incluso una cruzada contra España con el fin de liberar a los indios de su evangelización “contaminada”. Por tanto, puede decirse que, tras la confusión inicial de la conquista americana redactaba por los primeros cronistas españoles, muchos autores europeos crearon una idea de la expansión americana de España que acabó convirtiéndose en realidad histórica para los países que salieron vencedores de la paz de Westfalia, es decir, nos referimos a dos Leyendas Negras completamente diferentes: Una Leyenda Negra inicial, en la que se trataba sobre el trato que se dio a los indios por los primeros encomenderos conquistadores de América y una Leyenda Negra europea, extendida gracias a la propaganda antiespañola flamenca en la cual se criticaba la expansión de la corona en América y su política de explotación económica. Hubo una gran cantidad de autores que criticaron el sistema colonial castellano desde el extranjero, quizás entre los más importantes estén Guillermo de Orange, Chauveton y Miggrode. Chauveton fue un autor francés que destacó por traducir y comentar la obra antiespañola de Jerónimo Benzoni, en el cual se critica las acciones españolas en América y se denuncia la expansión del Evangelio como instrumento de expansión y conquista, el francés exagera aún más el texto denominando al imperio español “imperio satánico”pues según él las acciones que llevaron a cabo los españoles movidos por la codicia y la avaricia les llevó a cometer actos más paganos que los mismos sacrificios humanos que llevaban a cabo los indígenas. A continuación de esta obra Chauvetón publicó la Breve historia de la masacre cometida por los católicos contra los hugonotes franceses en el asalto a la Florida en la cual continúa argumentando su idea de que los españoles usaban argumentos religiosos para llevar a cabo actos de barbarie y de asesinato; así pues, Chauveton condenaba la evangelización de las indias tanto por su justificación religiosa como por sus métodos de aplicación. En 1579 Miggrode lleva a cabo la primera traducción directa de “La Brevísima” al francés (Anteriormente sólo habían llegado traducciones de traducciones flamencas) y desde entonces la obra de Las Casas sería manipulada constantemente para atribuirle un significado que no tenía pues se la manipuló para considerarla como una obra en la que resumían todas las actuaciones españolas en las indias cuando únicamente abarcaba los puntas de vista negativos sobre esta ocupación. Miggrode tuvo gran relevancia ya no sólo por la traducción de la obra de Las Casas sino que su obra fue el punto de partida de una serie de ediciones en la guerra de propaganda antiespañola. Por último una de las figuras fundamentales en la expansión de la Leyenda Negra antiespañola en Europa fue Guillermo de Nassau o Guillermo de Orange, este autor mantuvo durante el gobierno español una posición muy intermedia, sin embargo, tras el tribunal de los tumultos y la expropiación de sus tierras se convirtió en una especie de líder de los rebeldes flamencos favorecido por la gran popularidad que tenía en el pueblo holandés. Guillermo no se opuso nunca al rey de España sino a los gobernantes españoles en los Países Bajos, además siempre abogó por una libertad religiosa, a diferencia de muchos calvinistas radicales que defendían la prohibición del catolicismo. La importancia en la expansión de la Leyenda Negra de Guillermo reside ya no sólo en sus obras personales en las que critica las acciones españolas en las indias como su Apología sino que también fue uno de los principales precursores de la propaganda antiespañola para favorecer los ideales rebeldes en los Países Bajos y que más ciudades cayeran en su órbita de influencia, para esta propaganda se usaron fragmentos de la obra de Las Casas y se decía que si se dejaban ocupar por los españoles a ellos les pasaría lo mismo. En conclusión, puede decirse que la Leyenda Negra, más que nacer en España nació en Europa pues una serie de autores trataron de desprestigiar a la monarquía hispánica y para ello usaron las obras de autores españoles que buscaban mejorar la situación de algunos siervos del Imperio Español. Hasta el momento, todas las posturas, tanto dentro como fuera de España, se situaban a un lado u otro del problema, unos lo negaban rotundamente mientras que otros lo exageraban hasta llegar al extremo, sin embargo hubo una corriente mucho menos radical que abogaba por una posición intermedia, es decir, admitía los abusos sobre los indios en los inicios de la ocupación pero también afirmaba que esas actuaciones quedaban fuera del control de todos los gobernantes españoles ( Los cuales trataron de evitar el maltrato a los indios desde el principio ) y que ni ellos ni su sociedad era culpable, sino los primeros conquistadores ( Los cuales se convertirían en los primeros encomenderos ). Entre esta corriente destacan Saavedra Fajardo, este diplomático español vivió en época de Felipe IV ( Es posterior a los otros autores ) y a lo largo de su obra se repite en la confirmación de los asesinatos indiscriminados durante la conquista de las Indias pero siempre defendiendo a los gobernantes pues, según él, la causa de estos asesinatos era que no se había dado tiempo para legislar cómo se había de tratar a los indios y por eso pudieron los conquistadores actuar de esa manera. Esta corriente intelectual que trata de desahogar la presión sobre los actos españoles en América no se da únicamente en la península sino que, ya entrada en la Ilustración algunos autores le restaron responsabilidad a los actos que allí se dieron, entre estos ilustrados la figura más destacada es la de Voltaire, quien en su Ensayo sobre las costumbres considera que Las Casas exagerá demasiado lo que escribe en su obra.                 Conclusión Finalmente y en resumen a todo el catálogo de obras y corrientes que trataron sobre la Leyenda Negra desde el comienzo de la expansión indiana hasta la decadencia total del Imperio Español en época ilustrada puede sacarse una breve conclusión sobre la gran trascendencia que tuvo el tema sobre todo durante el reinado de Felipe II ( 2ª mitad del siglo XVI ) pero que abarcó varios siglos. Como primera ( Y quizás más importante ) reflexión personal tras haberme documentado con una serie de autores especializados en el tema, se trata sobre el origen de la Leyenda Negra pues éste comúnmente ha sido atribuido a Bartolomé de las Casas por su “Brevísima” sin embargo, incluso el mismo autor afirma que se trata de una obra que intenta dar a entender la realidad de la situación de los indios a los altos cargos de gobierno español indiano por lo que, desde mi inexperto punto de vista, éste no es el nacimiento de la Leyenda Negra antiespañola, sino que la obra de Las Casas fue un precedente perfecto tanto para los conflictos ideológicos que surgieron en torno a él por los diferentes puntos de vista que existieron en España ( Teniendo siempre presente el famoso tribunal entre Las Casas y Sepúlveda ) y fue el precedente perfecto para lo que yo considero que es el verdadero origen de la Leyenda Negra más que su punto de expansión, Europa. El conflicto en los Países Bajos durante el reinado de Felipe II dividió Europa en dos bandos enemistados, los cuales debían llevar a cabo una fuerte propaganda política-religiosa contra el otro bando para que sus poblaciones apoyaran sus luchas; éste y no otro fue el punto de nacimiento de la Leyenda Negra, esta propaganda ( Ya se han comentado los autores que criticaron constantemente al Imperio Español ) fue la que expandió ya no sólo a las clases altas de la sociedad sino a toda la población las malas actuaciones del Imperio Español en América, barbarizando a todos los españoles y creando una serie de prejuicios contra todo lo español y un sentimiento de resistencia e incluso de miedo por si eran conquistados y tratados de la misma manera que los indígenas americanos. Sin embargo, al mismo tiempo que se difundía la Leyenda Negra antiespañola por Europa los imperios inglés y francés se expandían por el Norte de América, allí el trato a los indios fue diferente al modelo español pues los indios no fueron explotados ya que se favoreció en gran medida el comercio de esclavos negro desde África para las grandes plantaciones norteamericanas. En cuanto al trato de los indios por parte de los imperios europeos el sistema se basó en crear una serie de alianzas personales con las diferentes tribus, las cuales veían su territorio reducido por la expansión europea y, posteriormente, se les utilizó como uno de los pilares del ejército americano, lo cual llevó a enfrentamientos entre tribus hermanadas en muchos casos sólo por ser aliadas de diferentes potencias. Este sistema llevó a casi la entera desaparición de la población indígena norteamericana lo cual nos plantea una cuestión: ¿ Por qué no se expandió, al igual que pasó con España, esa “Leyenda Negra” ? Por otra parte, cabe destacar la actuación de la Iglesia en defensa de los Indios americanos durante el periodo de conquista y de explotación de América encabezados por los frailes dominicos y los frailes jesuitas y de la gran repercusión que tenían, ya no sólo dentro del ámbito ideológico de la sociedad sino en el ámbito político así como la excomulgación de Fray Montesinos de todos los nobles de su parroquia por su maltrato a los indios llevó a que el mismo rey de Aragón y regente del reino de Castilla ( Fernando el Católico ) se viera obligado a intervenir en ese asunto. Sin embargo, también hubo personalidades religiosas que aceptaron e incluso defendieron la conquista indiana por sus actos “barbáricos” y paganos, entre los que destaca el ya mencionado Sepúlveda. BIBLIOGRAFÍA: La Leyenda Negra. Ricardo García Carcel, 1990. Ed Anaya. Madrid. La Leyenda Negra. Joseph Pérez, 2009. Ed Gadir. Madrid. Brevísima relación de la destruición de las Indias, Bartolomé de las Casas, 2007(1552). Ed Cátedra. Madrid. La Conquista del Nuevo Mundo. Textos y documentos de la aventura americana, Mercedes Serna,2012. Ed Clásicos Castalia. Madrid. La Leyenda Negra a debate. Filosofía de las fuentes en la Formacion de América. Guerra de Propaganda Antiespañola. ¿Cómo se manipuló la historia?, Luciano Pereña, 2000. Forum hispanoamericano Francisco de Vitoria. Madrid. La Leyenda Negra a debate. Filosofía de las fuentes en la Formacion de América. Proceso a la Leyenda Negra. Guerra de Propaganda antiespañola. Luciano Pereña, 2000. Forum hispanoamericano Francisco de Vitoria. Madrid. 1 La Leyenda Negra, Ricardo García Castel, 1990, Anaya. 2La Leyenda Negra a debate. Guerra de Propaganda Antiespañola. Tomo 1. Luciano Pereña. 2000. Madrid

Daniel Montalvo 17 febrero, 2014 17 febrero, 2014 Leyenda Negra
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