CARLOS CEESEPE, IN MEMORIAM: AL FIN LIBRES Y, TAMBIÉN, AJENOS…

Descripción / Resumen:

El verano de la bomba de la Vaquería de la calle de la Libertad de Madrid (junio de 1976) Carlos tenía 18 años escasos y ya era una figura apreciada con cara de niño perdido en el tiempo que lo observaba todo con una mirada tiernísima y profunda a la vez, con la que te diseccionaba y diseccionaba el aire… Firmaba ya Ceesepe, así le llamaba todo el mundo, y tenía también ya una obra que para mí era importantísima desde 1975, publicada en la revista Carajillo, sin duda una pionera del comic underground de aquella querida gran ciudad del interior, mesetaria y tan lejos del mar, Madrid, que a todos nos acogía y que desde aquel local de no más de 70 metros cuadrados, antigua vaquería en la calle de la Libertad, todos intentábamos hacer más divertida y jaranera de lo que aquellos tiempos parecían permitir…

Acababa de aparecer también una editorial, de la mano de Juan Luis Recio – el hermano de Patacho, el guitarrista de Glutamato más tarde – que era La Banda de Moebius, y Ceesepe se había encargado de diseñar una suerte de logotipo que me pareció también genial y sugestivo: un niño de primera comunión que se había cortado los genitales con una cuchilla de afeitar para lucirlos con su librito (“Problemas sexuales del adolescente”) a modo de rosario o a modo de fetiche religioso, y cuya cabeza desaparecía ante la irrupción de dos músicos muy poco celestiales, con pinta de chicos del rock…

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Carlos Ceesepe se ha ido de entre nosotros a primeros de este septiembre de 2018, cuarenta años largos después de este Ceesepe que recuerdo aún no veinteañero, y siempre que nos encontramos en la vida lo vi como a un hermano pequeño o a un sobrino y él a mí sin duda que como a un colega mayor, no tuvimos tiempo de tratarnos con mayor proximidad, aunque siempre nos caímos muy bien, nos alegramos al encontrarnos y nos apreciamos. Y ahora, cuando me dicen que se ha ido, lo siento como a tantos otros jóvenes de entonces – esa serie desdichada y de muertes prematuras de los que tienen diez años menos que yo – y que no quiero nombrar aquí porque siempre seguro que me faltan más en el recuerdo de los que nombre… Una generación de jóvenes transicionales que me enseñaron mucho más de lo que podría enseñarme un buen maestro, de alguna manera mis maestros verdaderos, a los que siempre observé asombrado por su belleza inconsciente y verdadera, y a los que hirió aquel espectáculo diario de la destrucción que los prohombres de entonces – curas, políticos y militares – y sus herederos quieren vendernos como un relato presentable de aquella alta traición a la gente de bien que fue la transición política a la democracia formal que dicen los narradores de.

 Ceesepe nos narró mejor y creo que nadie se lo ha reconocido bien aún. Salud, amigo, en ese más allá de un paraíso de las islas que nos acogerá a todos, poco a poco, y en el que seguro que de melocotón di luna en melocotón di luna seguiremos disfrutando en cerebros ajenos… al fin libres y también ajenos.

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Info Evento

• Lugar: Madrid
• Fecha: 8 de septiembre de 2018
• Organiza: CEDCS
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