Lev Tolstoi: GUERRA Y PAZ. Traducción de Gala Arias Rubio. NOTA DE LECTURA PARA NADADORES

Descripción / Resumen:

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La nobleza rusa, terrateniente y militar, afrancesada como signo de cultura y de buen gusto, a principios del siglo XIX, ve irrumpir en tromba al ejército napoleónico y a esas tropas francesas que llegan a Moscú, arrasando todo a su paso, para hundirse después en el desorden de una retirada precipitada y caótica… Ese es el escenario básico para tejer en él el devenir de las vidas de unos personajes que van desde el bastardo y afrancesado Pierre, al que su padre el conde Bezújov deja heredero de su título y fortuna, una de las mayores de Rusia, tras legitimarlo, hasta Natasha, la bella muchacha, de alguna manera el personaje femenino más destacado a lo largo de la extensa novela, y cuyas vidas parecen confluir al final, tras la expulsión de los franceses. Ella será la Nadadora por excelencia de la novela…

Vida, vitalidad y natación, como asociación primaria, es rotunda en Guerra y paz; comenzando por este personaje de Natasha, la Rostova, la hija del conde Rostov; éste, a causa de unas deudas de honor y juego de su hijo Nikolai, “nadando en aguas cenagosas”, a pesar de sus grandes propiedades estaba enredado en esas deudas y decidió permanecer en el campo, en su finca de Otrádnoe, una parte importante del año; era una finca de quinientos campesinos, aunque debilitada por las levas de soldados, como todas las de los terratenientes vecinos, pero en la que tenía un bello jardín e invernadero, coto de caza y caballerizas (III, XXXI, p. 614). Y en ese tiempo en el campo es donde la vitalidad de Natasha se había formado y manifestado con mayor fuerza, llegando a considerar su vida campesina una filosofía personal ya en su niñez… (IV, VII, pp. 676-679):

 

En el verano, efectivamente, Natasha se organizaba la vida

de tal modo que, sin fingir, aseguraba que era extraordinariamente feliz.

Se levantaba temprano por la mañana y junto con las chicas

del servicio doméstico, la institutriz y Sonia, se iba a recoger setas,

bayas o nueces. Cuando el calor apretaba, se acercaban al río y tomaban un baño,

en un lugar dispuesto para ello. Natasha aprendió a nadar con alegría y orgullo.

Luego cantaba, almorzaba y acompañada por su perro de caza Mitka,

se marchaba a caballo a sus lugares preferidos; el campo y los prados.

A medida que pasaban los días sentía cómo se hacía más fuerte y hermosa,

engordaba y nadaba, cabalgaba y cantaba mejor.

Siempre estaba feliz en el campo y fuera de la casa.

Cuando a la hora de la comida o el té de nuevo oía los nuevos bulos

sobre el aburrimiento en el campo y la pobreza, se sentía todavía más feliz

en el campo, en el bosque, a caballo, en el agua o a la luz de la luna en su ventana.

No estaba enamorada de nadie y no sentía ninguna necesidad de ello.

Sonia tomaba parte en su vida, pero en los mejores minutos de Natasha

notaba que ésta aún con todo su deseo a duras penas la podía seguir,

tal y como no podía hacerlo en el bosque, en el agua o a caballo.

Un día caluroso de julio, cuando las dos, junto con la institutriz y el resto

de las chicas llegaron a la parte del río acondicionada para el baño, Natasha

se quitó la ropa, se anudó un pañuelo blanco en la cabeza y con una blusa

se puso en cuclillas en la parte delantera del banco abrazó

con sus delgados brazos sus flexibles piernas y detuvo sus ojos sobre el agua.

Hacía ya rato que todas estaban en el agua, chapoteando y gritando.

Las muchachas se llamaban a gritos, olvidando la diferencia

entre señores y siervos.

 

– ¡Venga, chicas! ¡En esa dirección! – gritaban

con ese envalentonamiento femenino típico con el que se bañan las rusas.

Natasha seguía sentada y miraba al agua y a la orilla contraria. Pensaba

seriamente por primera vez en su vida: “¿Para qué ir a Moscú? ¿Por qué motivo

no se puede vivir siempre aquí? ¿Acaso no estamos bien aquí? Ah, qué bien…

¡Y contenta y feliz que estoy! Y luego dicen que somos pobres.

Cómo vamos a ser pobres teniendo tantas tierras, empleados y casas.

Mira, Nastia no tiene nada excepto ese vestido rosa. ¡Y qué simpática es,

qué alegre y qué trenzas tan bonitas tiene! ¿Cómo vamos a ser pobres?

Entonces, ¿para qué tenemos tantos maestros, músicos y dos bufones?

No necesitamos todo eso. Papá y mamá están satisfechos con todo,

y yo también. ¡Cómo sería de divertido si se vendiese todo lo que sobra

y viviéramos con las dos chicas en un ala de la casa! Iré y se lo diré a papá”,

decidió ella para sí.

 

En ese instante, una ráfaga de viento atravesó el campo levantando una polvareda

sobre el campo arado. Rizando el agua sopló sobre el rostro de Nastia,

que estaba nadando y esta, asustándose, perdió el aliento y luego se echó a reír.

Natasha, riéndose, corrió hacia la poza y se tiró al agua. De vuelta a casa,

con el pañuelo anudado sobre la cabeza, bronceada y alegre,

corrió hacia su padre y seria e imponentemente le expuso su filosofía,

como ella misma la definía. Su padre, riéndose, la besó y con un cariñoso desdén

dijo que estaría muy bien si todo se pudiera hacer tan fácilmente. Pero Natasha

no se rindió tan pronto y sentía que a pesar de ser una niña y su padre un anciano,

ella tenía razón.

 

– ¿Y por qué no se puede? – dijo –. Bien, hay deudas. Pues vivamos entonces

de tal manera que gastemos dos veces menos.

 

Natasha no creía ni en la dulce sonrisa desdeñosa de su padre ni en las bromas

de su madre. Sabía que llevaba razón y desde ese momento comenzó a creer

en sus propias ideas y a tener opinión propia. No aprobaba que su padre

buscase un puesto de trabajo en San Petersburgo; decía que todo eso

era una tontería, pues ya eran ricos.

 

Es, de alguna manera, una bella presentación de la Natasha niña a punto de convertirse en una hermosa adolescente que en la ciudad iba a causar la admiración de toda la sociedad nobiliaria del momento…

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Ficha Técnica

  • Temática: Una lectura para Nadadores de una novela clásica rusa bien conocida, protagonizada por la invasión de Napoleón, que llega hasta Moscú pero se hunde a continuación...
  • Palabras clave: , , , , , , ,
  • Zona geográfica: Eurasia
  • Cita Bibliográfica: Lev Tolstoi: GUERRA Y PAZ. Traducción de Gala Arias Rubio. Barcelona, 2015, Penguin Clásicos
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Profesor de Historia Moderna de la Universidad de Alcalá.

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