EL EXILIO DE SALVADOR MORATÓ PÉREZ Y SU FAMILIA EN ARGELIA Y URUGUAY_Francesc Rozalén

El exilio de Salvador Morató Pérez y su familia en Argelia y Uruguay, por Francesc Rozalén

Salvador Morató (derecha), su hija Trinidad y el esposo Víctor Adé. Foto tomada en 1951 en Montevideo (archivo Adé Morató)

Salvador Morató (derecha), su hija Trinidad y el esposo Víctor Adé. Foto tomada en 1951 en Montevideo (archivo Adé Morató)

Por cortesía de Francesc Rozalén, una vez más, y por mediación de Eliane Ortega, de nuevo, tenemos el gusto de publicar en el Archivo de la frontera otro texto de Rozalén con una historia de vida ejemplar y emotiva de un vecino de Llíria que sufrió el exilio republicano, Salvador Morató Pérez. Del mismo modo que su trabajo en memoria de Palmira Motes, este artículo fue publicado originalmente en valenciano y el autor se tomó el trabajo de traducirlo al castellano para esta edición del Archivo de la frontera.

Todas estas historias de vida tienen en común algo hermoso y dramático que es, al alimón, afán de supervivencia y reafirmación en sus ideales de justicia social y antifascismo; de alguna manera, eso mismo explica esa resiliencia admirable ante la adversidad más dura de los campos de concentración en la Argelia bajo el dominio de una Francia colonialista y filonazi, al principio, la Francia de Pétain, telón de fondo de esa dureza de la experiencia colectiva nada más salir de España tras una cruel guerra en la que estos exiliados republicanos eran tristemente los vencidos.

Otra característica bastante común de los exiliados republicanos era su amor a los suyos, su familia y su tierra de origen que debían abandonar, y por ello eso que llaman reunificación familiar fue con frecuencia una de sus obsesiones. En el caso de Morató, es su hija Trinidad la que va a acompañarle al exilio voluntariamente, y terminará siendo la esposa de un compañero de vida y aventura de su padre, el anarquista aragonés Víctor Adé, ya instalados en su nueva tierra de acogida, Uruguay.

Republicanismo, libertarismo, ansias de vivir, resiliencia ejemplar… La esperanza, sin más. Salvador Morató murió más que centenario. Vidas colmadas en la memoria de los suyos, de los que van y vienen, de las gentes de la frontera. Salud y memoria perdurable, tabla de salvación para todos los que aún son capaces de conservar ideales justos, nobles y solidarios en momentos problemáticos e indecisos.

Gracias, de nuevo, a Paco Rozalén y a Eliane Ortega Bernabeu; y bienvenidos a esta casa grande y biblioteca habitada que es el Archivo de la frontera, que siempre tienen a su disposición porque ya también es algo suyo.

E. Sola
28 de noviembre de 2022

EL EXILIO DE SALVADOR MORATÓ PÉREZ Y SU FAMILIA EN ARGELIA Y URUGUAY_Francesc Rozalén

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