DE LA VIDA Y COSTUMBRES DE LOS TURCOS. Capítulos 45: Discurso de la milicia turquesca

Descripción / Resumen:

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 Con el capítulo 45 y último llegamos al final de la edición para el Archivo de la frontera de la relación sobre la vida y costumbre de los turcos, de la Biblioteca Nacional de Madrid; sólo queda la glosa de los términos turcos y nombres de personas y geográficos, tan abundantes en el texto, y que intentaremos ir llevando a buen fin en los meses próximos. La edición ha sido básicamente la transcripción lo más ajustada posible, aunque siempre perfectible, y la versión actualizada y versiculada, al estilo de la plataforma, que tanto ha facilitado su lectura para hispanistas internacionales y para estudiantes españoles también, que han encontrado un aliciente en esa actualización para ensayar una lectura más prolongada de un texto que, de por sí difícil, hubiera sido casi inaccesible, si no insoportable, con la sola transcripción académica. Con ello queremos resaltar la importancia y la belleza de esta literatura áurea hispana que siempre se ha presentado de manera descuidada o como puro forraje, carne de cañón o carne de citas, para relatos históricos académicos en la mayoría de los casos prolijos y de poco interés literario. En una última entrega próxima, incluiremos los índices elaborados que la acompañan y que son en sí mismos una guía divertida y significativa, en la que destacan los asuntos de interés que movieron al autor o a los autores del texto. He aquí el arranque de este último capítulo:

Capítulo 45: Discurso en la milicia turquesca

 

La milicia turquesca. No es tan invencible como algunos la hacen.

Véase [cap.] 22

 

Para remate de esta historia y satisfacción de los que la leyeren,

me pareció, en breve discurso, tratar de la milicia turquesca;

la cual, por pecados nuestros y de nuestros predecesores, sabemos

que muy a costa de la cristiandad ha causado lamentables calamidades y desventuras,

y hasta hoy nos amenaza y pone en cuidado pues cada día se nos acercan

ganando Reinos y Provincias; y con grandísimo valor y prudencia

los turcos conservan y defienden lo que han ganado.

 

Los jenízaros no son tan valientes e invencibles

como el vulgo los hace. Véase [cap.] 21

 

Comúnmente se tiene por muy cierto que el nervio de la milicia turquesca

son los jenízaros, que ordinariamente llegan a número de doce mil;

mas los que con atención leyeren historias turquescas, fácilmente conocerán

que las más señaladas y frecuentes victorias que esta gente

ha conseguido de cristianos se debe atribuir al gran número de caballos

con que siempre nos excede; y los que dicen que la fuerza

de la milicia turquesca consiste en los jenízaros se engañan.

 

Infantería turquesca

 

Pues antes que se estableciesen los jenízaros, habían los turcos ganado a Bitinia,

pasado el estrecho, apoderádose de Filípoli y de Andrinópoli, destrozado

a los príncipes de Serbia y Bulgaria, y dos veces vencido al rey Segismundo

sin que los turcos fuesen vencidos sino del gran Tamerlán;

y después que los jenízaros fueron instituidos, han recibido los turcos

grandes derrotas de Jorge Castriota, Ladislao, rey de Polonia, de Joan Huniades,

Husuán Casan, rey de Persia, y de los mamelucos,

de Matías Corvino, rey de Hungría y de la última Liga de los príncipes cristianos.

Y no vale decir que los jenízaros han restaurado las batallas perdidas y quitan

la victoria de las manos a los enemigos, porque estando los jenízaros

cerca de la persona del Gran Señor han ido de refresco a pelear

con los enemigos cansados de combatir; y por esto los han vencido;

y mejor lo hiciera un gran escuadrón que saliera de refresco de caballería

o de otra gente.

 

Los jenízaros en valor y esfuerzo no exceden

a los soldados viejos cristianos

 

Porque, [en] cuanto a los jenízaros que, como está dicho, ordinariamente

son doce o quince mil, no hay por qué deban ser temidos

de un príncipe cristiano que ponga contra ellos igual número

de soldados viejos españoles, tudescos, italianos, esguízaros y gascones,

pues no son inferiores a los turcos; que, en esfuerzo ni valor de ánimo,

nunca la infantería cristiana fue inferior a los jenízaros, aunque siempre

no han vencido por la gran ventaja de la caballería; como sucedió

en Varna, Nicópoli, Megacio, Esechio y en otras partes;

y en comprobación de esto habemos que la infantería turquesca

ha sido rota de los que tenían buena caballería, como los mamelucos,

húngaros, polacos, moscovitas y Persianos.

 

La milicia de los jenízaros en nuestros tiempos

está muy relajada

 

También es cierto que esta milicia de los jenízaros en nuestros tiempos

ha desdicho mucho y perdido de su antiguo valor y estimación; y sabemos

que se hacen jenízaros algunos turcos, y aún gente de Asia;

y primero no eran admitidos sino hijos de cristianos de Europa, y criados

con el cuidado y rigor que habemos dicho; sabemos también

que contra el antiguo rigor ahora públicamente se casan los jenízaros

y con la diuturna paz y residencia en Constantinopla,

que es la más deliciosa ciudad que hay en el mundo, se han enervado

y relajado la disciplina militar, y se han hecho insolentes e intolerables.

[…]

045-TEXTO-C-T-BNM-capit-45-Discurso de la milicia turquesca

 

 

Ficha Técnica y Cronológica

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  • Autor de la fuente: Anónimo
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  • Archivo de procedencia: Biblioteca Nacional de Madrid / Volumen: - Sección: - - Legajo: Manuscritos, 2794 - Documentos:
  • Tipo de documento:Relaciones / Estado: Transcripción,Actualización,Fragmento
  • Época: Moderna / Siglo: XVI DC / Año: -
  • Zona geográfica: África,Mediterráneo,Eurasia / Localización:
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